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Las atribuciones de la primera dama se han distorsionado

.
Glenda Sanchez
27 de noviembre, 2023

Poco se conoce y se divulga de las atribuciones que suele desempeñar la esposa del presidente, como primera dama. Expertos consideran que la función se ha tergiversado y distorsionado, al punto que ha servido como un trampolín para buscar cuotas de poder.  

En perspectiva. Añaden que la única referencia aparece en el reglamento de la Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente de la República (SOSEP), una dependencia de apoyo a las funciones del mandatario.  

  • Mencionan que “mucho” antes de los años 90 nada más recibían el título de Esposa del Presidente. Su rol era participar en actos protocolarios, caridad y filantropía. A partir de ese periodo se podría establecer que sus funciones cambiaron con la SOSEP.  
  • La Secretaría coordina programas de carácter social dirigidos a la niñez, mujeres, adultos mayores y población en general, priorizando a las personas en situación de pobreza o extrema pobreza. No hay otra institución que esté a cargo de la esposa del presidente. La situación es similar con otros países de Latinoamérica.  
  • Además, no hay ninguna normativa que establezca requisitos o perfil para dirigir la SOSEP, como se requiere para optar a cargos públicos.    

Por qué importa. Aníbal Martínez, analista independiente, enfatizó que las principales funciones las establece la SOSEP, pero se han distorsionado en algunas gestiones. Las alteraciones son políticas, y el caso más emblemático se dio durante el gobierno de Álvaro Colom.  

  • “La función se ha tergiversado. Eso es propio de estados muy débiles, donde las líneas de funciones institucionales son muy difusas. Los proyectos de la SOSEP han tenido gestiones muy pobres. Es una de las áreas que se deben fortalecer para contribuir con el resto de la institucionalidad del país”, dijo.    

Qué destacar. Algunos analistas coinciden que el desempeño de algunas primeras damas ha pasado desapercibido. Citan ejemplos como Patricia de Morales y Rosa Leal de Pérez. Otras han tenido una administración más dinámica, como Wendy de Berger.

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  • También citan casos de esposas que usaron el cargo para aspiraciones políticas, como Raquel Blandón Sandoval, esposa de Vinicio Cerezo; Evelyn Morataya, esposa de Alfonso Portillo, y Sandra Torres, esposa de Álvaro Colom, entre otras.  
  • Sin embargo, señalaron que la gestión de Torres fue la más distorsionada.  “El caso de Torres jugaba un papel de informalidad como mandataria de esos gabinetes y los programas de Cohesión Social. Tomaba decisiones en los ministerios y gabinetes, pero no quedó nada institucionalizado. Eso le ayudó a no figurar en ningún tipo de escrutinio o fiscalización”, se indicó.  
  • Francisco Quezada, experto del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), comparte que Torres nunca tuvo una responsabilidad por participar en los gabinetes vinculados con Cohesión Social. Todos eran programas clientelares. “Si había necesidad de desviar fondos, se hacía de manera estratégica para estos proyectos”, apuntó.  

 

En el radar. En la gestión del presidente electo, Bernardo Arévalo, el caso podría cambiar –se apunta– pues su esposa, Lucrecia Peinado, es una médica que ha trabajado junto a él en proyectos de política social.

  • En un discurso el 7 de noviembre, Peinado manifestó que trabajará de la mano de las comunidades para priorizar proyectos dirigidos a sectores vulnerables y respetará los mandatos establecidos en la SOSEP y la Secretaría Bienestar Social.  
  • “Les quiero decir lo que no haré. No seré una mujer que ambicione el poder político. No seré una primera dama que quiera sustituir a las autoridades electas. No figuraré públicamente y, tampoco cooptaré los espacios del gabinete electo. Quiero aprender y trabajar de la mano del pueblo. Tenemos oportunidades muy importantes para apoyar a las poblaciones más vulnerables”, concluyó.
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Las atribuciones de la primera dama se han distorsionado

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Glenda Sanchez
27 de noviembre, 2023

Poco se conoce y se divulga de las atribuciones que suele desempeñar la esposa del presidente, como primera dama. Expertos consideran que la función se ha tergiversado y distorsionado, al punto que ha servido como un trampolín para buscar cuotas de poder.  

En perspectiva. Añaden que la única referencia aparece en el reglamento de la Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente de la República (SOSEP), una dependencia de apoyo a las funciones del mandatario.  

  • Mencionan que “mucho” antes de los años 90 nada más recibían el título de Esposa del Presidente. Su rol era participar en actos protocolarios, caridad y filantropía. A partir de ese periodo se podría establecer que sus funciones cambiaron con la SOSEP.  
  • La Secretaría coordina programas de carácter social dirigidos a la niñez, mujeres, adultos mayores y población en general, priorizando a las personas en situación de pobreza o extrema pobreza. No hay otra institución que esté a cargo de la esposa del presidente. La situación es similar con otros países de Latinoamérica.  
  • Además, no hay ninguna normativa que establezca requisitos o perfil para dirigir la SOSEP, como se requiere para optar a cargos públicos.    

Por qué importa. Aníbal Martínez, analista independiente, enfatizó que las principales funciones las establece la SOSEP, pero se han distorsionado en algunas gestiones. Las alteraciones son políticas, y el caso más emblemático se dio durante el gobierno de Álvaro Colom.  

  • “La función se ha tergiversado. Eso es propio de estados muy débiles, donde las líneas de funciones institucionales son muy difusas. Los proyectos de la SOSEP han tenido gestiones muy pobres. Es una de las áreas que se deben fortalecer para contribuir con el resto de la institucionalidad del país”, dijo.    

Qué destacar. Algunos analistas coinciden que el desempeño de algunas primeras damas ha pasado desapercibido. Citan ejemplos como Patricia de Morales y Rosa Leal de Pérez. Otras han tenido una administración más dinámica, como Wendy de Berger.

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  • También citan casos de esposas que usaron el cargo para aspiraciones políticas, como Raquel Blandón Sandoval, esposa de Vinicio Cerezo; Evelyn Morataya, esposa de Alfonso Portillo, y Sandra Torres, esposa de Álvaro Colom, entre otras.  
  • Sin embargo, señalaron que la gestión de Torres fue la más distorsionada.  “El caso de Torres jugaba un papel de informalidad como mandataria de esos gabinetes y los programas de Cohesión Social. Tomaba decisiones en los ministerios y gabinetes, pero no quedó nada institucionalizado. Eso le ayudó a no figurar en ningún tipo de escrutinio o fiscalización”, se indicó.  
  • Francisco Quezada, experto del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), comparte que Torres nunca tuvo una responsabilidad por participar en los gabinetes vinculados con Cohesión Social. Todos eran programas clientelares. “Si había necesidad de desviar fondos, se hacía de manera estratégica para estos proyectos”, apuntó.  

 

En el radar. En la gestión del presidente electo, Bernardo Arévalo, el caso podría cambiar –se apunta– pues su esposa, Lucrecia Peinado, es una médica que ha trabajado junto a él en proyectos de política social.

  • En un discurso el 7 de noviembre, Peinado manifestó que trabajará de la mano de las comunidades para priorizar proyectos dirigidos a sectores vulnerables y respetará los mandatos establecidos en la SOSEP y la Secretaría Bienestar Social.  
  • “Les quiero decir lo que no haré. No seré una mujer que ambicione el poder político. No seré una primera dama que quiera sustituir a las autoridades electas. No figuraré públicamente y, tampoco cooptaré los espacios del gabinete electo. Quiero aprender y trabajar de la mano del pueblo. Tenemos oportunidades muy importantes para apoyar a las poblaciones más vulnerables”, concluyó.