Los líderes demócrata y republicano del Congreso de Estados Unidos rechazaron la propuesta del gobierno de Donald Trump de realizar test rápidos de COVID-19 a los legisladores.
“El Congreso agradece la generosa oferta de la administración de desplegar capacidades de detección rápida en Capitol Hill, pero por ahora rechazamos respetuosamente la oferta”, dijeron Nancy Pelosi, presidenta demócrata de la Cámara de Representantes y Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana del Senado.
Los parlamentarios se van a atener a las recomendaciones de las autoridades sanitarias y del médico del Congreso “hasta que estas tecnologías más rápidas puedan ser más accesibles a los estadounidenses”, agregaron.
El Congreso quiere seguir enviando recursos a establecimientos de primera línea” en el combate a la covid-19.
Los 100 senadores estadunidenses, cuya edad promedio es alta, regresarán a Washington el lunes para una sesión plenaria tras un receso debido a la pandemia.
Los legisladores regresaron puntualmente durante este período para aprobar planes para reactivar la economía estadounidense, duramente golpeada por la crisis del coronavirus.
Los habitantes de Washington están sometidos a confinamiento hasta el 15 de mayo.
Pelosi dijo que los casi 435 miembros de la Cámara no regresarían antes de la semana siguiente, como mínimo, tal como lo ha recomendado el médico del Congreso.
Trump ofrece tests rápidos
El gobierno había anunciado el viernes que enviará dispositivos portátiles al Senado para diagnosticar rápidamente los casos de coronavirus.
El sábado por la mañana, Trump dio cuenta en Twitter de la existencia en Washington de “una capacidad extraordinaria” de realización de test “para los senadores”.
“También para la Cámara, que debería regresar pero no lo hace por la loca de Nancy P.”, continuó el presidente tras afirmar que en ese cuerpo se instalarían dispositivos portátiles de detección de la COVID-19 brindados por los laboratorios Abbot.
Estados Unidos es el país más afectado por la pandemia de COVID-19 con casi 66 mil muertos y más de un 1,2 millones de casos, sobre una población de 330 millones de habitantes, de acuerdo a datos de la universidad John Hopkins.
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