Si Dios lo permite, lograremos juntos y unidos establecer la Democracia Republicana y Constitucional, limitando la acción destructiva de las huestes malignas que aun hoy continúan buscando impedir el traspaso de poder mandatado por el pueblo soberano en favor de Bernardo Arévalo y Karim Herrera con todo su equipo de trabajo, para coordinar los esfuerzos desde el gobierno central en el poder ejecutivo.

Hay muchas cosas que arreglar y poner en orden en esta casa destruida y en escombros que los vándalos políticos de los últimos 12 años estarán entregando el próximo 14 de enero del 2024. De los muchos ámbitos de destrucción provocados por el crimen organizado y sus diferentes expresiones en el hacer social, político; económico, cultural y hasta religioso, un espacio necesario y valioso para el futuro de Guatemala, es el retornar la más profunda, intensa y profesional practica de un periodismo independiente, honrado y digno ( frase con la que los fundadores del diario Prensa Libre identificaron durante muchos años de existencia su actuar periodístico).

José Rubén Zamora Marroquín ha sido y es, sin duda, uno de los símbolos vivos de lo que se puede sufrir cuando el precio se paga con injusticia, cárcel, vituperio, y la insolencia e indiferencia de muchos. Todo por defender un modelo de vida Democrático, Republicano y Constitucional en escenarios donde quienes mandan, en remedos de democracia, son mafias del crimen organizado que compran voluntades e incluso, plumas de periodistas y empresas de medios de comunicación que se acomodan a las ventajas temporales de privilegios también temporales.

Un sistema de partidos políticos cooptado por el abundante dinero producto del lavado de dinero del tráfico creciente de las drogas en la región. Un precario sistema jurídico que sucumbió al mismo dinero. Las siempre voraces formas de algunos personajes de la llamada rancia oligarquía empresarial del país con algunas contrapartes internacionales cuyas practicas las presento muy bien en su libro “Tiempos Recios” el escritor Álvaro Vargas Llosa. Todo lo anterior nos trajo hasta aquí, hasta una necesidad de frenar el asalto y buscar ahora reconstruir la vida institucional, democrática y republicana que permita el bien común en el que los ciudadanos en libertad, logremos hacer de nuestras vidas algo digno de la imagen y semejanza de Dios.

En el ámbito de los periodistas, la prensa institucional y hasta publicistas perversos, también sucumbieron al dinero y aunque aún me resuenan las palabra de ilustre dama de la prensa nacional QEPD, Doña Tere de Zarco, siendo Presidenta de la Junta Directiva del diario Prensa Libre, cuando me decía durante algunos tiempos sufridos en Prensa Libre y la Revista Crónica Original, Juan, no te preocupes, los gobiernos duran cuatro años y Prensa Libre ya supero los cuarenta. Ellos los gobernantes de turno, tendrán que irse porque vivimos en una Democracia y nosotros aun seguiremos batallando. ¡Nunca imagino esta noble mujer y periodista, de lo que un pequeño grupo de mafiosos, podría hacer con la misma Democracia.

"Tiempos Recios" de Álvaro Vargas Llosa como una ejemplificación

Nada refleja más claro que un par de párrafos que tomo de la historia novelada, “Tiempos Recios” de Álvaro Vargas Llosa, trae a la mesa.  Expresiones y puntos de vista puestos en práctica cuando se orquesto todo el movimiento que llevo al entonces Presidente Jacobo Armes a renuncia a la Presidencia de la República  y que por las circunstancia que se vive hoy, vale la pena considerar. Cito:

“En su libro Propaganda (1928) había escrito esta frase profética por la que, en cierto modo, pasaría a la posteridad: «La consciente e inteligente manipulación de los hábitos organizados y las opiniones de las masas es un elemento importante de la sociedad democrática. Quienes manipulan este desconocido mecanismo de la sociedad constituyen un gobierno invisible que es el verdadero poder en nuestro país... La inteligente minoría necesita hacer uso continuo y sistemático de la propaganda». Esta tesis, que algunos críticos habían considerado la negación misma de la democracia, tendría ocasión Bernays de aplicarla con mucha eficacia en el caso de Guatemala una década después de comenzar a trabajar como asesor publicitario para la United Fruit.

Su asesoría contribuyó mucho a adecentar la imagen de la compañía y asegurarle apoyos e influencia en el mundo político. El Pulpo jamás se había preocupado de presentar su notable labor industrial y comercial como algo que beneficiaba a la sociedad en general y, en especial, a los «países bárbaros» en los que operaba y a los que —según la definición de Bernays— estaba ayudando a salir del salvajismo, creando puestos de trabajo para miles de ciudadanos a quienes de este modo elevaba los niveles de vida e integraba a la modernidad, al progreso, al siglo XX, a la civilización. Bernays convenció a Zemurray de que la compañía construyera algunas escuelas en sus dominios, llevara sacerdotes católicos y pastores protestantes a las plantaciones, construyera enfermerías de primeros auxilios y otras obras de esta índole, diera becas y bolsas de viaje para estudiantes y profesores, temas que publicitaba como una prueba fehaciente de la labor modernizadora que realizaba.”

Por supuesto, estas prácticas se vinieron manteniendo y aún perduran en las tenebrosas mentalidades de muchos hombres y hasta mujeres de empresa que en alianza con Danieles Ortega, Nicolas Maduro y un largo etcétera, usufrutuan las bondades de ideas nobles democráticas a las que si algo le hace falta es la solidez que deber rodear a los derechos inalienables del hombre, como son la Vida y la Libertad en la vivencia de virtudes éticas y morales sobre las cuales erguir al hombre nuevo de San Pablo el apóstol.