Datos recopilados por Statistic Brain determinan que el 25% de las pequeñas empresas fracasan durante el primer año. La misma información establece que, al 46 por ciento de los fracasos se les atribuye la “incompetencia”, un término que aglomera diferentes razones que van desde fijación de precios emocionales, falta de planificación, desconocimiento financiero, hasta falta de experiencia en el mantenimiento.

El tema financiero suele ser una parte importante en el camino del emprendimiento, cometer un riesgo puede ser la línea que determiné el rumbo al que se dirigirá el negocio, y quedar en la estadística antes mencionada o librarse de ella.

Por tanto, estar preparados, informados y ser previsores son clave fundamental para sacar adelante un proyecto exitoso. Con base en su experiencia y conocimiento, Josué Arrecis, Asesor de Finanzas Personales e Inversiones, establece cuáles son los desaciertos más comunes que cometen los emprendedores al comenzar un negocio.

Mezclar las finanzas

“Este es el que más me encuentro y es más impactante que los emprendedores nunca se pongan un salario porque mezclan las finanzas, y lo único que quieren es que el negocio les dé una cantidad de dinero que cubra sus gastos”, menciona Arrecis.  

Bajo esta lógica, no se suele pensar que las ganancias deben cubrir rubros diversos del negocio. No separar las finanzas es uno de los errores más grandes que existen, puesto que los emprendedores deben realizar un plan en el que cubran: salario, gastos del negocio, excedentes para fondo de emergencia y gastos de reinversión.

Expectativas irreales

El experto menciona que muchas personas comienzan un negocio con la creencia de que van a vender, sin tener estrategias. “Creen que le están ganando a los productos, pero al momento de hacer costos se dan cuenta que no. Por ejemplo se debe tomar en cuenta costos de compra, envíos, horas invertidas, colocación en vitrinas, cosas que no se contemplan al establecer el precio”, explica.

De esta forma, consideran que, no están teniendo una ganancia del producto porque no se hace una evaluación de costos de productos.

Lo mismo pasa al ofrecer servicios. No se considera el tema del tiempo o los viáticos que se invierten, por eso los emprendedores en esta rama deben aprender a cobrar lo justo acorde al mercado y la proyección personal que tengan de su trabajo.

No llevar un presupuesto para el negocio

Arrecis explica que, tener un presupuesto permite saber cuánto entró y salió del negocio: “se puede saber cuánto se necesita mensualmente para cubrir y tener un rendimiento sobresaliente. Dentro del mismo se puede saber cuánto se necesita para que el negocio continúe: salarios, costos de insumos, equipo, seguros, y todo lo que se necesite dependiendo del emprendimiento”.

Es fundamental no gastar más de lo que se gana.

Endeudarse

Acudir a grandes créditos por pensar que eso cubrirá lo necesario para que la idea o proyecto se desarrolle es un error.

“Muchas veces no se consideran los intereses que se pagan del mismo, y las personas no saben cuánto deben generar para cubrir el interés de la cuota del préstamo”, describe el experto.

Su recomendación es no recurrir a una deuda en etapas iniciales, ya que se vuelve un problema para que el negocio se lleve a cabo. Lo recomendable es diversificar ingresos, no solo basar las ganancias en un producto, sino contar con varios que permitan hacer crecer el negocio.

No reinvertir en el negocio

Arrecis hace énfasis en el siguiente punto: “Me parece bastante curioso que no muchos reinviertan en su negocio, durante la etapa inicial en la que se está generando lo suficiente. Una clave de los emprendimientos es seguir invirtiendo en el mismo, ya sea en herramientas o conocimiento. Esto hará que el mismo crezca”.