Dubái espera cosechar los frutos económicos de su elección como organizador de la Exposición Universal de 2020, pocos años después de haber rozado la quiebra con el estallido de la burbuja inmobiliaria, en plena crisis financiera internacional.
La ciudad-Estado ganó el miércoles la pugna para organizar la Expo con 116 votos en la tercera ronda contra Ekaterimburgo, que obtuvo 47. Las otras dos ciudades candidatas, Sao Paulo y Esmirna, fueron eliminadas en la primera y segunda ronda, respectivamente.
El ejecutivo de Dubái calcula en unos 25.000 millones de dirhams (6.800 millones de dólares o 5.000 millones de euros) las inversiones que se destinarán a la exposición universal. La ciudad apuesta por obtener, a cambio, unos réditos de 38.000 millones de dólares.
Dubái espera recibir a unos 25 millones de visitantes durante los seis meses que dure la exposición y crear 277.000 empleos.
El lugar que la albergará tiene una superficie de 438 hectáreas y está situado entre los aeropuertos de Dubái y Abu Dabi, la capital de los Emiratos.
‘El éxito de la candidatura de Dubái servirá de catalizador a la inversión y al crecimiento económico’, destacó Monica Malik, economista jefe en el banco de inversiones EFG Hermes Emirates.
La ciudad-Estado ya ha invertido grandes cantidades para convertirse en un centro comercial, de servicios, turismo, transporte aéreo y financiero.
Según Malik, su crecimiento económico oscilará entre el 5,5% y el 6% en 2014, contra el 4,6% interanual en el curso del primer semestre de 2013.
Esta ola de optimismo se produce en momentos en que la economía de Dubái se recupera de los efectos de la crisis financiera, que provocó en 2009 el estallido de su burbuja inmobiliaria, generando un retroceso de su economía del 2,4%.
El emirato ya había hecho temblar las plazas financieras cuando anunció en noviembre de 2006 su incapacidad para pagar una deuda de 26.000 millones de dólares de uno de sus conglomerados, Dubai World.
Este grupo consiguió reestructurar su deuda, pero la deuda total de Dubái, estimada en 103.000 millones de dólares, continúa pesando sobre las finanzas públicas, según Barclays Bank.
La economía de Dubái, que no depende del petróleo, a diferencia de sus vecinos, tiene sin embargo índices notables de crecimiento (2,8% en 2010, 3,7% en 2011 y 4,4% en 2012).
El sector inmobiliario, que ha perdido más de la mitad de su valor tras la crisis, empieza a recuperar desde hace un año algunos síntomas de vigor y ello se refleja en el alza de los alquileres.
Los precios han subido en torno al 50% desde el último trimestre de 2011, aunque siguen siendo inferiores en un 45% a los vigentes en 2008.
La campaña de Dubái para obtener la organización de la Expo 2020 actuó como un factor al alza de los precios del sector inmobiliario, ya que los propietarios anticiparon una fuerte demanda.
Le tendencia alcista también se explica por el flujo de inversores árabes que huyeron de los disturbios y la inseguridad que generó la ‘Primavera árabe’.
Sin embargo, para evitar una nueva burbuja, las autoridades han adoptado medidas, como los impuestos al registro de propiedades.
Dubái espera cosechar los frutos económicos de su elección como organizador de la Exposición Universal de 2020, pocos años después de haber rozado la quiebra con el estallido de la burbuja inmobiliaria, en plena crisis financiera internacional.
La ciudad-Estado ganó el miércoles la pugna para organizar la Expo con 116 votos en la tercera ronda contra Ekaterimburgo, que obtuvo 47. Las otras dos ciudades candidatas, Sao Paulo y Esmirna, fueron eliminadas en la primera y segunda ronda, respectivamente.
El ejecutivo de Dubái calcula en unos 25.000 millones de dirhams (6.800 millones de dólares o 5.000 millones de euros) las inversiones que se destinarán a la exposición universal. La ciudad apuesta por obtener, a cambio, unos réditos de 38.000 millones de dólares.
Dubái espera recibir a unos 25 millones de visitantes durante los seis meses que dure la exposición y crear 277.000 empleos.
El lugar que la albergará tiene una superficie de 438 hectáreas y está situado entre los aeropuertos de Dubái y Abu Dabi, la capital de los Emiratos.
‘El éxito de la candidatura de Dubái servirá de catalizador a la inversión y al crecimiento económico’, destacó Monica Malik, economista jefe en el banco de inversiones EFG Hermes Emirates.
La ciudad-Estado ya ha invertido grandes cantidades para convertirse en un centro comercial, de servicios, turismo, transporte aéreo y financiero.
Según Malik, su crecimiento económico oscilará entre el 5,5% y el 6% en 2014, contra el 4,6% interanual en el curso del primer semestre de 2013.
Esta ola de optimismo se produce en momentos en que la economía de Dubái se recupera de los efectos de la crisis financiera, que provocó en 2009 el estallido de su burbuja inmobiliaria, generando un retroceso de su economía del 2,4%.
El emirato ya había hecho temblar las plazas financieras cuando anunció en noviembre de 2006 su incapacidad para pagar una deuda de 26.000 millones de dólares de uno de sus conglomerados, Dubai World.
Este grupo consiguió reestructurar su deuda, pero la deuda total de Dubái, estimada en 103.000 millones de dólares, continúa pesando sobre las finanzas públicas, según Barclays Bank.
La economía de Dubái, que no depende del petróleo, a diferencia de sus vecinos, tiene sin embargo índices notables de crecimiento (2,8% en 2010, 3,7% en 2011 y 4,4% en 2012).
El sector inmobiliario, que ha perdido más de la mitad de su valor tras la crisis, empieza a recuperar desde hace un año algunos síntomas de vigor y ello se refleja en el alza de los alquileres.
Los precios han subido en torno al 50% desde el último trimestre de 2011, aunque siguen siendo inferiores en un 45% a los vigentes en 2008.
La campaña de Dubái para obtener la organización de la Expo 2020 actuó como un factor al alza de los precios del sector inmobiliario, ya que los propietarios anticiparon una fuerte demanda.
Le tendencia alcista también se explica por el flujo de inversores árabes que huyeron de los disturbios y la inseguridad que generó la ‘Primavera árabe’.
Sin embargo, para evitar una nueva burbuja, las autoridades han adoptado medidas, como los impuestos al registro de propiedades.