Esta enfermedad llamada Trisomía 13, puede ser detectada a partir de la semana 20 de embarazo, lamentablemente para este diagnóstico no hay cura y podría no sobrevivir el bebé en su nacimiento. En dado caso sobreviviera, las complicaciones lo llevarían a tener una vida corta reducida a unos cuantos días.
Para uno como padre, es muy difícil el pensar que algo le pueda pasar a los hijos. Por eso es que esta historia es un breve ejemplo de cómo la pérdida de los seres amados puede ser devastadora. Dentro de un panorama de enfermedad, en donde tienes la difícil tarea de aceptar el diagnóstico del médico, incluso, la dolorosa noticia de un pronóstico de vida es totalmente devastador.
No obstante, la vida de estos padres junto a su pequeño, en el poco tiempo que lo tuvieron, formara un recuerdo permanente e imborrable de un amor incondicional lleno de dificultades, pero con la esperanza de que estará en un lugar mucho mejor.
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