Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

Viene el huracán y nosotros con paraguas

El huracán llegó, llámelo socialismo, populismo o como quiera. Viene fuerte y con ganas de arrasar con todo lo que encuentre a su paso.

.
Carolina Castellanos |
18 de agosto, 2023

Lo que debió ser una fiesta electoral se convirtió en una pesadilla. Vivimos, aún, en una democracia en la que el pueblo, o sea, todos nosotros, somos los mandantes. De hecho, la palabra “democracia” significa “gobierno del pueblo”. La real Academia Española lo define como “un sistema en el cual la soberanía reside en el pueblo, que la ejerce directamente o por medio de sus representantes”.

Me pregunto dónde y cuándo nos perdimos. Se nos olvidó que somos nosotros los que decidimos. Los políticos se han empeñado en utilizarnos para llegar al poder y luego decidir por nosotros, sin poner atención a la realidad en la que vivimos y las necesidades urgentes de nuestro país.

Llegamos a un punto sin retorno, donde debemos elegir entre un populismo extremo, en el que se seguirán utilizando los impuestos, y una infinidad de préstamos, para “regalar” a manos llenas para ganar favores y aceptación de los más necesitados. La otra opción, populista también, amenaza con quitarnos nuestras libertades y reducir a Guatemala a otra Venezuela, donde no hay nada, ni siquiera para cubrir las necesidades básicas.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

El huracán llegó, llámelo socialismo, populismo o como quiera. Viene fuerte y con ganas de arrasar con todo lo que encuentre a su paso. Le será fácil arrasar pues encuentra un país con necesidades extremas e ilimitadas, especialmente con un sistema de justicia “en trapos de cucaracha” pues está corrompido hasta el último escritorio. Nuestro paraguas, con todo respeto, es doña Consuelo Porras, quien ha defendido lo poco que queda de un estado de derecho, contra viento y marea.

El huracán también encuentra un país agrietado pues las fuertes lluvias que lo han antecedido, han roto las estructuras sobre las cuales se ha sostenido la Constitución, que ha garantizado y protegido nuestra libertad. Esas grietas son la corrupción, no solo de los grandes robos en contrataciones públicas sino también en las “mordidas” y “favores” que se deben hacer para obtener un permiso, un sello, una autorización. 

También hay grietas causadas por esa mal llamada cooperación internacional, que no es más que un intervencionismo extremo para imponer agendas y lograr poder. Los préstamos nos amarran y “obligan” a abrirle las puertas a quienes dieron ese dinero para, supuestamente, sacar de la pobreza a la población. El paraguas debió ser el congreso, imponiendo límites para recibir el dinero y, por supuesto, no autorizando tanta deuda que, a sabiendas, nos tendrá amarrados por la eternidad. Como reza el refrán, “quien paga la música, escoge la canción”

Nuestro paraguas es la Constitución, vapuleada y mancillada constantemente, pero que aún nos protege de cualquier huracán pues ha resistido los vaivenes políticos. La garantía de nuestra libertad está cimentada allí. Nos toca luchar para mantener nuestro paraguas incólume.

La mejor forma de hacerlo es “sacarle el jugo” a las redes sociales y denunciar todo lo que atente contra nuestra Carta Magna.

Viene el huracán y nosotros con paraguas

El huracán llegó, llámelo socialismo, populismo o como quiera. Viene fuerte y con ganas de arrasar con todo lo que encuentre a su paso.

Carolina Castellanos |
18 de agosto, 2023
.

Lo que debió ser una fiesta electoral se convirtió en una pesadilla. Vivimos, aún, en una democracia en la que el pueblo, o sea, todos nosotros, somos los mandantes. De hecho, la palabra “democracia” significa “gobierno del pueblo”. La real Academia Española lo define como “un sistema en el cual la soberanía reside en el pueblo, que la ejerce directamente o por medio de sus representantes”.

Me pregunto dónde y cuándo nos perdimos. Se nos olvidó que somos nosotros los que decidimos. Los políticos se han empeñado en utilizarnos para llegar al poder y luego decidir por nosotros, sin poner atención a la realidad en la que vivimos y las necesidades urgentes de nuestro país.

Llegamos a un punto sin retorno, donde debemos elegir entre un populismo extremo, en el que se seguirán utilizando los impuestos, y una infinidad de préstamos, para “regalar” a manos llenas para ganar favores y aceptación de los más necesitados. La otra opción, populista también, amenaza con quitarnos nuestras libertades y reducir a Guatemala a otra Venezuela, donde no hay nada, ni siquiera para cubrir las necesidades básicas.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

El huracán llegó, llámelo socialismo, populismo o como quiera. Viene fuerte y con ganas de arrasar con todo lo que encuentre a su paso. Le será fácil arrasar pues encuentra un país con necesidades extremas e ilimitadas, especialmente con un sistema de justicia “en trapos de cucaracha” pues está corrompido hasta el último escritorio. Nuestro paraguas, con todo respeto, es doña Consuelo Porras, quien ha defendido lo poco que queda de un estado de derecho, contra viento y marea.

El huracán también encuentra un país agrietado pues las fuertes lluvias que lo han antecedido, han roto las estructuras sobre las cuales se ha sostenido la Constitución, que ha garantizado y protegido nuestra libertad. Esas grietas son la corrupción, no solo de los grandes robos en contrataciones públicas sino también en las “mordidas” y “favores” que se deben hacer para obtener un permiso, un sello, una autorización. 

También hay grietas causadas por esa mal llamada cooperación internacional, que no es más que un intervencionismo extremo para imponer agendas y lograr poder. Los préstamos nos amarran y “obligan” a abrirle las puertas a quienes dieron ese dinero para, supuestamente, sacar de la pobreza a la población. El paraguas debió ser el congreso, imponiendo límites para recibir el dinero y, por supuesto, no autorizando tanta deuda que, a sabiendas, nos tendrá amarrados por la eternidad. Como reza el refrán, “quien paga la música, escoge la canción”

Nuestro paraguas es la Constitución, vapuleada y mancillada constantemente, pero que aún nos protege de cualquier huracán pues ha resistido los vaivenes políticos. La garantía de nuestra libertad está cimentada allí. Nos toca luchar para mantener nuestro paraguas incólume.

La mejor forma de hacerlo es “sacarle el jugo” a las redes sociales y denunciar todo lo que atente contra nuestra Carta Magna.