Si no garantizan los derechos laborales y las personas trabajan en jornadas extensas, una casa puede convertirse en prisión y las personas en esclavas.
El informe de la Organización Mundial para las Migraciones (OIM), revela que los trabajos forzosos demandan más víctimas de trata que cualquier otra modalidad.
Algunos le llaman la “esclavitud del siglo 21”, y es algo que puede ocurrir a la vista de cualquiera y pasar desapercibido.
La trata de personas tiene más de 16 modalidades distintas, es un fenómeno global del que Guatemala no está exento.
El informe más reciente de la OIM, indica que de Centroamérica y el Caribe se origina el 0.4 por ciento de los casos en el mundo, ante un 72 por ciento de casos que se generan en Europa.
El país de destino de las víctimas, en el caso de los originados en la región, son norteamérica, es decir, EE. UU. y Canadá.
Sin embargo, una cifra que más llama la atención es que hasta un 80 por ciento de las personas víctimas de trata de personas transfronteriza, han pasado por puestos migratorios controlados.
En sus registros, la OIM atendió a ocho mil 700 personas víctimas de explotación en el 2017, un 48.9 por ciento fueron mujeres, 51.1 por ciento hombres y 13 por ciento menores de edad.
Fines de la trata
Los trabajos y servicios forzosos encabezan la lista de fines de explotación y trata de personas, con un 80.8 por ciento de los casos.
El Ministerio Público ha desarticulado varias bandas de explotación laboral en Guatemala, principalmente de jóvenes del interior que trabajan en tortillerías o en mendicidad.
El segundo en la lista es el trabajo doméstico, que acumula unos 17.1 por ciento de los registros. Otros tipos de trabajo forzoso tiene en la lista a un 82.9 por ciento de víctimas.
En el caso del trabajo doméstico, una encuesta del Instituto Nacional de Estadística revela que hay unas 198 mil 886 personas en ese sector.
Quienes trabajan en casa son un 92 por ciento de mujeres y un ocho por ciento de hombres.
La explotación sexual es el destino de un 18 por ciento de víctimas, 0.5 por ciento son para matrimonio forzado, 0.1 por ciento es para extracción de órganos.
Si no garantizan los derechos laborales y las personas trabajan en jornadas extensas, una casa puede convertirse en prisión y las personas en esclavas.
El informe de la Organización Mundial para las Migraciones (OIM), revela que los trabajos forzosos demandan más víctimas de trata que cualquier otra modalidad.
Algunos le llaman la “esclavitud del siglo 21”, y es algo que puede ocurrir a la vista de cualquiera y pasar desapercibido.
La trata de personas tiene más de 16 modalidades distintas, es un fenómeno global del que Guatemala no está exento.
El informe más reciente de la OIM, indica que de Centroamérica y el Caribe se origina el 0.4 por ciento de los casos en el mundo, ante un 72 por ciento de casos que se generan en Europa.
El país de destino de las víctimas, en el caso de los originados en la región, son norteamérica, es decir, EE. UU. y Canadá.
Sin embargo, una cifra que más llama la atención es que hasta un 80 por ciento de las personas víctimas de trata de personas transfronteriza, han pasado por puestos migratorios controlados.
En sus registros, la OIM atendió a ocho mil 700 personas víctimas de explotación en el 2017, un 48.9 por ciento fueron mujeres, 51.1 por ciento hombres y 13 por ciento menores de edad.
Fines de la trata
Los trabajos y servicios forzosos encabezan la lista de fines de explotación y trata de personas, con un 80.8 por ciento de los casos.
El Ministerio Público ha desarticulado varias bandas de explotación laboral en Guatemala, principalmente de jóvenes del interior que trabajan en tortillerías o en mendicidad.
El segundo en la lista es el trabajo doméstico, que acumula unos 17.1 por ciento de los registros. Otros tipos de trabajo forzoso tiene en la lista a un 82.9 por ciento de víctimas.
En el caso del trabajo doméstico, una encuesta del Instituto Nacional de Estadística revela que hay unas 198 mil 886 personas en ese sector.
Quienes trabajan en casa son un 92 por ciento de mujeres y un ocho por ciento de hombres.
La explotación sexual es el destino de un 18 por ciento de víctimas, 0.5 por ciento son para matrimonio forzado, 0.1 por ciento es para extracción de órganos.