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Un rayo de luz entre el covid-19 en América Latina: millones de nuevas cuentas bancarias

Redacción República
04 de julio, 2021

Las ayudas del gobierno impulsaron el crecimiento de la banca digital, lo que llevó a muchas de las personas pobres al sector financiero formal por primera vez durante la pandemia del covid-19.

Río de Janeiro. La pandemia golpeó a América Latina y sumió a muchas personas en la pobreza . Pero el sector financiero ha cosechado una ganancia inesperada. Decenas de millones en América Latina han abierto cuentas bancarias por primera vez para almacenar el efectivo de emergencia que entregan los gobiernos.

Las empresas de tecnología financiera emergentes, incluidos los bancos virtuales que no tienen sucursales físicas, se encuentran entre los grandes ganadores. Más baratos y ágiles que los bancos ordinarios, pero que ofrecen muchos de los mismos servicio. Están atrayendo a personas que habían evitado durante mucho tiempo las instituciones financieras tradicionales.

Más de 100 millones de personas en una región de 650 millones han pasado de una dependencia del efectivo a cuentas bancarias nuevas o inactivas durante la pandemia. Esto dijo la firma de investigación Americas Market Intelligence en un informe que encargó Mastercard.

El efecto es pronunciado en América Latina porque en África hubo poco gasto de estímulo para impulsar la banca. Y en las grandes economías asiáticas el porcentaje de personas con cuentas ya era alto.

La tendencia significa que millones pueden comenzar a ahorrar dinero más fácilmente que si estuvieran escondiendo efectivo debajo del colchón, según los economistas. Una cuenta también se traduce en un acceso más fácil al crédito y los seguros, lo que permite a las personas iniciar negocios en una región conocida por su gran economía informal, dicen.

“Para América Latina en particular, tanto los ahorros como el crédito son realmente una forma de mejorar la vida de las personas”. Según Paul Gertler, profesor de economía en la Universidad de California en Berkeley.

Muchos latinoamericanos ven a las instituciones financieras tradicionales como burocráticas y costosas debido a las altas tarifas.

Es incierto que la nueva ola de clientes continúe usando cuentas digitales y deje de guardar efectivo en casa. Dependerá de qué tan bien las firmas más nuevas interactúen con sus clientes. Además, que conviertan las cuentas abiertas en un uso frecuente. El fraude en línea también es una preocupación creciente.

Aún así, los expertos en finanzas dicen que están viendo un impulso.

El caso de Brasil y los fintech

El mayor crecimiento se produjo en Brasil. En este país la cantidad de personas que utilizaron el sistema financiero el año pasado experimentó su mayor aumento anual en más de una década.

Más de 68 millones de personas recibieron cheques mensuales como parte de un paquete de estímulo de $58 mil millones. El gran banco público, Caixa Econômica Federal, estuvo a cargo de los desembolsos.

Se abrieron decenas de millones de cuentas nuevas en Caixa. Pero como en muchos bancos tradicionales de América Latina, existen restricciones para los titulares de cuentas. Incluida la rapidez con la que las personas pueden retirar el dinero.

Eso llevó a la gente a las nuevas empresas de tecnología financiera, conocidas como fintechs. Estos servicios de banca digital habían estado creciendo antes de la pandemia, pero recibieron un gran impulso con los pagos de estímulo.

A nivel mundial, la inversión total en fintechs en 2020 cayó un 2% a $ 42,1 mil millones. La inversión por segundo año consecutivo disminuyó, según la firma de investigación con sede en Nueva York CB Insights.

Europa y Asia se estancaron. Mientras tanto, la inversión en fintechs con sede en América del Sur creció un 21% en comparación con el año anterior a $ 1.8 mil millones.

La bonanza es notable para empresas como la startup Nubank, con sede en São Paulo. Aumentó el número total de clientes a fines de 2020 a 33 millones desde los 20 millones del año anterior, un salto del 65%. Cerca de 500.000 personas obtuvieron efectivo de emergencia mediante sus cuentas en el banco virtual.

Durante la pandemia, el número de colombianos con una cuenta se disparó en 3 millones, a 31,2 millones. Esto según el gobierno, lo que le dio al país de 50 millones un porcentaje más alto de personas ahora activas en el sector bancario formal.

Donell Méndez, de 33 años, vendedor ambulante en las afueras de la ciudad de Cúcuta, en el este de Colombia dio su testimonio. Contó que “nunca había abierto una cuenta y que nunca había confiado en los bancos”.

“Escuché que cobran intereses, controlan su cuenta e incluso si no la usa, todavía le cobran”, dijo.

Pero después de recibir un mensaje de texto en julio pasado de que un subsidio del gobierno estaba en camino, cambió de parecer. Méndez descargó una aplicación de Movii, una compañía de pagos digitales. Esto le permitió usar su celular para recibir dinero, transferir a otras personas o pagar facturas.

“Fue un poco complicado al principio porque no sabía cómo usar el sistema y la aplicación, pero aprendí”. Dijo Méndez, mientras se mostraba asombrado porque “nunca en mi vida esperé tener una tarjeta de débito en mis manos. Es maravilloso”.

Movii fue una de las empresas que recibió un impulso en Colombia. La billetera digital de la empresa, una cuenta virtual que puede recibir y enviar dinero, tenía casi 12 meses cuando apareció covid-19. Tenía 250.000 usuarios. Un año después, superó los 1,5 millones.

Oportunidades en medio del covid-19

En Argentina, la ayuda pasó principalmente por medio de los bancos tradicionales, pero incluyó a una fintech, Brubank.

Antes de la pandemia, Daniela Martínez, de 20 años, que vive en Jujuy, en el extremo norte del país, nunca tenía una cuenta bancaria ni una tarjeta de crédito. “Guardé todo el efectivo que necesitaba en mi habitación”, dijo Martínez.

Pero cuando fue elegible para recibir ayuda, abrió una cuenta en Brubank y otra con Uala, una compañía de tarjetas de débito digital cuya base de clientes se triplicó durante la pandemia del covid-19 a 2,7 millones. Ahora ahorra la mitad de su sueldo en esas cuentas.

“Es más conveniente tener una cuenta digital que tener efectivo a la mano”, dijo.

Las empresas que ya están en el mundo digital han encontrado oportunidades .

El gigante argentino del comercio electrónico MercadoLibre está viendo a su brazo de pagos, Mercado Pago, expandirse. Su crecimiento en América Latina, con 8 millones de nuevos clientes agregados en 2020 solo en Brasil.

Los sectores bancarios y de pagos en Brasil también están atrayendo empresas internacionales como WhatsApp, propiedad de Facebook, que comenzó a ofrecer servicios de pago en el país en mayo, y la firma israelí global de pagos digitales, Rapyd.

Tania Ziegler, investigadora asociada del Centro de Finanzas Alternativas de la Universidad de Cambridge, dijo que el crecimiento de las cuentas es particularmente positivo para las personas más pobres, que siempre han trabajado y ahorrado de manera informal.

“FinTech ha crecido muy, muy rápido, en particular en la incorporación de esos nuevos clientes sub-bancarizados”, dijo.

Una de esas clientas es Anna Neves, de 46 años, una mesera desempleada que vive en un distrito pobre de Río de Janeiro. No hay banco e ir a uno significaría perder “medio día entero”, dijo. Ahora, con dos cuentas digitales, Neon y C6, rastrea su dinero, paga los servicios públicos y lo envía fácilmente a sus familiares.

“Siempre tengo una pequeña reserva de dinero”, dijo. “Está cambiando mi vida”.

—Jenny Carolina González contribuyó con el reportaje desde Bogotá, Colombia.

Este artículo ha sido traducido, por Noris Argotte Soto, para República

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Río de Janeiro. La pandemia golpeó a América Latina y sumió a muchas personas en la pobreza . Pero el sector financiero ha cosechado una ganancia inesperada. Decenas de millones en América Latina han abierto cuentas bancarias por primera vez para almacenar el efectivo de emergencia que entregan los gobiernos.

Las empresas de tecnología financiera emergentes, incluidos los bancos virtuales que no tienen sucursales físicas, se encuentran entre los grandes ganadores. Más baratos y ágiles que los bancos ordinarios, pero que ofrecen muchos de los mismos servicio. Están atrayendo a personas que habían evitado durante mucho tiempo las instituciones financieras tradicionales.

Más de 100 millones de personas en una región de 650 millones han pasado de una dependencia del efectivo a cuentas bancarias nuevas o inactivas durante la pandemia. Esto dijo la firma de investigación Americas Market Intelligence en un informe que encargó Mastercard.

El efecto es pronunciado en América Latina porque en África hubo poco gasto de estímulo para impulsar la banca. Y en las grandes economías asiáticas el porcentaje de personas con cuentas ya era alto.

La tendencia significa que millones pueden comenzar a ahorrar dinero más fácilmente que si estuvieran escondiendo efectivo debajo del colchón, según los economistas. Una cuenta también se traduce en un acceso más fácil al crédito y los seguros, lo que permite a las personas iniciar negocios en una región conocida por su gran economía informal, dicen.

“Para América Latina en particular, tanto los ahorros como el crédito son realmente una forma de mejorar la vida de las personas”. Según Paul Gertler, profesor de economía en la Universidad de California en Berkeley.

Muchos latinoamericanos ven a las instituciones financieras tradicionales como burocráticas y costosas debido a las altas tarifas.

Es incierto que la nueva ola de clientes continúe usando cuentas digitales y deje de guardar efectivo en casa. Dependerá de qué tan bien las firmas más nuevas interactúen con sus clientes. Además, que conviertan las cuentas abiertas en un uso frecuente. El fraude en línea también es una preocupación creciente.

Aún así, los expertos en finanzas dicen que están viendo un impulso.

El caso de Brasil y los fintech

El mayor crecimiento se produjo en Brasil. En este país la cantidad de personas que utilizaron el sistema financiero el año pasado experimentó su mayor aumento anual en más de una década.

Más de 68 millones de personas recibieron cheques mensuales como parte de un paquete de estímulo de $58 mil millones. El gran banco público, Caixa Econômica Federal, estuvo a cargo de los desembolsos.

Se abrieron decenas de millones de cuentas nuevas en Caixa. Pero como en muchos bancos tradicionales de América Latina, existen restricciones para los titulares de cuentas. Incluida la rapidez con la que las personas pueden retirar el dinero.

Eso llevó a la gente a las nuevas empresas de tecnología financiera, conocidas como fintechs. Estos servicios de banca digital habían estado creciendo antes de la pandemia, pero recibieron un gran impulso con los pagos de estímulo.

A nivel mundial, la inversión total en fintechs en 2020 cayó un 2% a $ 42,1 mil millones. La inversión por segundo año consecutivo disminuyó, según la firma de investigación con sede en Nueva York CB Insights.

Europa y Asia se estancaron. Mientras tanto, la inversión en fintechs con sede en América del Sur creció un 21% en comparación con el año anterior a $ 1.8 mil millones.

La bonanza es notable para empresas como la startup Nubank, con sede en São Paulo. Aumentó el número total de clientes a fines de 2020 a 33 millones desde los 20 millones del año anterior, un salto del 65%. Cerca de 500.000 personas obtuvieron efectivo de emergencia mediante sus cuentas en el banco virtual.

Durante la pandemia, el número de colombianos con una cuenta se disparó en 3 millones, a 31,2 millones. Esto según el gobierno, lo que le dio al país de 50 millones un porcentaje más alto de personas ahora activas en el sector bancario formal.

Donell Méndez, de 33 años, vendedor ambulante en las afueras de la ciudad de Cúcuta, en el este de Colombia dio su testimonio. Contó que “nunca había abierto una cuenta y que nunca había confiado en los bancos”.

“Escuché que cobran intereses, controlan su cuenta e incluso si no la usa, todavía le cobran”, dijo.

Pero después de recibir un mensaje de texto en julio pasado de que un subsidio del gobierno estaba en camino, cambió de parecer. Méndez descargó una aplicación de Movii, una compañía de pagos digitales. Esto le permitió usar su celular para recibir dinero, transferir a otras personas o pagar facturas.

“Fue un poco complicado al principio porque no sabía cómo usar el sistema y la aplicación, pero aprendí”. Dijo Méndez, mientras se mostraba asombrado porque “nunca en mi vida esperé tener una tarjeta de débito en mis manos. Es maravilloso”.

Movii fue una de las empresas que recibió un impulso en Colombia. La billetera digital de la empresa, una cuenta virtual que puede recibir y enviar dinero, tenía casi 12 meses cuando apareció covid-19. Tenía 250.000 usuarios. Un año después, superó los 1,5 millones.

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Antes de la pandemia, Daniela Martínez, de 20 años, que vive en Jujuy, en el extremo norte del país, nunca tenía una cuenta bancaria ni una tarjeta de crédito. “Guardé todo el efectivo que necesitaba en mi habitación”, dijo Martínez.

Pero cuando fue elegible para recibir ayuda, abrió una cuenta en Brubank y otra con Uala, una compañía de tarjetas de débito digital cuya base de clientes se triplicó durante la pandemia del covid-19 a 2,7 millones. Ahora ahorra la mitad de su sueldo en esas cuentas.

“Es más conveniente tener una cuenta digital que tener efectivo a la mano”, dijo.

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“FinTech ha crecido muy, muy rápido, en particular en la incorporación de esos nuevos clientes sub-bancarizados”, dijo.

Una de esas clientas es Anna Neves, de 46 años, una mesera desempleada que vive en un distrito pobre de Río de Janeiro. No hay banco e ir a uno significaría perder “medio día entero”, dijo. Ahora, con dos cuentas digitales, Neon y C6, rastrea su dinero, paga los servicios públicos y lo envía fácilmente a sus familiares.

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Este artículo ha sido traducido, por Noris Argotte Soto, para República

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