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Biden promete, pero poco

.
Sebastián Gennari
08 de noviembre, 2023

La semana pasada, se celebró la primera cumbre de la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas. Nueve mandatarios coincidieron en Washington, donde se reunieron con el presidente Joe Biden para abordar temas tan en boga como el nearshoring, las cadenas de suministro y la migración.

  • Además de Biden, estuvieron presentes los líderes de Barbados, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Perú, República Dominicana y Uruguay. México y Panamá enviaron altos funcionarios.
  • EE. UU., habló de “aprovechar el increíble potencial económico de las Américas y hacer del hemisferio occidental la región económicamente más competitiva del mundo”. Washington se comprometió a invertir más en la región.
  • La Alianza acordó reunirse cada dos años; la próxima cumbre, que se celebrará en Costa Rica, se programó para 2025. En cierto sentido, la Alianza replica las funciones de la Cumbre de las Américas.

Entre líneas. El encuentro es una respuesta a las dos temáticas regionales que más preocupación causan en Washington: la migración y la creciente influencia china en Latinoamérica. A medida que se acercan las elecciones, la Casa Blanca se ve ante la necesidad de controlar la crisis fronteriza y mostrarse fuerte en política exterior.

  • Los estadounidenses acusan a Pekín de practicar la “diplomacia de la trampa del endeudamiento”. Esto se resume en prestar grandes sumas, que luego se destinan a la construcción de proyectos insostenibles e incosteables.
  • Hay quienes arguyen que las condiciones de los créditos chinos son razonables. Sea como fuere, existe la sensación de que EE. UU. no invierte lo suficiente en Latinoamérica, obligando a los países de la región a recurrir a fuentes alternativas.
  • Se prevé que casi 3M de migrantes crucen la frontera EE. UU.-México este año. En Washington, se piensa que sólo el desarrollo puede detener los enormes flujos migratorios, de ahí el interés en invertir en la región.

Sí, pero. Es indiscutible la aversión estadounidense hacia Pekín, como también es indudable que la crisis fronteriza podría hacer peligrar la reelección de Biden. Dicho esto, los montos anunciados por la Casa Blanca aún son bajos; se trata de inversiones que no traerán consigo cambios sustanciales en el tejido económico.

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  • Lo más destacable son los US$89M en subvenciones que EE. UU. planea gestionar por medio del Banco Interamericano de Desarrollo. No se trata de un esfuerzo en solitario: Canadá, Corea del Sur y España contribuirán.
  • Además, USAID establecerá un fondo de US$5M para auspiciar el emprendimiento en Latinoamérica. Y Canadá aportará unos C$3M (US$2.2M) para asistir a mujeres e indígenas.
  • Estas cifras distan mucho de las prometidas por China, que tiene una predilección por los grandes proyectos de infraestructura. Ahora bien, Washington opina que la Alianza fomentará la inversión privada en la región.

El balance. Lo cierto es que EE. UU., a diferencia de China, no se ha comprometido a financiar grandes obras de infraestructura, como lo son los puertos y carreteras. Sin embargo, sí buscará incentivar el comercio intrarregional, declarándole la guerra a los trámites excesivos y a las barreras no arancelarias.

  • Se debe agregar que las cifras son engañosas, pues lo más probable es que Washington ofrezca un trato diferenciado a los países de la región. Este fue el reclamo de Costa Rica, un destino para la inversión tecnológica estadounidense.
  • Esto también se hizo notar en los encuentros privados entre Biden y los presidentes de Chile y República Dominicana. Más allá de las concesiones diplomáticas, EE. UU. está ofreciendo respaldo diplomático a sus aliados.
  • Por último, serán recompensados los países que han recibido grandes números de migrantes, de tal manera aliviando la carga de EE. UU. No resulta sorprendente, por tanto, que Costa Rica goce de acceso al fondo de US$500M establecido por la Chips and Science Act estadounidense.

Biden promete, pero poco

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Sebastián Gennari
08 de noviembre, 2023

La semana pasada, se celebró la primera cumbre de la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas. Nueve mandatarios coincidieron en Washington, donde se reunieron con el presidente Joe Biden para abordar temas tan en boga como el nearshoring, las cadenas de suministro y la migración.

  • Además de Biden, estuvieron presentes los líderes de Barbados, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Perú, República Dominicana y Uruguay. México y Panamá enviaron altos funcionarios.
  • EE. UU., habló de “aprovechar el increíble potencial económico de las Américas y hacer del hemisferio occidental la región económicamente más competitiva del mundo”. Washington se comprometió a invertir más en la región.
  • La Alianza acordó reunirse cada dos años; la próxima cumbre, que se celebrará en Costa Rica, se programó para 2025. En cierto sentido, la Alianza replica las funciones de la Cumbre de las Américas.

Entre líneas. El encuentro es una respuesta a las dos temáticas regionales que más preocupación causan en Washington: la migración y la creciente influencia china en Latinoamérica. A medida que se acercan las elecciones, la Casa Blanca se ve ante la necesidad de controlar la crisis fronteriza y mostrarse fuerte en política exterior.

  • Los estadounidenses acusan a Pekín de practicar la “diplomacia de la trampa del endeudamiento”. Esto se resume en prestar grandes sumas, que luego se destinan a la construcción de proyectos insostenibles e incosteables.
  • Hay quienes arguyen que las condiciones de los créditos chinos son razonables. Sea como fuere, existe la sensación de que EE. UU. no invierte lo suficiente en Latinoamérica, obligando a los países de la región a recurrir a fuentes alternativas.
  • Se prevé que casi 3M de migrantes crucen la frontera EE. UU.-México este año. En Washington, se piensa que sólo el desarrollo puede detener los enormes flujos migratorios, de ahí el interés en invertir en la región.

Sí, pero. Es indiscutible la aversión estadounidense hacia Pekín, como también es indudable que la crisis fronteriza podría hacer peligrar la reelección de Biden. Dicho esto, los montos anunciados por la Casa Blanca aún son bajos; se trata de inversiones que no traerán consigo cambios sustanciales en el tejido económico.

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  • Lo más destacable son los US$89M en subvenciones que EE. UU. planea gestionar por medio del Banco Interamericano de Desarrollo. No se trata de un esfuerzo en solitario: Canadá, Corea del Sur y España contribuirán.
  • Además, USAID establecerá un fondo de US$5M para auspiciar el emprendimiento en Latinoamérica. Y Canadá aportará unos C$3M (US$2.2M) para asistir a mujeres e indígenas.
  • Estas cifras distan mucho de las prometidas por China, que tiene una predilección por los grandes proyectos de infraestructura. Ahora bien, Washington opina que la Alianza fomentará la inversión privada en la región.

El balance. Lo cierto es que EE. UU., a diferencia de China, no se ha comprometido a financiar grandes obras de infraestructura, como lo son los puertos y carreteras. Sin embargo, sí buscará incentivar el comercio intrarregional, declarándole la guerra a los trámites excesivos y a las barreras no arancelarias.

  • Se debe agregar que las cifras son engañosas, pues lo más probable es que Washington ofrezca un trato diferenciado a los países de la región. Este fue el reclamo de Costa Rica, un destino para la inversión tecnológica estadounidense.
  • Esto también se hizo notar en los encuentros privados entre Biden y los presidentes de Chile y República Dominicana. Más allá de las concesiones diplomáticas, EE. UU. está ofreciendo respaldo diplomático a sus aliados.
  • Por último, serán recompensados los países que han recibido grandes números de migrantes, de tal manera aliviando la carga de EE. UU. No resulta sorprendente, por tanto, que Costa Rica goce de acceso al fondo de US$500M establecido por la Chips and Science Act estadounidense.