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Una gran calabaza y la mitad de otra

Gabriel Arana Fuentes
17 de septiembre, 2017

Versión Deluxe, es el blog de música de Luis Fernando Alejos y República

Es curioso presenciar el nacimiento de una banda a partir de otra. Más cuando el giro estilístico o de fondo queda documentado en un disco doble como No nos cuesta nada (grabado entre 2007 y 2009, lanzado al inicio de esta década), la tercera placa en estudio de La Gran Calabaza. Nacida en Guatemala, esta agrupación posiblemente se haya desintegrado, si bien al menos varios de sus integrantes mutaron en lo que ahora es Los Miseria Cumbia Band. El repertorio de esta banda todavía incluye canciones de La Calabaza, incluyendo varias que fueron editadas en este material.

No nos cuesta nada representa dos bandas, un antes y un después, la cumbia y los sonidos tropicales, conviviendo (y a ratos, opacando) con los orígenes rockeros de estos músicos. Asimismo, aquí vemos el legado de los ahora solistas (y compositores del grupo), Domingo Lemus y Carlos Rafael “El Gordo” Hernández. Pananana, el track inicial del Combo 1, es producto del Duo DinaMita (Lemus y Mita Kalayawa, alias Miguel Caroli, venezolano); Corazón dolido fue previamente incluida en el segundo álbum: Puro Utz (2007), en una versión que originalmente cantaba Hernández.

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Aquí hay mucho para bailar, el soundtrack de una fiesta camino a la playa está presente. Me confundes y Decí por dios son elecciones seguras para sangolotearse. Pablo León “El Mae” (constaricense radicado en Guatemala, con una trayectoria que incluye Los Últimos Adictos y Los Pelacats, entre otros) sigue agregando las texturas que en Puro Utz aparecieron por vez primera, como en el caso de La Mitad (originalmente Solo la mitad, grabada por El Gordo en su segundo disco) Calavera Dancing y El Bulín (de Hernández, incluida en El segundo disco de El Gordo). Reinterpretar música de El Gordo también es el caso de La mierda en el mar, la cual fue grabada por él originalmente como Al fondo del mar, en una versión mucho más sutil y delicada.

La producción de Juan Pablo Perea y Tuco Cárdenas, sumado al crecimiento de Pablo Cristiani como intérprete, los todavía presentes aportes y coros de Lemus y Hernández, hacen de No nos cuesta nada un disco digno de colección para los melómanos de rock guatemalteco. El rap de Tavo Bárcenas es otro momento sabroso en una versión de Pananana. Pool López y El Mae (luego acompañados por Perea) se unieron a Cristiani para integrar a LMCB, su siguiente aventura musical donde todavía escuchamos ecos de La Gran Calabaza, banda que pertenece a una época desaparecida de la industria (¿?) discográfica de nuestro país, cuando las llamadas a las estaciones de radio, MySpace y un experimento de reality television (Bulevar Hotel) permitieron difundir su música.

Larga vida a esta calabaza.

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Una gran calabaza y la mitad de otra

Gabriel Arana Fuentes
17 de septiembre, 2017

Versión Deluxe, es el blog de música de Luis Fernando Alejos y República

Es curioso presenciar el nacimiento de una banda a partir de otra. Más cuando el giro estilístico o de fondo queda documentado en un disco doble como No nos cuesta nada (grabado entre 2007 y 2009, lanzado al inicio de esta década), la tercera placa en estudio de La Gran Calabaza. Nacida en Guatemala, esta agrupación posiblemente se haya desintegrado, si bien al menos varios de sus integrantes mutaron en lo que ahora es Los Miseria Cumbia Band. El repertorio de esta banda todavía incluye canciones de La Calabaza, incluyendo varias que fueron editadas en este material.

No nos cuesta nada representa dos bandas, un antes y un después, la cumbia y los sonidos tropicales, conviviendo (y a ratos, opacando) con los orígenes rockeros de estos músicos. Asimismo, aquí vemos el legado de los ahora solistas (y compositores del grupo), Domingo Lemus y Carlos Rafael “El Gordo” Hernández. Pananana, el track inicial del Combo 1, es producto del Duo DinaMita (Lemus y Mita Kalayawa, alias Miguel Caroli, venezolano); Corazón dolido fue previamente incluida en el segundo álbum: Puro Utz (2007), en una versión que originalmente cantaba Hernández.

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Aquí hay mucho para bailar, el soundtrack de una fiesta camino a la playa está presente. Me confundes y Decí por dios son elecciones seguras para sangolotearse. Pablo León “El Mae” (constaricense radicado en Guatemala, con una trayectoria que incluye Los Últimos Adictos y Los Pelacats, entre otros) sigue agregando las texturas que en Puro Utz aparecieron por vez primera, como en el caso de La Mitad (originalmente Solo la mitad, grabada por El Gordo en su segundo disco) Calavera Dancing y El Bulín (de Hernández, incluida en El segundo disco de El Gordo). Reinterpretar música de El Gordo también es el caso de La mierda en el mar, la cual fue grabada por él originalmente como Al fondo del mar, en una versión mucho más sutil y delicada.

La producción de Juan Pablo Perea y Tuco Cárdenas, sumado al crecimiento de Pablo Cristiani como intérprete, los todavía presentes aportes y coros de Lemus y Hernández, hacen de No nos cuesta nada un disco digno de colección para los melómanos de rock guatemalteco. El rap de Tavo Bárcenas es otro momento sabroso en una versión de Pananana. Pool López y El Mae (luego acompañados por Perea) se unieron a Cristiani para integrar a LMCB, su siguiente aventura musical donde todavía escuchamos ecos de La Gran Calabaza, banda que pertenece a una época desaparecida de la industria (¿?) discográfica de nuestro país, cuando las llamadas a las estaciones de radio, MySpace y un experimento de reality television (Bulevar Hotel) permitieron difundir su música.

Larga vida a esta calabaza.

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