‘Estamos muy contentos por la decisión que tomó ese grupo (de judíos) para evitar conflictos con el
pueblo’ es la declaración que según Siglo21 del 31/8/14 fue dada por el
vocero del Ku Klux Klan de San Juan, digo del Consejo de Ancianos de San Juan
La Laguna, quien además según la nota ‘afirmó que la presencia de los judíos iba en contra de sus costumbres y
tradiciones mayas.‘ (negrillas y subrayado es mío).
Nadie puede justificar ni por costumbres, ni por tradiciones
mayas, ni por supremacía de raza, o por sus hábitos de higiene o la falta de
los mismos, que otra persona, con los mismos derechos tenga que abandonar un
lugar, a menos que sea su casa, su propiedad privada.
Se quejan porque se bañan desnudos en el lago, para eso las
autoridades pueden llamarlos a respetar la moral, pues hasta donde sé el
guatemalteco común no puede andar por ahí desnudo nada más así, aunque en
muchos ríos puede usted observar a indígenas y no indígenas haciendo lo mismo,
y uno que otro hippie también. Que no saludan y no dicen buenos días, y
desde cuando la mala educación es un delito. Además dese una vueltecita por
algunas de las mejores oficinas de la ciudad y encontrará lo mismo.
Otros chapines, algunos que se presumen medianamente
informados, están de acuerdo con que los expulsen no solo de Sololá sino de
Guatemala, y repiten, de acuerdo a la costumbre y la tradición no maya sino
chapina que: ‘qué bueno que los sacaron, si vienen huyendo y tuvieron
problemas con la Ley por algo ha de ser’.
Si estas personas -judíos o no- han violado la Ley, son las
autoridades locales o internacionales las que deben probarlo y condenarlo, y
dependiendo de su condición migratoria expulsarlos del país o enviarlos a
prisión. Pero no podemos permitir como
ciudadanos que sin mediar proceso legal un grupito simplemente decida, que por
ser diferentes, por tener otras costumbres, otra religión, otro color, y hasta
otro olor, o porque simplemente les caen mal, decidan que no pueden ser iguales
ante la Ley, y en contra de la libertad individual y del derecho del otro, se
crean tener el derecho omnipotente para decir que éstos no son iguales y que
por lo tanto no tienen los mismos derechos y obligaciones. Y peor aún, los
amenacen con tomar acciones violentas contra ellos si no se van del lugar.
Esta ‘decisión’ arbitraria e ilegal del Ku Klux Klan San Juanero no puede pasar desapercibida para los guatemaltecos, así como
tampoco debe quedar impune ante el sistema de justicia y las supuestas organizaciones
defensoras de los derechos humanos en el mundo.
Reparar en la naturaleza y la pureza de las costumbres y tradiciones
mayas de los habitantes del lugar es irrelevante para el análisis. El debate debe centrarse en los derechos
humanos de todos los ciudadanos.
Los conflictos no se evitan privilegiando los derechos de
unos por encima de los derechos de otros. Los conflictos solo se evitan cuando
la justicia funciona, y se cumple la Ley y para que esto suceda la igualdad
ante la Ley es la condición.
El Presidente de la República, quien representa la unidad
nacional está obligado a pronunciarse en este caso. Los Diputados al Congreso de la República, no
pueden permanecer como gallinas con problemas de fertilidad, sin abrir la boca,
pues ya es hora que demuestren que son en efecto los representantes del pueblo.
Y el pueblo somos todos. Hoy es contra este grupo, mañana puede ser Usted,
indígena o no indígena, católico o ateo.
‘Estamos muy contentos por la decisión que tomó ese grupo (de judíos) para evitar conflictos con el
pueblo’ es la declaración que según Siglo21 del 31/8/14 fue dada por el
vocero del Ku Klux Klan de San Juan, digo del Consejo de Ancianos de San Juan
La Laguna, quien además según la nota ‘afirmó que la presencia de los judíos iba en contra de sus costumbres y
tradiciones mayas.‘ (negrillas y subrayado es mío).
Nadie puede justificar ni por costumbres, ni por tradiciones
mayas, ni por supremacía de raza, o por sus hábitos de higiene o la falta de
los mismos, que otra persona, con los mismos derechos tenga que abandonar un
lugar, a menos que sea su casa, su propiedad privada.
Se quejan porque se bañan desnudos en el lago, para eso las
autoridades pueden llamarlos a respetar la moral, pues hasta donde sé el
guatemalteco común no puede andar por ahí desnudo nada más así, aunque en
muchos ríos puede usted observar a indígenas y no indígenas haciendo lo mismo,
y uno que otro hippie también. Que no saludan y no dicen buenos días, y
desde cuando la mala educación es un delito. Además dese una vueltecita por
algunas de las mejores oficinas de la ciudad y encontrará lo mismo.
Otros chapines, algunos que se presumen medianamente
informados, están de acuerdo con que los expulsen no solo de Sololá sino de
Guatemala, y repiten, de acuerdo a la costumbre y la tradición no maya sino
chapina que: ‘qué bueno que los sacaron, si vienen huyendo y tuvieron
problemas con la Ley por algo ha de ser’.
Si estas personas -judíos o no- han violado la Ley, son las
autoridades locales o internacionales las que deben probarlo y condenarlo, y
dependiendo de su condición migratoria expulsarlos del país o enviarlos a
prisión. Pero no podemos permitir como
ciudadanos que sin mediar proceso legal un grupito simplemente decida, que por
ser diferentes, por tener otras costumbres, otra religión, otro color, y hasta
otro olor, o porque simplemente les caen mal, decidan que no pueden ser iguales
ante la Ley, y en contra de la libertad individual y del derecho del otro, se
crean tener el derecho omnipotente para decir que éstos no son iguales y que
por lo tanto no tienen los mismos derechos y obligaciones. Y peor aún, los
amenacen con tomar acciones violentas contra ellos si no se van del lugar.
Esta ‘decisión’ arbitraria e ilegal del Ku Klux Klan San Juanero no puede pasar desapercibida para los guatemaltecos, así como
tampoco debe quedar impune ante el sistema de justicia y las supuestas organizaciones
defensoras de los derechos humanos en el mundo.
Reparar en la naturaleza y la pureza de las costumbres y tradiciones
mayas de los habitantes del lugar es irrelevante para el análisis. El debate debe centrarse en los derechos
humanos de todos los ciudadanos.
Los conflictos no se evitan privilegiando los derechos de
unos por encima de los derechos de otros. Los conflictos solo se evitan cuando
la justicia funciona, y se cumple la Ley y para que esto suceda la igualdad
ante la Ley es la condición.
El Presidente de la República, quien representa la unidad
nacional está obligado a pronunciarse en este caso. Los Diputados al Congreso de la República, no
pueden permanecer como gallinas con problemas de fertilidad, sin abrir la boca,
pues ya es hora que demuestren que son en efecto los representantes del pueblo.
Y el pueblo somos todos. Hoy es contra este grupo, mañana puede ser Usted,
indígena o no indígena, católico o ateo.