El viernes 15 de septiembre, tras suspender la emisión de visas a haitianos, República Dominicana cerró sus fronteras aéreas, terrestres y marítimas con Haití. La fuente de discordia es un plan haitiano para construir un canal que desviaría el río Dajabón, perjudicando a los agricultores río abajo.

• Se ha militarizado la frontera, cuyas puertas abren dos veces al día para permitir la repatriación de haitianos, que han aumentado desde que en 2021 el asesinato del presidente Jovenel Moïse sumiera a Haití en el caos. 
   
• Haití defiende su “derecho soberano” a explotar el río, del cual solo una pequeña parte atraviesa su territorio. Santo Domingo, en tanto, resiente la construcción de un canal “inadecuado, sin ningún tipo de ingeniería”.
   
• Las aguas parecen haberse calmado después del cierre. El Gobierno dominicano cree que han cesado las obras, pero advierte que la frontera permanecerá cerrada por algún tiempo y que “nunca va a ser la misma”.

Entre líneas. Para el Partido Revolucionario Moderno (PRM, centro derecha) del presidente Luis Abinader, esto presenta una oportunidad para sacar pecho ante las próximas elecciones, que se celebrarán en mayo. Sin embargo, su reelección parecía probable incluso antes de la crisis.

• Esta no es una mera estratagema electoral. En su discurso a la nación, Abinader lamentó la falta de atención de la comunidad internacional y prometió que no habría una “solución dominicana al problema haitiano”.
   
• En su intervención ante la ONU, el presidente expresó su simpatía por la difícil situación de Haití, pero apuntó que su deber es el de garantizar los intereses y el bienestar de su país.
   
• La posición del Gobierno dominicano es que se debe desplegar una fuerza multinacional en Haití. Con toda certeza, Kenia lideraría tal misión, dando lugar a críticas de parte de los defensores de los derechos humanos.

Los datos. Las cifras son imprecisas, pero los haitianos ya representan entre el 5% y el 8% de la población dominicana, trabajando predominantemente en la construcción y en el sector agrícola. Tanto el Gobierno como la sociedad observan este fenómeno con recelo, de ahí su interés en un muro fronterizo.

• Partes de la oposición han criticado la medida de Abinader, que goza de amplio apoyo. De hecho, fue durante la administración anterior que la República Dominicana abolió la ciudadanía por nacimiento (ius soli).
   
• El comercio bilateral está valorado en 1.040 millones de dólares. Se trata de una relación unidireccional en beneficio de los dominicanos: en 2021, por ejemplo, Haití solo exportó US$4.32M a República Dominicana. 
   
• Las regiones fronterizas serán las más afectadas por la suspensión del comercio. Por lo pronto, el Estado dominicano ha anunciado que subsidiará a los exportadores mediante la compra de productos perecederos.

Fisgón histórico. En 1844, la República Dominicana declaró su independencia de Haití, que la había invadido en 1822. En 1861, debido a desventuras económicas y temores de una reconquista haitiana, se convirtió en el único país latinoamericano en renunciar a su soberanía y volver al pabellón español. 

• Eventos cruentos nublan las relaciones entre ambos países. El más reciente de estos fue en 1937, cuando el dictador dominicano Rafael Trujillo ordenó la llamada masacre del perejil, en la que murieron unos 20,000 haitianos.
   
• En 1963, los Tonton Macoute, la policía secreta haitiana, tomaron la Embajada dominicana en Puerto Príncipe. Santo Domingo detonó la Operación Mangu, amenazando con tomar la capital haitiana.
   
• A raíz del terremoto de 2010, República Dominicana actuó como intermediario para el desembolso de ayuda exterior. Utilizó sus propios fondos para construir el campus Henri Christophe de la Universidad de Haití, valorado en US$50M.

El balance. A diferencia de Costa Rica y Panamá, que también cuentan con un engorroso problema migratorio, República Dominicana no ha logrado conseguir el apoyo de EE. UU. Su política haitiana es generalmente percibida como xenófoba y estricta en exceso. 

• Santo Domingo haría bien en acercarse a los presidentes Chaves y Cortizo. Estos no ocultan su resquemor en torno a la migración, pero han sabido vender sus políticas a la comunidad internacional.
   
• Por lo demás, el Estado dominicano pretende convertir la frontera sur en un polo turístico. Por tanto, lo más probable es que el país siga buscando aislarse de Haití lo más posible.