Las sequías prolongadas o lluvias intensas en los cultivos agrícolas de diversas regiones de Guatemala, ocasionadas por el fenómeno del Niño, podrían generar pérdidas económicas para el sector agrícola, de acuerdo con productores. 

Qué destacar. Según la Cámara del Agro (CAMAGRO), el 96% de los productores agremiados anyticipa pérdidas en cultivos y cosechas de café, maíz y frijol, hule, palma de aceite, caña de azúcar, banano, vegetales y frutas, así como en los sectores ganadero, forestal y avícola.

• La Gremial de Palmicultores (GREPALMA) prevé una caída de la productividad del 3% al 5% a finales de 2023, con impactos en 2024 debido a problemas en la formación de racimos. 
   
• El país produce alrededor de 1.2 millones de quintales de arroz al año y esta cifra podría bajar a 700-800 mil quintales, según la Asociación Guatemalteca del Arroz (ARROZGUA).

Los datos. Según una encuesta del Instituto Privado de Investigación sobre Cambio Climático, para (CAMAGRO), la mayoría de productores agrícolas prevé un impacto negativo del fenómeno de El Niño en 2023.

• El 34% de los productores que participaron el sondeo de CAMAGRO dijo que dejarán de contratar entre 5 y 10 trabajadores; el 21%, entre 20 y 30; y el 10%, entre 40 y 50 trabajadores. Sin embargo, el 22% indicó que no habrá efectos.
   
• En términos de productividad por hectárea, el 26% de los encuestados cree que esta disminuirá en un rango del 10% al 15%, mientras que el 18% anticipa una reducción del 20% al 25%; el 14% cree que bajará en 30%. En cuanto a los costos por hectárea, el 38% de los productores espera un aumento del 10% al 20%, el 17% prevé un incremento del 25% al 35%, y el 21% estima un aumento del 40% al 50%.

Voces I. Para los palmicultores la región más afectada será el área del norte, especialmente al sur de Petén y la Franja Transversal del Norte (FTN), donde la agricultura se basa en gran medida en el suministro de agua proveniente de las precipitaciones pluviales, explica Karen Rosales, directora Ejecutiva de GREPALMA.

• Estima un aumento de plagas que podrían generar pérdidas y requerir inversión adicional en control biológico. Además, el pico de producción podría retrasarse tres meses, lo que significa que gran parte de la fruta que se cosecharía en el último trimestre de 2023 se recolecte a principios de 2024.
   
• El estrés hídrico tiene consecuencias a medio plazo en el cultivo de palma de aceite, alterando su fisiología y podría tener repercusiones en la productividad durante un período de 1.5 a 2 años posteriores, asegura Rosales.

Voces II.  Una de las preocupaciones para el sector arrocero es la posibilidad de que, cuando el arroz esté listo para su cosecha y esté a punto de ser recolectado, ocurra una lluvia inesperada, lo que podría arruinar la cosecha debido a la inundación repentina, dice Roberto Wong, director Ejecutivo de ARROZGUA.

• Los fenómenos naturales, como cambios climáticos, tienen un impacto significativo en la agricultura, así como los conflictos globales que afectan los precios internacionales de productos agrícolas y esto tiene efectos en los países pequeños que dependen de importaciones para abastecer los mercados locales.
   
• En años anteriores la producción de arroz se vio afectada por factores climáticos y decisiones gubernamentales. Esto generó problemas en el 2021 y llevó a una pausa en la siembra en el 2022. Actualmente, la confianza está volviendo a medida que se requiere la compra de cosecha local antes de importar, estimulando la producción. Sin embargo, los fenómenos naturales siguen siendo una preocupación para los agricultores, dice Wong. 

El balance. En la actualidad, los efectos observados en los cultivos como maíz y frijol son parciales, pero se espera que en 2024 las consecuencias sean más significativas, según la dirección de Información Geográfica, Estratégica y Gestión de Riesgos (DIGEGR) del Ministerio de Agricultura y Ganadería.

• “Los efectos en el sector agropecuario incluirán menos alimento para peces y migración de especies, así como daños a la siembra postrera y pastizales”, explica Rafael López, director de la DIGEGR.
   
• La fruta por el momento no ha tenido afectación, tienen un mayor grado de tolerancia, de acuerdo con López.