Bernardo Arévalo, presidente electo de Guatemala, y el partido que lo llevó al poder, el Movimiento Semilla, esperan que la victoria contundente obtenida el 20 de agosto, no dé lugar a más intentos de descarrilar el proceso electoral a través de fiscalías, jueces e instituciones “cooptados”, con órdenes de allanamiento, capturas y solicitudes de antejuicio. 

• Esa judicialización que enfrenta la organización política desde que pasó al balotaje es uno de los temas en la agenda hacia la transición de Gobierno, la definición del presupuesto 2024, el nuevo gabinete y la reorganización equipos de trabajo.

En el radar. Horas antes de la segunda vuelta, Rafael Curruchiche, jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad, anunció acciones contra dirigentes de Semilla, entre ellas, peticiones de antejuicio contra diputados, incluido el presidente electo. Además, se espera que actúe en contra de magistrados y empleados del Tribunal Supremo Electoral (TSE), como ya lo hizo contra Ramiro Muñoz, director del Registro de Ciudadanos. 

• “Si la judicialización avanza, las implicaciones de que Arévalo se quede sin partido y sin bancada en el Congreso y, por consiguiente, los diputados electos sin poder optar a cargos en Junta Directiva, es un mal mensaje y una debilidad institucional”, afirmó Edgar Ajcip, consultor independiente. 
• Pero la situación legal también haría que Arévalo pierda tiempo en buscar una estrategia para ir resolviéndola y defenderse, en lugar de enfocarse en una buena transición con miras a cumplir lo que ofreció en los primeros 100 días de gobierno. 
• El 31 de octubre concluirá el proceso electoral y también el plazo del amparo otorgado a Semilla para el cumplimiento de la segunda vuelta. “Si el proceso judicial no llega a consecuencias mayores, Arévalo podría aspirar a una mayor gobernabilidad. Pero si ocurre lo contrario, preocupa la reacción que puedan tener los 2.4 millones de votantes, que no serán meros espectadores”, añadió Ajcip.

Qué destacar. El binomio presidencial evitó celebrar de cerca con sus simpatizantes luego de la victoria, acción que algunos leyeron como una medida de seguridad, cosa que el diputado Samuel Pérez descartó.

• “Estamos reorganizando equipos a lo interno y el grupo de transición implica tiempo”, aclaró Pérez.
• De la seguridad de Arévalo, confirmó que se reforzó desde que el binomio pasó al balotaje y que no existe un aumento de amenazas. 
• Semilla espera la conclusión de las audiencias de revisión de los resultados y la resolución final que oficialice el TSE.

Lo que sigue. Bernardo Arévalo anunció que confirmará las personas que conformarán el gabinete en el transcurso de esta semana. “Generalmente, las conversaciones que se abren son distintas de cuando se es competidor”, expresó en conferencia de prensa. 

• Con relación al primer encuentro con el presidente Alejandro Giammattei, para iniciar la transición de gobierno, ambos prevén realizarlo un día después de que el TSE oficialice los resultados de segunda vuelta, lo cual podría ocurrir a finales de esta semana o inicios de la próxima. 

En perspectiva. En manos de Giammattei está mantener o no el listón alto en el proceso de transición, como lo dejó la administración de Jimmy Morales, quien designó como su representante al vicepresidente, Jafeth Cabrera, y como ejecutor a Miguel Ángel Moir, encargado de SEGEPLAN, institución que implementó una metodología para llevarla a cabo en etapas. 

• Los equipos de transición tuvieron reuniones extensas para informar los desafíos, interacción con otros organismos, las instituciones más importantes y los roles de los funcionarios. A ellas asistieron el presidente, vicepresidente, miembros del gabinete y Consejos de Desarrollo (entidad que maneja los proyectos en ejecución por las municipalidades). Aparte fueron los actos políticos: el de arranque, entrega simbólica de información y las reuniones bilaterales de los ministerios. 
• La primera etapa fue abordar procesos de mediano plazo como las obras avanzadas o contratos de bienes y servicios por su carácter de ejecución y administración; la segunda etapa tuvo que ver con aspectos administrativo-financieros: la ejecución y administración del presupuesto en curso y el previsto para el año siguiente, la integración de planillas, plazas, reestructura de personal, reparos, hallazgos o juicios de cuentas.
• Y, finalmente, las reuniones para conocer interioridades de los 14 ministerios. También hubo más de 10 reuniones privadas entre los mandatarios sobre política de gobierno, política exterior, entre otros. “Lo importante era tener un proceso ordenado, transparente y las condiciones en las que el gobierno recibía la administración, no como era costumbre: no hallar nada y ni siquiera tener una interlocución”, afirmó Moir. 

Por qué importa. Asimismo, hubo una reunión estratégica con el Ministerio de Finanzas y SEGEPLAN con un pequeño comité para entregar la cartera y ver detalles del presupuesto. “Lo ideal es que el plan de gastos llegue al Congreso con lo que el nuevo gobierno necesita. Si no aprueban presupuesto, será una cuesta arriba los primeros meses”, enfatizó el exsecretario de SEGEPLAN. 

•  “Cuando inició la transición de Giammattei se tuvo la cortesía de preguntar cuáles eran los aspectos medulares de su presupuesto y hubo ajustes importantes”, aseguró Moir, quien prevé que para la transición de Arévalo utilizarán su metodología, “pero al estilo de Giammattei”. 
• La importancia de este proceso es que el relevo implica conocer las condiciones en que se recibe la administración, sean buenas o malas, y el nuevo gobierno tome las riendas con conocimiento y no a ciegas, para darle continuidad al desarrollo del país. 
• En lo administrativo, el gobierno de Arévalo podría ser un espejo de lo que fue el de Morales. Encontrará una administración desordenada y muchas cosas ocultas. En este punto, según Moir, la actitud más sabia será “recibir lo que le entregan, bajo la reserva de que se verificará la información, y comunicar lo que reciban”.