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Luego de elecciones municipales, el oficialismo dominicano “blinda” su reelección

.
Sebastián Gennari
21 de febrero, 2024

El pasado domingo 18, República Dominicana celebró elecciones municipales. El escrutinio continúa con cierta lentitud, pero los resultados preliminares indican que el oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM, centro) consiguió una mayoría en al menos 30 de 32 provincias; de 158 alcaldías, la oposición solamente ganó 23.

  • El PRM logró defender la Alcaldía del Distrito Nacional; también ganó en todos los municipios del Gran Santo Domingo. La victoria absoluta del PRM se vio ligeramente opacada por la alta abstención, que superó el 53%.
  • El Partido de la Liberación Dominicana (PLD, centro), que ostentó la presidencia por 16 años consecutivos, perdió su último feudo: Santiago de los Caballeros, la segunda ciudad del país.
  • El alcalde saliente, Abel Martínez, es el candidato presidencial del PLD, de manera que la derrota es de particular importancia. José Ulises Rodríguez, del PRM, ganó la sindicatura con el 61.68% de los votos.

Entre líneas. La abstención no es de por sí una mala noticia: las elecciones municipales en República Dominicana no se distinguen por su alta participación. En 2020, por ejemplo, fue del 49.10%. Se puede esperar un considerable repunte el 19 de mayo, fecha en que se celebran las elecciones generales.

  • Lo más preocupante fueron los incidentes en el interior, sobre todo en Dajabón, donde la oposición parece haber ganado por un solo voto. También se registraron escraches entre partidarios del PLD y la Policía Militar.
  • La oposición queda desprovista de influencia a nivel local. Abel Martínez, su dirigente más visible, y el expresidente Leonel Fernández, líder de la Fuerza del Pueblo (FP, centroizquierda), ahora se enfrentan no a la necesidad de ganar las presidenciales, sino de salvar su poca influencia en el Congreso.
  • La conclusión más importante de estas elecciones es que el presidente Luis Abinader previsiblemente logrará la reelección en tres meses y contará con un inmenso poder territorial.

Panorama general. La democracia dominicana es particular. En lo que va de siglo, ha tendido a reelegir partidos políticos por largas temporadas. Fernández, otrora líder del PLD, fue presidente de 1996 a 2000 y luego de 2004 a 2012, cuando fue reemplazado por Danilo Medina, en aquel entonces su compañero de partido.

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  • Los líderes del país acostumbran a negarlo, pero lo cierto es que la política dominicana carece de grandes divisiones ideológicas. Los partidos son más bien fuerzas atrapalotodo y brillan los perfiles personales. Casi todos coinciden en mantener el modelo económico fundamentado en el turismo.
  • En la última década, las escisiones han revolucionado el tablero. El PRM es heredero político del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), por décadas uno de los integrantes, junto al PLD, del bipartito dominicano.
  • Del mismo modo, FP es el proyecto personal de Fernández, quien no logró dominar a Medina cual Putin a Dmitri Medvédev. En círculos políticos dominicanos, se acostumbra a decir que la principal ambición del expresidente es consolidar el partido y legarlo a su hijo.

El balance. Este resultado sirve de refuerzo a las encuestas que se han venido publicando de cara a las elecciones presidenciales. Las cifras particulares varían, pero casi todas afirman que Abinader lograría reelegirse con bastante más del 50% del padrón electoral, margen suficiente para evitar una segunda vuelta.

  • La clave, en todo caso, es la economía. El crecimiento económico se ralentizó en 2023, con un aumento en el PIB de apenas 2.3%. Habiendo llegado a su meta de inflación, se anticipa que en 2024 el Banco Central reduzca los tipos de interés, abaratando de tal forma la inversión.
  • Dicho esto, el país tiene un crecimiento potencial de 5.5%, muy por encima de las cifras que se ven en los países de Centroamérica. Ante un panorama económico más halagüeño, el previsible segundo mandato del PRM podría ser uno de bonanza.
  • República Dominicana muestra cómo dominar el tablero político sin cambios revolucionarios ni grandes reformas a la ley electoral. Abinader y su partido se mantendrán en el poder por su buena —y, huelga decirlo– tecnocrática gestión, además de la percepción de pulcritud y poca corrupción.
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Luego de elecciones municipales, el oficialismo dominicano “blinda” su reelección

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Sebastián Gennari
21 de febrero, 2024

El pasado domingo 18, República Dominicana celebró elecciones municipales. El escrutinio continúa con cierta lentitud, pero los resultados preliminares indican que el oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM, centro) consiguió una mayoría en al menos 30 de 32 provincias; de 158 alcaldías, la oposición solamente ganó 23.

  • El PRM logró defender la Alcaldía del Distrito Nacional; también ganó en todos los municipios del Gran Santo Domingo. La victoria absoluta del PRM se vio ligeramente opacada por la alta abstención, que superó el 53%.
  • El Partido de la Liberación Dominicana (PLD, centro), que ostentó la presidencia por 16 años consecutivos, perdió su último feudo: Santiago de los Caballeros, la segunda ciudad del país.
  • El alcalde saliente, Abel Martínez, es el candidato presidencial del PLD, de manera que la derrota es de particular importancia. José Ulises Rodríguez, del PRM, ganó la sindicatura con el 61.68% de los votos.

Entre líneas. La abstención no es de por sí una mala noticia: las elecciones municipales en República Dominicana no se distinguen por su alta participación. En 2020, por ejemplo, fue del 49.10%. Se puede esperar un considerable repunte el 19 de mayo, fecha en que se celebran las elecciones generales.

  • Lo más preocupante fueron los incidentes en el interior, sobre todo en Dajabón, donde la oposición parece haber ganado por un solo voto. También se registraron escraches entre partidarios del PLD y la Policía Militar.
  • La oposición queda desprovista de influencia a nivel local. Abel Martínez, su dirigente más visible, y el expresidente Leonel Fernández, líder de la Fuerza del Pueblo (FP, centroizquierda), ahora se enfrentan no a la necesidad de ganar las presidenciales, sino de salvar su poca influencia en el Congreso.
  • La conclusión más importante de estas elecciones es que el presidente Luis Abinader previsiblemente logrará la reelección en tres meses y contará con un inmenso poder territorial.

Panorama general. La democracia dominicana es particular. En lo que va de siglo, ha tendido a reelegir partidos políticos por largas temporadas. Fernández, otrora líder del PLD, fue presidente de 1996 a 2000 y luego de 2004 a 2012, cuando fue reemplazado por Danilo Medina, en aquel entonces su compañero de partido.

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  • Los líderes del país acostumbran a negarlo, pero lo cierto es que la política dominicana carece de grandes divisiones ideológicas. Los partidos son más bien fuerzas atrapalotodo y brillan los perfiles personales. Casi todos coinciden en mantener el modelo económico fundamentado en el turismo.
  • En la última década, las escisiones han revolucionado el tablero. El PRM es heredero político del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), por décadas uno de los integrantes, junto al PLD, del bipartito dominicano.
  • Del mismo modo, FP es el proyecto personal de Fernández, quien no logró dominar a Medina cual Putin a Dmitri Medvédev. En círculos políticos dominicanos, se acostumbra a decir que la principal ambición del expresidente es consolidar el partido y legarlo a su hijo.

El balance. Este resultado sirve de refuerzo a las encuestas que se han venido publicando de cara a las elecciones presidenciales. Las cifras particulares varían, pero casi todas afirman que Abinader lograría reelegirse con bastante más del 50% del padrón electoral, margen suficiente para evitar una segunda vuelta.

  • La clave, en todo caso, es la economía. El crecimiento económico se ralentizó en 2023, con un aumento en el PIB de apenas 2.3%. Habiendo llegado a su meta de inflación, se anticipa que en 2024 el Banco Central reduzca los tipos de interés, abaratando de tal forma la inversión.
  • Dicho esto, el país tiene un crecimiento potencial de 5.5%, muy por encima de las cifras que se ven en los países de Centroamérica. Ante un panorama económico más halagüeño, el previsible segundo mandato del PRM podría ser uno de bonanza.
  • República Dominicana muestra cómo dominar el tablero político sin cambios revolucionarios ni grandes reformas a la ley electoral. Abinader y su partido se mantendrán en el poder por su buena —y, huelga decirlo– tecnocrática gestión, además de la percepción de pulcritud y poca corrupción.