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¿Quién escribirá una nueva historia?

A medida que persisten los conflictos y las crisis en todo el mundo, existe una creciente incertidumbre sobre cómo se resolverán, o si se resolverán.

Orden mundial
Melanie Müllers |
18 de enero, 2023

El orden mundial está de cabeza, generando incertidumbre sobre quién resolverá los conflictos mundiales y quién financiará los programas humanitarios a los desastres naturales y los  programas que beneficien a un interés político. Mientras tanto, las crisis emergentes, las guerras de poder y los múltiples focos de tensión plantean nuevos riesgos, incluso cuando la naturaleza del terrorismo transnacional está creciendo orgánicamente, yo tipifico de terroristas las acciones  delictivas de las maras y me importa los actos delictivos de cualquier zona de mi país.

A medida que persisten los conflictos y las crisis en todo el mundo, existe una creciente incertidumbre sobre cómo se resolverán, o si se resolverán. El orden internacional se está desmoronando, generando incertidumbre sobre quién intervendrá y cómo se financiarán estas intervenciones.

Hay conflictos interminables, como la situación de violencia en mi país o como en Siria, Yemen y Afganistán, que son años de violencia y cientos de vidas perdidas. Luego están los puntos críticos emergentes como la frontera entre Estados Unidos y México y cualquier número de posibles puntos críticos, incluso en situaciones en las que hay una mínima esperanza de mejora, también hay incertidumbre, como en Guatemala, donde un acuerdo de paz de 1996 que puso fin a años de guerra civil se ha mantenido, incluso cuando la violencia generalizada continúa asotando el país.

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Al mismo tiempo, la naturaleza del terrorismo también está cambiando. Después de un período de reorganización tras la pérdida de su califato en el oeste de Irak y Siria y la posterior muerte de su líder, el Estado Islámico se ha vuelto más activo. En el Salvador, la batalla del Nayib Bukele, contra las maras ha dado un salto cualitativo en los últimos meses, han tenido más de 58,000 detenciones y la Mara Salvatrucha, la principal organización terrorista del país, ha perdido terreno y su control territorial ha disminuido, así como su capacidad de reclutamiento de nuevos integrantes.  

Estos conflictos llegan en un momento en que las potencias  han mostrado un menor interés en la intervención en conflictos, de manera más abierta. El deterioro de la situación de seguridad en Centroamérica, una región que ha sido azotada por ataques de maras locales, es uno de los pocos conflictos que despierta los esfuerzos de las potencias para restaurar la estabilidad y evitar una mayor oleada de inmigrantes. Pero incluso allí, las potencias no han llegado a respaldar el tipo de compromiso militar a gran escala necesario para hacer combatir las estructuras criminales con grupos militantes, y ahora están haciendo planes para reducir su participación y no se logra ninguno de sus objetivos para disminuir la migración o la delincuencia en la región.

Las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU, que tradicionalmente podrían haber desempeñado un papel en la mitigación de estos conflictos, necesitan reformas significativas. Los escándalos de abuso sexual y la creciente reputación de quedar atrapados en misiones como la República Democrática del Congo y Sudán del Sur han parado las fuerzas de mantenimiento de la paz. Ahora, los retos de financiamiento debido a las consecuencias económicas de la pandemia del COVID podrían poner en peligro aún más las capacidades de mantener la paz de la ONU. La incertidumbre ha abierto oportunidades para que otras organizaciones llenen los vacíos, tanto en términos de detener los conflictos como de responder a los desastres.

Todo esto sucede en un contexto de emergencias humanitarias cada vez mayores debido a conflictos y desastres naturales. El número de refugiados está aumentando en la región, mientras se extienden aún más los escasos recursos disponibles para abordar el apoyo a los propios ciudadanos… es hora que escribamos una nueva historia.


 

El contenido en la sección de Opinión es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la postura o la línea editorial de República.

¿Quién escribirá una nueva historia?

A medida que persisten los conflictos y las crisis en todo el mundo, existe una creciente incertidumbre sobre cómo se resolverán, o si se resolverán.

Melanie Müllers |
18 de enero, 2023
Orden mundial

El orden mundial está de cabeza, generando incertidumbre sobre quién resolverá los conflictos mundiales y quién financiará los programas humanitarios a los desastres naturales y los  programas que beneficien a un interés político. Mientras tanto, las crisis emergentes, las guerras de poder y los múltiples focos de tensión plantean nuevos riesgos, incluso cuando la naturaleza del terrorismo transnacional está creciendo orgánicamente, yo tipifico de terroristas las acciones  delictivas de las maras y me importa los actos delictivos de cualquier zona de mi país.

A medida que persisten los conflictos y las crisis en todo el mundo, existe una creciente incertidumbre sobre cómo se resolverán, o si se resolverán. El orden internacional se está desmoronando, generando incertidumbre sobre quién intervendrá y cómo se financiarán estas intervenciones.

Hay conflictos interminables, como la situación de violencia en mi país o como en Siria, Yemen y Afganistán, que son años de violencia y cientos de vidas perdidas. Luego están los puntos críticos emergentes como la frontera entre Estados Unidos y México y cualquier número de posibles puntos críticos, incluso en situaciones en las que hay una mínima esperanza de mejora, también hay incertidumbre, como en Guatemala, donde un acuerdo de paz de 1996 que puso fin a años de guerra civil se ha mantenido, incluso cuando la violencia generalizada continúa asotando el país.

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Al mismo tiempo, la naturaleza del terrorismo también está cambiando. Después de un período de reorganización tras la pérdida de su califato en el oeste de Irak y Siria y la posterior muerte de su líder, el Estado Islámico se ha vuelto más activo. En el Salvador, la batalla del Nayib Bukele, contra las maras ha dado un salto cualitativo en los últimos meses, han tenido más de 58,000 detenciones y la Mara Salvatrucha, la principal organización terrorista del país, ha perdido terreno y su control territorial ha disminuido, así como su capacidad de reclutamiento de nuevos integrantes.  

Estos conflictos llegan en un momento en que las potencias  han mostrado un menor interés en la intervención en conflictos, de manera más abierta. El deterioro de la situación de seguridad en Centroamérica, una región que ha sido azotada por ataques de maras locales, es uno de los pocos conflictos que despierta los esfuerzos de las potencias para restaurar la estabilidad y evitar una mayor oleada de inmigrantes. Pero incluso allí, las potencias no han llegado a respaldar el tipo de compromiso militar a gran escala necesario para hacer combatir las estructuras criminales con grupos militantes, y ahora están haciendo planes para reducir su participación y no se logra ninguno de sus objetivos para disminuir la migración o la delincuencia en la región.

Las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU, que tradicionalmente podrían haber desempeñado un papel en la mitigación de estos conflictos, necesitan reformas significativas. Los escándalos de abuso sexual y la creciente reputación de quedar atrapados en misiones como la República Democrática del Congo y Sudán del Sur han parado las fuerzas de mantenimiento de la paz. Ahora, los retos de financiamiento debido a las consecuencias económicas de la pandemia del COVID podrían poner en peligro aún más las capacidades de mantener la paz de la ONU. La incertidumbre ha abierto oportunidades para que otras organizaciones llenen los vacíos, tanto en términos de detener los conflictos como de responder a los desastres.

Todo esto sucede en un contexto de emergencias humanitarias cada vez mayores debido a conflictos y desastres naturales. El número de refugiados está aumentando en la región, mientras se extienden aún más los escasos recursos disponibles para abordar el apoyo a los propios ciudadanos… es hora que escribamos una nueva historia.


 

El contenido en la sección de Opinión es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la postura o la línea editorial de República.