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Fiambre anticipado

La polarización es extrema y la falta de un rumbo definido hace que todos quieran navegar el barco a su sabor y antojo. 

.
Carolina Castellanos |
11 de agosto, 2023

Está sucediendo de todo en nuestra Guate, desde lo trivial hasta lo inaceptable. Todo el proceso electoral ha sido así. Las acusaciones, descalificaciones y ataques “intelectuales” entre los seguidores de los veintidós candidatos llegaron al extremo. Se volvió más importante destruir al oponente que presentar propuestas concretas para el desarrollo del país. 

Alrededor de todo esto, tenemos al peor tribunal supremo electoral (no merecen mayúsculas), de la historia. Ya he escrito sobre esto con anterioridad pero lo reitero pues, en vez de resolver se han enredado en su propia corrupción e incapacidad. 

El congreso es el caldillo del fiambre. Sus dictámenes, o la falta de éstos, han ocasionado más desorden e incertidumbre. No hay claridad y, como siempre, cualquier decisión es resultado de una interpretación ideológica o de conveniencia. 

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Mientras tanto nosotros, el pueblo, intentamos trabajar nadando en un mar infestado de alacranes. La polarización es extrema y la falta de un rumbo definido hace que todos quieran navegar el barco a su sabor y antojo. 

La intromisión extranjera ya se volvió la norma, no la excepción. Vemos a diplomáticos acompañando a uno de los candidatos. También los vemos metidos “hasta la cocina” en todo este relajo, para favorecer y empujar a su candidato afín a su ideología y planes oscuros, una vez esté “sentado en la guayaba”. 

Los “shutes”, como decimos en buen chapín, hacen lo que quieren porque nadie les pone un alto. Han resultado ser la remolacha que tiñe de color rojo a todo el fiambre. ¿Dónde están el presidente y el canciller para poner un alto a esta intromisión? 

Seguiremos picando cebolla para llorar cuando tengamos que recoger los pedazos de país que los funcionarios están dejando, sumado al caldillo rojo que, una vez revuelto con lo demás, es imposible quitarlo. 

El plato en el que está servido el fiambre está roto, desde antes del inicio del proceso electoral. Se llama Ley Electoral y de Partidos Políticos, LEPP. Nació rajado y se rompió en mil pedazos en el proceso. Estamos todos heridos por los pedazos de vidrio. El dolor ha ocasionado una fuerte polarización y ataques entre los que debiéramos estar unidos. Cada sector de la población “lleva agua a su molino” (favores políticos), sin importar lo que suceda a los demás y al país. 

¿Cómo vamos a pegar de nuevo los pedazos de vidrio? ¿Cómo vamos a drenar el caldillo rojo una vez esté revuelto con lo demás? ¿Cómo pretendemos vivir en paz y generar desarrollo, en beneficio de nosotros y nuestras familias? 

Estamos en el punto de no retorno. El enfoque tiene que estar en preservar nuestra vida en libertad. 

Fiambre anticipado

La polarización es extrema y la falta de un rumbo definido hace que todos quieran navegar el barco a su sabor y antojo. 

Carolina Castellanos |
11 de agosto, 2023
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Está sucediendo de todo en nuestra Guate, desde lo trivial hasta lo inaceptable. Todo el proceso electoral ha sido así. Las acusaciones, descalificaciones y ataques “intelectuales” entre los seguidores de los veintidós candidatos llegaron al extremo. Se volvió más importante destruir al oponente que presentar propuestas concretas para el desarrollo del país. 

Alrededor de todo esto, tenemos al peor tribunal supremo electoral (no merecen mayúsculas), de la historia. Ya he escrito sobre esto con anterioridad pero lo reitero pues, en vez de resolver se han enredado en su propia corrupción e incapacidad. 

El congreso es el caldillo del fiambre. Sus dictámenes, o la falta de éstos, han ocasionado más desorden e incertidumbre. No hay claridad y, como siempre, cualquier decisión es resultado de una interpretación ideológica o de conveniencia. 

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Mientras tanto nosotros, el pueblo, intentamos trabajar nadando en un mar infestado de alacranes. La polarización es extrema y la falta de un rumbo definido hace que todos quieran navegar el barco a su sabor y antojo. 

La intromisión extranjera ya se volvió la norma, no la excepción. Vemos a diplomáticos acompañando a uno de los candidatos. También los vemos metidos “hasta la cocina” en todo este relajo, para favorecer y empujar a su candidato afín a su ideología y planes oscuros, una vez esté “sentado en la guayaba”. 

Los “shutes”, como decimos en buen chapín, hacen lo que quieren porque nadie les pone un alto. Han resultado ser la remolacha que tiñe de color rojo a todo el fiambre. ¿Dónde están el presidente y el canciller para poner un alto a esta intromisión? 

Seguiremos picando cebolla para llorar cuando tengamos que recoger los pedazos de país que los funcionarios están dejando, sumado al caldillo rojo que, una vez revuelto con lo demás, es imposible quitarlo. 

El plato en el que está servido el fiambre está roto, desde antes del inicio del proceso electoral. Se llama Ley Electoral y de Partidos Políticos, LEPP. Nació rajado y se rompió en mil pedazos en el proceso. Estamos todos heridos por los pedazos de vidrio. El dolor ha ocasionado una fuerte polarización y ataques entre los que debiéramos estar unidos. Cada sector de la población “lleva agua a su molino” (favores políticos), sin importar lo que suceda a los demás y al país. 

¿Cómo vamos a pegar de nuevo los pedazos de vidrio? ¿Cómo vamos a drenar el caldillo rojo una vez esté revuelto con lo demás? ¿Cómo pretendemos vivir en paz y generar desarrollo, en beneficio de nosotros y nuestras familias? 

Estamos en el punto de no retorno. El enfoque tiene que estar en preservar nuestra vida en libertad.