Israel ha sido un aliado estratégico para Guatemala desde su nacimiento como nación-Estado, sin embargo, desde Jerusalén no cesa la preocupación debido a la falta de contundencia por parte del presidente electo en su apoyo.

Panorama general. Israel vive una de sus horas más complicadas desde la guerra del Yom Kipur, en 1973, y la guerra con el Líbano, en 1982, tras la invasión terrorista de parte de Hamas a Israel el 7 de octubre: 50 años y un día después del inicio de la guerra del Yom Kipur; Arévalo no ha dado muestras de solidaridad para con Israel, luego de los ataques terroristas.

• Ante los inhumanos ataques, la comunidad internacional occidental se volcó en solidaridad con Israel, con una remarcable excepción: el presidente electo de Guatemala.
   

• Arévalo, concentrado en la situación legal de su partido y la crisis de los bloqueos en Guatemala, evitó pronunciarse con respecto a la masacre de civiles —entre ellos bebés— a manos de terroristas de Hamás.
   

• Incluso el presidente de El Salvador, de ascendencia palestina, mostró su solidaridad con las víctimas y su rechazo al brutal ataque terrorista. La falta de contundencia del próximo presidente guatemalteco es preocupante.  

Hemeroteca. Fue bajo la presidencia del padre de Bernardo Arévalo, Juan José Arévalo (1945-1951), que Guatemala se convirtió en el segundo país del mundo —solamente detrás de Estados Unidos— en reconocer a Israel como un Estado legítimo.

• El silencio de Arévalo hijo resulta irónico, dada la facilidad con la que el partido Movimiento Semilla explotó el recuerdo de los hitos del gobierno de Arévalo padre.  

   

• La relación se fortaleció cuando Guatemala se convirtió en el primer país del mundo en abrir una embajada en Jerusalén, que permaneció ahí hasta 1980.

   

• En 2018, nuevamente seguido de EE. UU., Guatemala regresó su embajada a Jerusalén, reconociendo la histórica y disputada ciudad como la capital de Israel, yendo incluso en contra de una resolución de la ONU.

   

Entre líneas. La relación con Israel es fundamental para Guatemala, tanto en el efecto que tiene de cara a estrechar las relaciones con EE. UU., como por todo lo que Israel aporta a Guatemala. La alianza histórica no solo fue fructífera durante el conflicto armado interno, dónde el apoyo de Israel fue clave para evitar el triunfo de la guerrilla marxista, sino que lo es todavía hoy en día.  

• De acuerdo con el exembajador de Israel en Guatemala, Mattanya Cohen: “Cuando ocurrió la tragedia de la erupción del Volcán de Fuego, Israel fue uno de los primeros países en enviar una delegación de médicos para ayudar a tratar a los heridos”.
   

• De igual manera, Israel brinda aporte técnico para el país en materia tecnología, medicina, agricultura, salud, educación, turismo y purificación de agua, enviando apoyo y asesoría técnica en esos ámbitos.
   

• Miles de guatemaltecos han sido becados para estudiar y capacitarse en Israel como resultado de la amistad histórica entre ambos países.

Por qué importa. Bernardo Arévalo vivió 10 años en Israel, dónde realizó sus estudios en sociología por la Universidad Hebrea de Jerusalén, además de trabajar como primer secretario y cónsul en la Embajada de Guatemala. No obstante, como funcionario público, es un escéptico de la causa de israelí y defensor del derecho de autodeterminación del pueblo palestino.  

El balance. Mientras que el gobierno actual ha apoyado a Israel ante ataques terroristas de Hamás, Bernardo Arévalo ha sido fiel a su apoyo hacia la causa de independencia del Estado palestino. De acuerdo con el presidente electo, es tanto proisraelí como pro-palestino.

• La falta de pronunciamiento no se debe a su atención hacia su situación doméstica, sino que a una firme convicción de justificar el derecho de Palestina a tener su propio Estado: objetivo que, para Hamás, necesita de la erradicación de la nación y el Estado de Israel.
   

• Arévalo no ha sido ambiguo en su postura en cuanto al reconocimiento de Jerusalén como la capital del país, criticando y tildando la mudanza de la embajada guatemalteca como “una decisión que viola los principios del derecho internacional”.
   

• El gobierno de Arévalo presagia el deterioro de una relación histórica con un aliado estratégico para Guatemala, pudiendo incluso regresar la embajada guatemalteca a Tel Aviv y deteriorando, simultáneamente, las relaciones con Israel y EE. UU.