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Caminando por la Ciudad | El Chino Rocola

Invitado
18 de abril, 2021

El Chino Rocola. Caminando por la Ciudad es el blog de Ángel Álvarez, quien narra historias y situaciones de los habitantes de la capital y otras ciudades.

«FM 95 y Doble S, mezclas en vivo». Así se escucha decir al Chino Rocola en medio de la polvareda de los campos del Pishaco, La Pedrera o Jocotales.

Todos los fines de semana aglomera a más de quinientas almas que cantan y admiran su talento con todo el repertorio de la música disco, rock en inglés y algo de pop setentero. No importa el tierrero y los fuertes vientos a la orilla de la cancha.

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Unos cuantos se emocionan con las jugadas de los delanteros (chilenas, cabezazos, pechitos) y las mejores atajadas del «Gato». Este jugador que saca más de un grito a los asistentes.

A los que no les apasiona tanto el fut se congregan a un lado del campo de tierra, marcado por esas líneas medio torcidas pintadas con cal colada. Los jugadores corren entre la polvareda y los vendedores.

Pasan ofreciendo elotes locos, algodón dulce y tostadas con salsa, guacamol y tierra, pasan como almas en pena, ofreciendo sus productos.

El repertorio sólo incluye música en el inglés inventado por el Chino Rocola junto con los sonidos de sintetizadores. Además de la batería electrónica y guitarras eléctricas.

Tantos instrumentos emanan de la voz de este peculiar personaje de larga melena y lentes de cola de ratón. Anda con vestimenta setentera y rasgos orientales.

Es toda una celebridad, cada semana lo vitorean y lo ven llegar con su micrófono, bocinas, cables y extensiones imaginarias. Canta y ejecuta diez instrumentos con su garganta sin parar durante horas.

Tampoco falta el largo repertorio de anunciantes de marcas famosas que respaldan su buena interpretación musical. Pero esos patrocinios también son imaginarios.

El Chino Rocola vive de las monedas que el público le deja en el sombrero de paja que coloca en el suelo.

Aunque a veces se llena más de tierra que de dinero, no se desmoraliza para seguir dando lo mejor de su arte. Le satisface ver a las nuevas generaciones coreando los temas musicales de la radio y siguiéndole el ritmo con la punta del pie sobre la tierra.

Pocos saben su origen, sólo que se le ve a bordo de las urbanas que cubren las rutas 3, 8 negro y 8 rojo, de lunes a viernes. Pocas veces va al parque central, ya que la gente de la zona 1 no aprecia la buena música. Por eso mejor sigue en sus dominios de la recia zona 6.

Se dice que hay muchas personas que van a los campos los fines de semana a comer rico y a escuchar al Chino Rocola.

Ni saben cómo van los partidos de fut, quién será el campeón o el máximo goleador del torneo. Se habla entre los visitantes que debería ir a algún programa televisivo de talentos y cantantes principiantes.

Pero el Chino Rocola carece de los contactos y sólo se limita a realizar su pasión por el beat box a cambio de unas monedas.

Dicen quienes lo conocen que es toda una estrella en su colonia, ya que no sale a la calle sin pulir sus lentes negros de cola de ratón, lustrar sus botines puntiagudos, planchar su camisa de seda con flores multicolores, dejar sin arrugas su pantalón acampanado de poliéster y peinar su larga melena medio reseca por el sol. Después hace gárgaras con agua caliente mezclada con miel de abeja y dos gotas de limón.

No se le ve tomar gaseosas frías, mucho menos cerveza, ya que debe cuidar esa voz angelical que lo vuelve el centro de los aplausos y foco de admiración en los barrios de la zona 6. Siempre está dispuesto a dar autógrafos, tomarse una fotografía de rollo, darle consejos a los más pequeños acerca de que deben estudiar duro y portarse bien con sus papás.

Nadie le conoce hermanos, padres o hijos, muchos dicen que es un personaje solitario y vive de la fama, de la que disfruta y se alimenta cada fin de semana.

No necesita tener lujos, automóvil o mucho dinero en la bolsa, se siente rico y satisfecho con la admiración de las personas.

Da consejos a los que se dejan, les recuerda que no es necesario tener muchas cosas materiales para triunfar en la vida, sino amigos, paz y felicidad para gozar de buena salud.

Caminando por la Ciudad | El Chino Rocola

Invitado
18 de abril, 2021

El Chino Rocola. Caminando por la Ciudad es el blog de Ángel Álvarez, quien narra historias y situaciones de los habitantes de la capital y otras ciudades.

«FM 95 y Doble S, mezclas en vivo». Así se escucha decir al Chino Rocola en medio de la polvareda de los campos del Pishaco, La Pedrera o Jocotales.

Todos los fines de semana aglomera a más de quinientas almas que cantan y admiran su talento con todo el repertorio de la música disco, rock en inglés y algo de pop setentero. No importa el tierrero y los fuertes vientos a la orilla de la cancha.

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Unos cuantos se emocionan con las jugadas de los delanteros (chilenas, cabezazos, pechitos) y las mejores atajadas del «Gato». Este jugador que saca más de un grito a los asistentes.

A los que no les apasiona tanto el fut se congregan a un lado del campo de tierra, marcado por esas líneas medio torcidas pintadas con cal colada. Los jugadores corren entre la polvareda y los vendedores.

Pasan ofreciendo elotes locos, algodón dulce y tostadas con salsa, guacamol y tierra, pasan como almas en pena, ofreciendo sus productos.

El repertorio sólo incluye música en el inglés inventado por el Chino Rocola junto con los sonidos de sintetizadores. Además de la batería electrónica y guitarras eléctricas.

Tantos instrumentos emanan de la voz de este peculiar personaje de larga melena y lentes de cola de ratón. Anda con vestimenta setentera y rasgos orientales.

Es toda una celebridad, cada semana lo vitorean y lo ven llegar con su micrófono, bocinas, cables y extensiones imaginarias. Canta y ejecuta diez instrumentos con su garganta sin parar durante horas.

Tampoco falta el largo repertorio de anunciantes de marcas famosas que respaldan su buena interpretación musical. Pero esos patrocinios también son imaginarios.

El Chino Rocola vive de las monedas que el público le deja en el sombrero de paja que coloca en el suelo.

Aunque a veces se llena más de tierra que de dinero, no se desmoraliza para seguir dando lo mejor de su arte. Le satisface ver a las nuevas generaciones coreando los temas musicales de la radio y siguiéndole el ritmo con la punta del pie sobre la tierra.

Pocos saben su origen, sólo que se le ve a bordo de las urbanas que cubren las rutas 3, 8 negro y 8 rojo, de lunes a viernes. Pocas veces va al parque central, ya que la gente de la zona 1 no aprecia la buena música. Por eso mejor sigue en sus dominios de la recia zona 6.

Se dice que hay muchas personas que van a los campos los fines de semana a comer rico y a escuchar al Chino Rocola.

Ni saben cómo van los partidos de fut, quién será el campeón o el máximo goleador del torneo. Se habla entre los visitantes que debería ir a algún programa televisivo de talentos y cantantes principiantes.

Pero el Chino Rocola carece de los contactos y sólo se limita a realizar su pasión por el beat box a cambio de unas monedas.

Dicen quienes lo conocen que es toda una estrella en su colonia, ya que no sale a la calle sin pulir sus lentes negros de cola de ratón, lustrar sus botines puntiagudos, planchar su camisa de seda con flores multicolores, dejar sin arrugas su pantalón acampanado de poliéster y peinar su larga melena medio reseca por el sol. Después hace gárgaras con agua caliente mezclada con miel de abeja y dos gotas de limón.

No se le ve tomar gaseosas frías, mucho menos cerveza, ya que debe cuidar esa voz angelical que lo vuelve el centro de los aplausos y foco de admiración en los barrios de la zona 6. Siempre está dispuesto a dar autógrafos, tomarse una fotografía de rollo, darle consejos a los más pequeños acerca de que deben estudiar duro y portarse bien con sus papás.

Nadie le conoce hermanos, padres o hijos, muchos dicen que es un personaje solitario y vive de la fama, de la que disfruta y se alimenta cada fin de semana.

No necesita tener lujos, automóvil o mucho dinero en la bolsa, se siente rico y satisfecho con la admiración de las personas.

Da consejos a los que se dejan, les recuerda que no es necesario tener muchas cosas materiales para triunfar en la vida, sino amigos, paz y felicidad para gozar de buena salud.