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Re, una sílaba y acorde con el nombre de Café Tacvba

Luis Gonzalez
01 de septiembre, 2018

Re, una sílaba y acorde con el nombre de Café Tacvba,  HOY EN LA VERSIÓN DELUXE, EL BLOG DE MÚSICA DE LUIS FERNANDO ALEJOS.

“La única que nos puede darnos vueltas es Dios”. Una afirmación punk, en El Ciclón, de una banda mexicana patrimonio cultural de nosotros los pobres, que le metemos al tropical en casa (o no…) o en las tocadas el slam: Café Tacvba. Santos patronos del imaginario latinoamericano más híbrido y mestizo.

via GIPHY

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Re (1994), su segundo álbum de estudio, ha sido honrado prácticamente en consenso. Y no cuesta descifrar por qué. Entre lo acústico, eléctrico, armonías deliciosas, cajas de ritmo e influencia indígena, muchos nos sentíamos en casa. Donde hay prejuicio, conversaciones incómodas, amor, confrontación.

Parece muy lejano, ajeno a todo lo que desde la península nos imaginamos al respecto del Rock cantado en español. Eran años de inestabilidad política y social en el país norteamericano, con un polemiquísimo tratado de libre comercio con Estados Unidos recién firmado, el asesinato de un candidato a presidente poco antes de las elecciones, con el inesperado alzamiento del EZLN en el Estado de Chiapas pidiendo justicia social e igualdad en un país en el que las mayorías raciales estaban sometidas por el poder del güero capital”.

Si Las Flores, Ingrata, El baile y el salón marcaron a toda una generación, cada canción de las 20 aquí presentes es una estación propia. Hablamos de arte, statements políticos (El fin de la infancia, Trópico de cáncer), “como todos los mestizos, también me maleducaron…”, la necesidad de conciliar la urbe con el campo, los ritmos de nuestros padres y los que eran “nuestros”.

Tal y como lo publica Hipersónica: fue un disco que encerraba tradición y sentimiento contestatario tanto en forma como en fondo”.

El segundo libro que publiqué lleva el nombre de una de las canciones de Re. Los vi de adolescente y luego adulto, aquí en Guatemala. Bailé a sus ritmos, con gente ahora desaparecida de mi vida; otras personas, en un exilio silencioso. Mientras tanto, persiste el Re, “este puto milagro divino” (Elvira Sastre).

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Re, una sílaba y acorde con el nombre de Café Tacvba

Luis Gonzalez
01 de septiembre, 2018

Re, una sílaba y acorde con el nombre de Café Tacvba,  HOY EN LA VERSIÓN DELUXE, EL BLOG DE MÚSICA DE LUIS FERNANDO ALEJOS.

“La única que nos puede darnos vueltas es Dios”. Una afirmación punk, en El Ciclón, de una banda mexicana patrimonio cultural de nosotros los pobres, que le metemos al tropical en casa (o no…) o en las tocadas el slam: Café Tacvba. Santos patronos del imaginario latinoamericano más híbrido y mestizo.

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Re (1994), su segundo álbum de estudio, ha sido honrado prácticamente en consenso. Y no cuesta descifrar por qué. Entre lo acústico, eléctrico, armonías deliciosas, cajas de ritmo e influencia indígena, muchos nos sentíamos en casa. Donde hay prejuicio, conversaciones incómodas, amor, confrontación.

Parece muy lejano, ajeno a todo lo que desde la península nos imaginamos al respecto del Rock cantado en español. Eran años de inestabilidad política y social en el país norteamericano, con un polemiquísimo tratado de libre comercio con Estados Unidos recién firmado, el asesinato de un candidato a presidente poco antes de las elecciones, con el inesperado alzamiento del EZLN en el Estado de Chiapas pidiendo justicia social e igualdad en un país en el que las mayorías raciales estaban sometidas por el poder del güero capital”.

Si Las Flores, Ingrata, El baile y el salón marcaron a toda una generación, cada canción de las 20 aquí presentes es una estación propia. Hablamos de arte, statements políticos (El fin de la infancia, Trópico de cáncer), “como todos los mestizos, también me maleducaron…”, la necesidad de conciliar la urbe con el campo, los ritmos de nuestros padres y los que eran “nuestros”.

Tal y como lo publica Hipersónica: fue un disco que encerraba tradición y sentimiento contestatario tanto en forma como en fondo”.

El segundo libro que publiqué lleva el nombre de una de las canciones de Re. Los vi de adolescente y luego adulto, aquí en Guatemala. Bailé a sus ritmos, con gente ahora desaparecida de mi vida; otras personas, en un exilio silencioso. Mientras tanto, persiste el Re, “este puto milagro divino” (Elvira Sastre).