Siempre me gusta consultar las definiciones en el diccionario de la Real Academia Española con el objetivo de poner en contexto el tema y dar claridad. La palabra que titula este artículo es muy fuerte. La RAE la define como “antipatía y aversión hacia algo o hacia 

alguien cuyo mal se desea”.  Me pregunto cómo llegamos a esto en nuestra Guate.  

Las diferencias de opinión en  cualquier ámbito son válidas pues todos somos seres racionales y tenemos derecho y  libertad de pensar de forma diferente. Habrá coincidencias, generalmente en grupos de estudio, amigos, familia o en cualquier otro ámbito. Pero, pensar diferente no debería conducir a la destrucción de quienes no coinciden con nuestra forma de pensar o de vivir.  

Vivimos una época en la que el odio es quien rige la conducta de muchos. Acompañado de su inseparable amigo, el resentimiento, han corroído la sociedad hasta el fondo. Hay rupturas a todo nivel. La enemistad, el ataque y la crítica destructiva son los que definen el actuar de muchos.  

Vuelvo a la pregunta inicial, ¿cómo llegamos a esto? Considero que un gran factor ha sido la falta de liderazgos firmes, a todo nivel, a lo largo y ancho del país. El presidente de la República ha estado ausente de la vida pública por lapsos. Su credibilidad está en añicos por las múltiples acusaciones de corrupción. Guatemala es un país excesivamente presidencialista. Esperamos a que sea el presidente quien resuelva todo. Quien esté en el cargo le será imposible. Pero, de  cualquier forma, su deficiente gestión hace imposible que ejerza ese liderazgo, como fue evidente durante los bloqueos organizados por quién lo sustituirá en el cargo, fraudulentamente.  

Un factor importantísimo en este clima de odio, animadversión, resentimiento y ataques sin cuartel, es la penetración de esa ideología destructiva llamada socialismo, izquierda, “chairismo” o como quiera referirse a esta forma de pensar y actuar.  

Siendo consecuente con lo que escribí al inicio, acepto que haya personas que piensan “en zurdo”.  Son libres de hacerlo. El problema radica en que no aceptan que la abrumadora mayoría no pensemos igual, por lo que la imponen, por la fuerza y con dinero para corromper.  

Estamos a pocas semanas de iniciar con este gobierno electo fraudulentamente. Ya ha dado muestras de lo que será. Se ha reunido con muchos zurdos que tienen poder, dentro y fuera de Guatemala. Supongo que ha ido a pedir ayuda (dinero), y a recibir instrucciones “en zurdo”, de cómo destruir un país y salir de pobre en poco tiempo.  

El movimiento de izquierda se basa en la división que, necesariamente, genera rompimiento de la sociedad. Supera a las diferencias tradicionales pues se convierte en generador de enemigos. No se conforman con tener que convivir con quienes pensamos diferente; nos quiere destruir.  

¿Qué podemos hacer? Mucho, empezando por entender que la mejor arma que tienen es la división, la ruptura de familias, de comunidades, de negocios, de todo. Habiendo entendido esto, nos toca pelear con todo para evitarlo, empezando por el seno familiar y continuando con el círculo de amigos, de trabajo, del equipo de fut y de  cualquier otro.  

Queremos vivir libres y en paz. Nos toca luchar, con todo, de forma constante y en  cualquier ámbito, para lograrlo. ¡Guatemala lo vale!