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¡Aló presidente!

Pero, la falta de dirección, liderazgo, credibilidad y firmeza por parte del presidente, ha resultado en que a todos esos funcionarios de los organismos internacionales les ha importado un comino y se han metido “hasta la cocina”…
.
Carolina Castellanos |
28 de julio, 2023

Siempre me he quejado que Guatemala (y la gran mayoría de países en el hemisferio occidental), son demasiado presidencialistas.  El gobierno está conformado por infinidad de dependencias, secretarías, direcciones, departamentos, ministerios y cuanta forma de organización se les puede ocurrir. Sin embargo, toda la responsabilidad recae en el presidente.

Cada “oficina”, que enmarca a todas las anteriores y a las que me hicieron falta, se supone que fueron creadas para cumplir con alguna función. Sin embargo, el presidente es el culpable de lo malo y, a veces, de lo bueno. Sean problemas económicos, de salud, de corrupción, de educación, etc., la iresponsabilidad cae en esta figura central. 

Sin embargo, en la crisis actual que vivimos, el presidente ha sido el gran ausente.  Ciertamente, el problema es responsabilidad del Tribunal Supremo Electoral y, como salvavidas o verdugo, la Corte de Constitucionalidad. 

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Resulta que, en el enorme organigrama del gobierno de Guatemala, el TSE está solito, sin depender de nadie y sin que nadie dependa de éste. Aparece clasificado como “órgano de control político” junto con la Procuraduría de Derechos Humanos. ¿Qué tal? La CC también flota en el organigrama, clasificada como “órgano de control jurídico administrativo”.

Siendo “islas”, no parece que haya impedimento para que el presidente se pronuncie respecto a este relajo. Al final de cuentas, a ningún presidente le ha importado pronunciarse sobre cualquier tema, hasta ahora. Estamos en medio de un conflicto social, mediático, jurídico e ideológico. La ausencia de liderazgo es monumental. Le “tocaría” al presidente asumir ese rol. 

Sí hay algo que recae directamente en él. Me refiero a la abusiva, exagerada y descomunal injerencia extranjera. El Canciller, quien depende directamente del presidente, ya se pronunció una vez. Pero, la falta de dirección, liderazgo, credibilidad y firmeza por parte del presidente, ha resultado en que a todos esos funcionarios de los organismos internacionales les ha importado un comino y se han metido “hasta la cocina”, como decimos en buen chapín, en estasegunda vuelta electoral. ¡¿A cuenta de qué?!

Ya quisiera ver cómo tratarían a algún embajador chapín metiéndose a opinar sobre un proceso electoral en otro país. Seguramente lo declararían non grato. Aquí, hasta cuentan con el apoyo mediático. Se pronuncian, además, en las redes sociales. Desde sus países nos amenazan con sanciones económicas. 

La pregunta del millón es ¿por qué les importa tanto Guatemala? Es muy difícil poder opinar con certeza. Guatemala se ha mantenido como una isla en medio del mar rojo que es América Latina. Nos habíamos salvado de gobiernos de izquierda, hasta ahora. 

Estamos entre la mediocridad y el radicalismo, entre intereses locales y extranjeros. Atrapados en esta lucha sin cuartel, estamos los guatemaltecos de bien, que somos la abrumadora mayoría y que solo queremos trabajar, vivir en paz y en libertad. 

Señor presidente, asuma su rol como líder de este gran país, emita un pronunciamiento firme y fuerte y haga que se detenga toda esta locura. 

¡Aló presidente!

Pero, la falta de dirección, liderazgo, credibilidad y firmeza por parte del presidente, ha resultado en que a todos esos funcionarios de los organismos internacionales les ha importado un comino y se han metido “hasta la cocina”…
Carolina Castellanos |
28 de julio, 2023
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Siempre me he quejado que Guatemala (y la gran mayoría de países en el hemisferio occidental), son demasiado presidencialistas.  El gobierno está conformado por infinidad de dependencias, secretarías, direcciones, departamentos, ministerios y cuanta forma de organización se les puede ocurrir. Sin embargo, toda la responsabilidad recae en el presidente.

Cada “oficina”, que enmarca a todas las anteriores y a las que me hicieron falta, se supone que fueron creadas para cumplir con alguna función. Sin embargo, el presidente es el culpable de lo malo y, a veces, de lo bueno. Sean problemas económicos, de salud, de corrupción, de educación, etc., la iresponsabilidad cae en esta figura central. 

Sin embargo, en la crisis actual que vivimos, el presidente ha sido el gran ausente.  Ciertamente, el problema es responsabilidad del Tribunal Supremo Electoral y, como salvavidas o verdugo, la Corte de Constitucionalidad. 

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Resulta que, en el enorme organigrama del gobierno de Guatemala, el TSE está solito, sin depender de nadie y sin que nadie dependa de éste. Aparece clasificado como “órgano de control político” junto con la Procuraduría de Derechos Humanos. ¿Qué tal? La CC también flota en el organigrama, clasificada como “órgano de control jurídico administrativo”.

Siendo “islas”, no parece que haya impedimento para que el presidente se pronuncie respecto a este relajo. Al final de cuentas, a ningún presidente le ha importado pronunciarse sobre cualquier tema, hasta ahora. Estamos en medio de un conflicto social, mediático, jurídico e ideológico. La ausencia de liderazgo es monumental. Le “tocaría” al presidente asumir ese rol. 

Sí hay algo que recae directamente en él. Me refiero a la abusiva, exagerada y descomunal injerencia extranjera. El Canciller, quien depende directamente del presidente, ya se pronunció una vez. Pero, la falta de dirección, liderazgo, credibilidad y firmeza por parte del presidente, ha resultado en que a todos esos funcionarios de los organismos internacionales les ha importado un comino y se han metido “hasta la cocina”, como decimos en buen chapín, en estasegunda vuelta electoral. ¡¿A cuenta de qué?!

Ya quisiera ver cómo tratarían a algún embajador chapín metiéndose a opinar sobre un proceso electoral en otro país. Seguramente lo declararían non grato. Aquí, hasta cuentan con el apoyo mediático. Se pronuncian, además, en las redes sociales. Desde sus países nos amenazan con sanciones económicas. 

La pregunta del millón es ¿por qué les importa tanto Guatemala? Es muy difícil poder opinar con certeza. Guatemala se ha mantenido como una isla en medio del mar rojo que es América Latina. Nos habíamos salvado de gobiernos de izquierda, hasta ahora. 

Estamos entre la mediocridad y el radicalismo, entre intereses locales y extranjeros. Atrapados en esta lucha sin cuartel, estamos los guatemaltecos de bien, que somos la abrumadora mayoría y que solo queremos trabajar, vivir en paz y en libertad. 

Señor presidente, asuma su rol como líder de este gran país, emita un pronunciamiento firme y fuerte y haga que se detenga toda esta locura.