La semana del 5 de noviembre tuve la oportunidad de conocer San Francisco, California y sus alrededores. Como en mis viajes anteriores, me anima compartir -en texto, imágenes y video- lo que observé y el cómo, muy pronto, podríamos transformar nuestros países en pujantes ciudades, departamentos y municipios. Lo haré en tres entregas, en este enlace puedes leer la primera de ellas; hoy aquí la segunda de ellas:
Economía y política
De tres fenómenos importantes fuimos testigos aquella semana: a) la gran cantidad de “homeless” (vagabundos o indigentes) que hay en las calles, b) una huelga de trabajadores de hoteles 5 estrellas y, c) las elecciones de medio término del martes 6 de noviembre.
Según un candidato demócrata que pude leer, lo de los “Homeless” es una crisis. Y parece serlo. Se ven por mucho en todas las calles de San Francisco y sus alrededores. Muchos de ellos “acampan” bajo puentes, en los parques y en los frentes de las tiendas y hoteles. La mayoría de ellos son de edad avanzada y parecen estar bajo efectos de drogas y alcohol. Seguramente, las causas de este fenómeno son diversas y realmente no las conozco, pero no es difícil suponer que mucho de ello se debe a la desintegración familiar, la ausencia de valores como la responsabilidad de los hijos sobre los padres y viceversa, la educación “gringa” estatizada, la cual para nada es un modelo a seguir, y eventualmente, los programas sociales que de alguna manera invitan a la irresponsabilidad, al vicio y al paternalismo. Precisamente los candidatos demócratas por el estado de San Francisco proponían “un pequeño impuesto a las muy grandes corporaciones” para atacar el problema. Típica solución estatista, de izquierdas. La solución de derecha liberal no pasa por más impuestos sino por advertir el fenómeno completo y atacar las causas. Quizás la solución empiece por recuperar los valores tradicionales, esos que la educación estatista obvia o tergiversa a propósito. Quizás la solución esté en desregular los mercados para que haya más inversión y empleo, y en último caso, más caridad privada que pueda atender estos problemas.
En mi opinión, eso es lo que sucede cuando el régimen laboral es intervenido por los gobiernos; el régimen laboral estadounidense, no obstante, es bastante flexible pero no escapa a las trampas estatistas promovidas por la OIT. No se entiende, por ejemplo, que lo único que hace fluctuar naturalmente los salarios -para arriba o para abajo-es una mayor demanda por trabajadores, lo cual es consecuencia a la vez de una mayor inversión, especialización y competencia. Hacerlo mediante la versión socialista del “sindicato”, es decir, mediante la fuerza (huelgas) y privilegios, no es el camino correcto. Recuerda que las tres funciones naturales de los sindicatos -en su versión liberal- son: 1) la capacitación de sus agremiados, en franca competencia con las instituciones educativas; 2) las bolsas de trabajo, en franca competencia con las agencias privadas de reclutamiento y; 3) los fondos y cajas de pensión, en franca competencia con los fondos privados de pensión. Para nada lo es buscar por la fuerza una mejora salarial.
Sobre las elecciones de medio término desarrolladas el martes 6 de noviembre mucho es posible decir. Aquí me limitaré a invitar a leer el análisis que hacen mis colegas del Heartland Institute, quienes un día después lanzaron un Comunicado de Prensa con comentarios de varios de sus socios investigadores. De ello me llama la atención saber, más allá de lo ocurrido en el Senado y en la Cámara de Representantes, que, por ejemplo, en Washington se rechazó un impuesto al carbón, en Colorado se rechazó una ordenanza punitiva para la extracción de petróleo y gas y en Arizona se rechazó el incremento a la ley de energías renovables. No obstante, precisamente en California se rechazó una iniciativa de rescindir el aumento del impuesto a la gasolina, la cual rondaba durante los días de mi estadía a $4.11 el galón de Regular (Q32.05/galón de Regular), de los cuales $0.71 centavos corresponden al impuesto; según el analista del Institute for Energy Research, Rob Bradley, dicha carga impositiva es la más alta en todo el país.
Desde el Foro Liberal de América Latina hemos propuesto El camino para salir del laberinto, para reunificar a las familias, para mejorar los salarios de los trabajadores, para incrementar las capacidades de la caridad privada, reducir el número de indigentes e incluso, para mejorar la calidad de candidatos y programas políticos. ¡Conócenos e involúcrate!
__________
Jorge David Chapas es empresario, docente, político liberal clásico y padre homeschooler. @JDChapas
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
La semana del 5 de noviembre tuve la oportunidad de conocer San Francisco, California y sus alrededores. Como en mis viajes anteriores, me anima compartir -en texto, imágenes y video- lo que observé y el cómo, muy pronto, podríamos transformar nuestros países en pujantes ciudades, departamentos y municipios. Lo haré en tres entregas, en este enlace puedes leer la primera de ellas; hoy aquí la segunda de ellas:
Economía y política
De tres fenómenos importantes fuimos testigos aquella semana: a) la gran cantidad de “homeless” (vagabundos o indigentes) que hay en las calles, b) una huelga de trabajadores de hoteles 5 estrellas y, c) las elecciones de medio término del martes 6 de noviembre.
Según un candidato demócrata que pude leer, lo de los “Homeless” es una crisis. Y parece serlo. Se ven por mucho en todas las calles de San Francisco y sus alrededores. Muchos de ellos “acampan” bajo puentes, en los parques y en los frentes de las tiendas y hoteles. La mayoría de ellos son de edad avanzada y parecen estar bajo efectos de drogas y alcohol. Seguramente, las causas de este fenómeno son diversas y realmente no las conozco, pero no es difícil suponer que mucho de ello se debe a la desintegración familiar, la ausencia de valores como la responsabilidad de los hijos sobre los padres y viceversa, la educación “gringa” estatizada, la cual para nada es un modelo a seguir, y eventualmente, los programas sociales que de alguna manera invitan a la irresponsabilidad, al vicio y al paternalismo. Precisamente los candidatos demócratas por el estado de San Francisco proponían “un pequeño impuesto a las muy grandes corporaciones” para atacar el problema. Típica solución estatista, de izquierdas. La solución de derecha liberal no pasa por más impuestos sino por advertir el fenómeno completo y atacar las causas. Quizás la solución empiece por recuperar los valores tradicionales, esos que la educación estatista obvia o tergiversa a propósito. Quizás la solución esté en desregular los mercados para que haya más inversión y empleo, y en último caso, más caridad privada que pueda atender estos problemas.
En mi opinión, eso es lo que sucede cuando el régimen laboral es intervenido por los gobiernos; el régimen laboral estadounidense, no obstante, es bastante flexible pero no escapa a las trampas estatistas promovidas por la OIT. No se entiende, por ejemplo, que lo único que hace fluctuar naturalmente los salarios -para arriba o para abajo-es una mayor demanda por trabajadores, lo cual es consecuencia a la vez de una mayor inversión, especialización y competencia. Hacerlo mediante la versión socialista del “sindicato”, es decir, mediante la fuerza (huelgas) y privilegios, no es el camino correcto. Recuerda que las tres funciones naturales de los sindicatos -en su versión liberal- son: 1) la capacitación de sus agremiados, en franca competencia con las instituciones educativas; 2) las bolsas de trabajo, en franca competencia con las agencias privadas de reclutamiento y; 3) los fondos y cajas de pensión, en franca competencia con los fondos privados de pensión. Para nada lo es buscar por la fuerza una mejora salarial.
Sobre las elecciones de medio término desarrolladas el martes 6 de noviembre mucho es posible decir. Aquí me limitaré a invitar a leer el análisis que hacen mis colegas del Heartland Institute, quienes un día después lanzaron un Comunicado de Prensa con comentarios de varios de sus socios investigadores. De ello me llama la atención saber, más allá de lo ocurrido en el Senado y en la Cámara de Representantes, que, por ejemplo, en Washington se rechazó un impuesto al carbón, en Colorado se rechazó una ordenanza punitiva para la extracción de petróleo y gas y en Arizona se rechazó el incremento a la ley de energías renovables. No obstante, precisamente en California se rechazó una iniciativa de rescindir el aumento del impuesto a la gasolina, la cual rondaba durante los días de mi estadía a $4.11 el galón de Regular (Q32.05/galón de Regular), de los cuales $0.71 centavos corresponden al impuesto; según el analista del Institute for Energy Research, Rob Bradley, dicha carga impositiva es la más alta en todo el país.
Desde el Foro Liberal de América Latina hemos propuesto El camino para salir del laberinto, para reunificar a las familias, para mejorar los salarios de los trabajadores, para incrementar las capacidades de la caridad privada, reducir el número de indigentes e incluso, para mejorar la calidad de candidatos y programas políticos. ¡Conócenos e involúcrate!
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Jorge David Chapas es empresario, docente, político liberal clásico y padre homeschooler. @JDChapas
República es ajena a la opinión expresada en este artículo