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Crisis política arrastra a los bonos guatemaltecos

Arte: Gabo@
Sebastián Gennari
19 de diciembre, 2023

En perspectiva. Desde el 8 diciembre, fecha en que el Ministerio Público celebró su polémica rueda de prensa, se tambalean los bonos guatemaltecos. Todo apunta a que Bernardo Arévalo tomará posesión el 14 de enero, pero Guatemala podría salir de su crisis política con un perfil de riesgo peor.

  • A principios de mes, los bonos que vencen en 2036 estaban a 98 centavos por dólar. El viernes 15, día en que mejoró sustancialmente su cotización, llegaron a algo más de 82 centavos.
  • Estas cifras hacen referencia al precio de la deuda en el mercado secundario. Esto quiere decir que los tenedores de bonos están dispuestos a venderlos a solo el 82% de lo que pagaron por ellos.
  • Este mes, la deuda nacional, sin duda, ha tenido el peor retorno entre los mercados emergentes y fronterizos. Esto puede contrastarse con El Salvador, cuyos bonos este año han mostrado la mejor rentabilidad del mundo.

Panorama general. La tendencia hacia la baja no afectará a la deuda actual; esta ya se emitió y no está sujeta a cambios. Sin embargo, Guatemala podría verse obligada a ofrecer tipos de interés más altos cuando vuelva a recurrir a los mercados de capitales, cosa que desde luego ocurrirá en 2024.

  • El Gobierno arrastra un déficit en torno al 1.5-1.7% del PIB y solo podrá mantener su nivel de gasto a base de deuda extranjera. Esto elevará los costos de servicio de la deuda si no queda zanjada la crisis política.
  • El presupuesto para el año entrante eleva el gasto a US$15,600M, aunque ayer quedó en suspenso por decisión de la Corte de Constitucionalidad. En 2024 vencen bonos valorados en US$800M; al país le interesa recolocarlos, pero se arriesga a tener que hacerlo en circunstancias poco favorables.
  • El nivel de deuda es el más bajo de la región y Guatemala se beneficiaría de inversiones en infraestructura, cosa que el presupuesto no enfatiza. En esta instancia, el agravante es simplemente la coyuntura.

Sí, pero. El BANGUAT llama a la calma, manteniendo que los fundamentos económicos del país permanecen sólidos. Su presidente, Álvaro González Ricci, afirma que la economía crecerá en torno al 3.5% y la inflación se ubicará entre el 3-5%.

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  • Como nota histórica, González Ricci destacó que en 2015, año en que Otto Pérez Molina fue obligado a dimitir, el PIB creció 4.1%. También dijo que las cadenas de suministro se habían recuperado luego de los bloqueos.
  • Además, la Corte de Constitucionalidad otorgó un amparo definitivo que, a efectos prácticos, “blinda” el resultado de las elecciones. Se vislumbra el final de la crisis política, lo que ayudaría a restaurar el statu quo ante bellum.
  • El Gobierno entrante, maniatado por un presupuesto del que reniega, será muy cauto en sus gastos. Esto le servirá al momento de tomar prestados los US$500-1,000M que necesitará en su primer año.

El balance. Guatemala no va viento en popa, pero sigue navegando. El país es notorio por su estabilidad: rara vez entra en recesión, incluso en tiempos turbulentos, pero tampoco experimenta grandes booms. Si se soluciona la crisis política, la caída de los bonos se convertirá en un mero apunte de hemeroteca.

  • Dicho esto, se mantienen impertérritos los problemas estructurales, como la falta de infraestructura, que dificulta el desarrollo a largo plazo. El incremento del gasto previsto por el presupuesto no resolverá estas carencias.
  • Las autoridades guatemaltecas a menudo se jactan de su nivel de deuda, uno de los más bajos del mundo. Al menos en el manejo del crédito, Guatemala ha sido sensata y pulcra, pero desaprovechó la oportunidad histórica de la década pasada.
  • En efecto, los tipos de interés han subido marcadamente y, aunque empezarán a bajar en 2024, es poco probable que regresen a los niveles de 2019. Sale más caro el desarrollo de Guatemala hoy que hace 10 años.
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Crisis política arrastra a los bonos guatemaltecos

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En perspectiva. Desde el 8 diciembre, fecha en que el Ministerio Público celebró su polémica rueda de prensa, se tambalean los bonos guatemaltecos. Todo apunta a que Bernardo Arévalo tomará posesión el 14 de enero, pero Guatemala podría salir de su crisis política con un perfil de riesgo peor.

  • A principios de mes, los bonos que vencen en 2036 estaban a 98 centavos por dólar. El viernes 15, día en que mejoró sustancialmente su cotización, llegaron a algo más de 82 centavos.
  • Estas cifras hacen referencia al precio de la deuda en el mercado secundario. Esto quiere decir que los tenedores de bonos están dispuestos a venderlos a solo el 82% de lo que pagaron por ellos.
  • Este mes, la deuda nacional, sin duda, ha tenido el peor retorno entre los mercados emergentes y fronterizos. Esto puede contrastarse con El Salvador, cuyos bonos este año han mostrado la mejor rentabilidad del mundo.

Panorama general. La tendencia hacia la baja no afectará a la deuda actual; esta ya se emitió y no está sujeta a cambios. Sin embargo, Guatemala podría verse obligada a ofrecer tipos de interés más altos cuando vuelva a recurrir a los mercados de capitales, cosa que desde luego ocurrirá en 2024.

  • El Gobierno arrastra un déficit en torno al 1.5-1.7% del PIB y solo podrá mantener su nivel de gasto a base de deuda extranjera. Esto elevará los costos de servicio de la deuda si no queda zanjada la crisis política.
  • El presupuesto para el año entrante eleva el gasto a US$15,600M, aunque ayer quedó en suspenso por decisión de la Corte de Constitucionalidad. En 2024 vencen bonos valorados en US$800M; al país le interesa recolocarlos, pero se arriesga a tener que hacerlo en circunstancias poco favorables.
  • El nivel de deuda es el más bajo de la región y Guatemala se beneficiaría de inversiones en infraestructura, cosa que el presupuesto no enfatiza. En esta instancia, el agravante es simplemente la coyuntura.

Sí, pero. El BANGUAT llama a la calma, manteniendo que los fundamentos económicos del país permanecen sólidos. Su presidente, Álvaro González Ricci, afirma que la economía crecerá en torno al 3.5% y la inflación se ubicará entre el 3-5%.

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  • Como nota histórica, González Ricci destacó que en 2015, año en que Otto Pérez Molina fue obligado a dimitir, el PIB creció 4.1%. También dijo que las cadenas de suministro se habían recuperado luego de los bloqueos.
  • Además, la Corte de Constitucionalidad otorgó un amparo definitivo que, a efectos prácticos, “blinda” el resultado de las elecciones. Se vislumbra el final de la crisis política, lo que ayudaría a restaurar el statu quo ante bellum.
  • El Gobierno entrante, maniatado por un presupuesto del que reniega, será muy cauto en sus gastos. Esto le servirá al momento de tomar prestados los US$500-1,000M que necesitará en su primer año.

El balance. Guatemala no va viento en popa, pero sigue navegando. El país es notorio por su estabilidad: rara vez entra en recesión, incluso en tiempos turbulentos, pero tampoco experimenta grandes booms. Si se soluciona la crisis política, la caída de los bonos se convertirá en un mero apunte de hemeroteca.

  • Dicho esto, se mantienen impertérritos los problemas estructurales, como la falta de infraestructura, que dificulta el desarrollo a largo plazo. El incremento del gasto previsto por el presupuesto no resolverá estas carencias.
  • Las autoridades guatemaltecas a menudo se jactan de su nivel de deuda, uno de los más bajos del mundo. Al menos en el manejo del crédito, Guatemala ha sido sensata y pulcra, pero desaprovechó la oportunidad histórica de la década pasada.
  • En efecto, los tipos de interés han subido marcadamente y, aunque empezarán a bajar en 2024, es poco probable que regresen a los niveles de 2019. Sale más caro el desarrollo de Guatemala hoy que hace 10 años.