La corrupción es el uso indebido del poder entregado para beneficio o ganancia propia. A menudo se hace referencia a la corrupción como un fenómeno “invisible”, porque solo hay perpetradores, generalmente dos, el sobornador y el sobornado. Ambos no tienen interés en que sea “revelado” y hacen todo lo posible para encubrir sus acciones. Por lo tanto, el concepto clave en la lucha contra la corrupción es la transparencia. A menudo es difícil de identificar, aunque se tenga la sospecha y la víctima, no puede dar la alarma, porque la “sospecha” debe hacerse pública o verificable, lo cual es muy difícil cuando determinadas estructuras (organizaciones, procesos, gobiernos locales) facilitan el comportamiento corrupto.

Guatemala obtuvo 25 puntos sobre cien en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) que publica la organización Transparencia Internacional (TI). En este informe, Guatemala se encuentra en el puesto 150 de los 180 países evaluados.

Guatemala bajó 59 posiciones en el ranking del IPC, en los primeros dos años del gobierno actual, el país ha mantenido la calificación de 25 puntos sobre cien, pero lamentablemente hemos visto como otras naciones peores calificadas lo van superando.

Según muchos estudios, las consecuencias de la corrupción para la economía y la sociedad son dramáticas. La corrupción impide (en algunos casos indirectamente) el desarrollo económico, empobrece el sistema de salud y educación, destruye el capital social y, por lo tanto, genera desconfianza en la población hacia la política y la administración.

La corrupción ha existido durante décadas y se puede encontrar enraizada de diversas formas en los negocios, el estado, la sociedad y las ONG, y también en todas las economías y sistemas económicos nacionales, independientemente de la forma de estado o gobierno. Sin embargo, la naturaleza y el alcance de la corrupción dependen de las influencias culturales, los valores, las instituciones democráticas o autoritarias y la pobreza moral y ética, por nombrar solo algunos factores influyentes. En este sentido, también existen claras diferencias entre los países con respecto al nivel de corrupción y, por lo tanto, también al nivel de las consecuencias de la corrupción para la economía, el Estado y la sociedad.

Al mismo tiempo, la corrupción es un tema de gran actualidad en casi todas las sociedades del mundo. Esto también se aplica, por ejemplo, si hubo desviaciones en la manera planificada de vacunas contra el coronavirus y se dio preferencias a los alcaldes u otros grupos de personas por "casualidad". La corrupción está muy extendida, especialmente cuando se trata de bienes escasos como el agua en Mixco o el cobro del transporte público, pero también en general con respecto a puestos de familiares en la Municipalidad o los negocios adentro de la misma. Legalmente, se habla de la declaración jurada patrimonial, para transparentar el ejercicio de la administración pública y asegurar la observancia estricta de los preceptos constitucionales y legales  en el ejercicio de las funciones públicas estatales, evitar el desvío de los recursos, bienes, fondos y valores públicos en perjuicio de los intereses del Estado. 

La corrupción es un término multifacético, lo que todas las prácticas tienen en común es que un funcionario abusa de su posición y poder para obtener ventajas personales para sí mismo o para su familia y amigos. La investigación criminológica define la corrupción como el abuso de un cargo público, función empresarial o mandato político en beneficio de otro, a incitación de este o por iniciativa propia.

La corrupción también crea ineficiencias, lo que significa que los servicios y productos son más caros de lo necesario o de peor calidad. Además, no solo se resiente la cantidad, sino también la calidad de la inversión pública porque, entre otras cosas, el gasto en el sector social y en infraestructura es inexistente.