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Ciudad y urbe

Ciudadano, entonces, es la persona que puede gozar de todos sus derechos: derecho a la vida, derecho a la libertad y derecho a la propiedad, derechos protegidos por el Cuerpo Político. 

.
Warren Orbaugh |
18 de septiembre, 2023

          En alguna oportunidad, habrás encontrado a algunos individuos que se hayan referido a las ciudades de Nueva York, Chicago o Santiago de los Caballeros de Guatemala como lugares que vale la pena visitar. Alabaron, quizás, los rascacielos de las primeras: el Empire State Building, Rockefeller Center, el Seagram, la Torre Sears, el Monadnock, o los conventos de la última: las Capuchinas, Santa Clara, Santa Catalina, Concepción, y Santa Teresa.  Si las visitaran se podrían deleitar con sus espectáculos, con las Rockettes o con las procesiones en Semana Santa. 

         Ahora quiero invitarte a reflexionar sobre el párrafo anterior. Normalmente, como en el inicio del párrafo, la gente se refiere a la ciudad como un lugar: la ciudad de Nueva York es un lugar digno de visitar, o deseo ir a Chicago. No obstante, en la segunda parte del párrafo cuando se refieren a ella quieren decir la estructura física de la ciudad que consiste en los edificios y calles. Y como vemos en la última parte del párrafo, también se refieren a la gente, a los habitantes: las Rockettes, las procesiones. Cuando se dice que la ciudad de Nueva York se conmovió con el desastre provocado por los atentados del 11 de septiembre, se habla de las personas y no del lugar o de los edificios. Esta ambigüedad en el uso del término podrá ser aceptable, aunque lo dudo, en una conversación casual, sin embargo, es inaceptable para un análisis serio de la ciudad y la urbe. Es por eso por lo que considero necesario definir primero los términos que usaré en esta exposición. 

          La ciudad es un tipo de asociación. Es una asociación de productores que a la vez son comerciantes libres que tienen como fin vivir una vida próspera. Los griegos la llamaron polis y a su mejor sistema de gobierno, según Aristóteles, uno constitucional y de leyes, politeia. Nuestra palabra ciudad viene del latín civitas, que significa el conjunto de ciudadanos libremente asociados para vivir en concordia. Su tipo de gobierno lo llamaron los romanos Res Publica que significa asunto de interés público. Y lo que era de interés público era la libertad de cada ciudadano. Nos lo dice Tácito:

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            «Los reyes poseían a Roma en un principio; Lucius Brutus ha dado libertad a los romanos.»

¿Qué quiso decir con esto? Veamos, ¿qué tipo de concepto es ‘libertad’?  Un concepto es ‘relativo’ cuando es el caso de que su relación con algo más es una condición necesaria de su existencia. Es ‘correlativo’ cuando esa relación se da en ambos sentidos. Libertad es un concepto ´correlativo’, es decir, que se explica con relación a alguna otra cosa. Por ejemplo, el término ‘hijo’ es correlativo, pues se explica con relación al término ‘padre’, y éste último con relación al término ‘hijo’. Lo mismo sucede con el término ‘esclavo’ que se explica con relación a ‘amo’, y este último con relación al primero. De la misma manera, ‘libertad’ sólo se explica en correlación a ‘amo’ y a ‘sociedad’ y esta última con relación a la primera.

          Examinemos esta relación. Solón nos dice que un esclavo es aquel que se encuentra sujeto incondicionalmente bajo el mando de otro hombre. Su esclavitud es provocada por el ataque arrogante y mantenida por la fuerza física de otros. Pero el punto fundamental para Solón aquí es que un campesino, por ejemplo, estaba a merced y era vulnerable al ataque y sometimiento por la fuerza física en contra suya y su familia, por aquel que deseaba esclavizarlos. La esencia de la esclavitud entonces es el uso de la fuerza o la amenaza de ésta en contra de alguien por otros hombres, sin considerar las leyes o ajustes legales.

          Solón puso remedio a esta situación de desorden y eliminó la esclavitud de los atenienses con la ciudad, bajo un ‘buen orden’ (Eunomiê) centrado en la justicia (dike) y en leyes escritas.  Así liberó a los atenienses, quienes debían quedar protegidos contra aquellos que iniciaran la fuerza en su contra, por medio de leyes escritas y universales que podían hacerse cumplir a todos. Los hombres quienes ahora eran ‘hombres libres’ (eleutherous), es decir no esclavos y que se contrastaban con los anteriores esclavos (doulien), constituyeron un estado eleutherous (de hombres libres) que existía en oposición a uno esclavizado o tiranía. Entonces para Solón, un hombre libre es un humano, ático, sin amo alguno, cuya autonomía personal dentro de la polis está protegida del ataque de sus compañeros y extranjeros o bárbaros.

           Hay que notar que no cualquier agrupación o comunidad es una sociedad. Sólo aquella donde sus integrantes son socios libres. La libertad pues, siempre se refiere a relaciones entre hombres. Un hombre es libre en tanto pueda vivir y actuar sin estar a merced de las decisiones arbitrarias de otras personas. El hombre solitario, aislado, autosuficiente, será autónomo, pero no es libre. Está a merced de cualquiera que sea más fuerte que él. El tipo más fuerte tiene el poder de matarlo con impunidad, o de esclavizarlo.

           La libertad es una condición del hombre dentro de una sociedad civil contractual. La cooperación social bajo un sistema de respeto a los individuos y a su propiedad de los medios de producción, significa que el individuo no está obligado a obedecer y a servir a un señor feudal. En tanto dé y sirva a otras personas, lo hace por su propio gusto con el propósito de recibir una recompensa a cambio o un servicio de los servidos.  Intercambia bienes y servicios, no trabajos forzados y tributos. No es independiente, comercialmente hablando. Más bien es interdependiente con los otros miembros de la sociedad. Esta interdependencia es mutua.  Como miembro de una sociedad contractual es libre porque sirve a otros sólo al servirse a sí mismo.

           El concepto de libertad no es aplicable a la naturaleza o a las leyes físicas. El hombre no puede ‘liberarse’ de las restricciones que le impone la naturaleza. No tiene sentido el concepto de libertad en este contexto. No tiene sentido decir que uno no es libre porque tiene que trabajar para vivir.

           Entonces, el principio esencial que distingue la libertad de la esclavitud es: el principio de acción voluntaria versus el de coerción física. La libertad en un contexto político es el poder actuar sin estar a merced del poder coercitivo y arbitrario del estado –y nada más.

          La función del gobierno en la sociedad es la protección de las libertades de los ciudadanos, o lo que es lo mismo, de sus derechos individuales. El principio de los derechos del individuo, por ser una extensión de la moralidad en un sistema social, impone una constricción legal al uso del poder del gobierno: éste debe abstenerse de violar los derechos de los ciudadanos. Los derechos individuales sirven como protección del individuo contra el uso de la fuerza arbitraria de la mayoría al subordinar el poder al derecho, a lo que es moralmente correcto, justo. Kant reconoció que los derechos son un principio moral, una condición antecedente para la constitución de la sociedad o del Estado, que para él es una unión de hombres bajo el imperio de la Ley, una ley que se deriva de lo moralmente correcto. A esta unión, cuya concepción del término muchas autoridades acreditan a Kant, los alemanes la llamaron Rechtsstaat, o lo que en español constituye un Estado de Derecho, o sea un Estado donde el gobierno no está por encima de lo que es correcto, de lo que es justo, de la ética, de las normas universales de recta conducta, de la ley.

Es un concepto similar al angloamericano Rule of Law, pero con énfasis en la corrección moral. En un Rechtsstaat los ciudadanos tienen sus derechos individuales garantizados por una Constitución y se hacen respetar jurídicamente. El gobierno se instituye con el único propósito de asegurar los derechos de los ciudadanos, protegiéndolos de los criminales, y la Constitución se escribe para proteger al ciudadano del gobierno. Se declara explícitamente de esta manera que los derechos individuales reemplazan cualquier poder social o público.

         Los derechos del hombre sólo pueden violarse por medio de la fuerza física. Sólo por medio de la violencia puede un hombre o un grupo de hombres privar a otro u otros de su vida, su libertad y su propiedad. Sólo por medio de la fuerza física pueden robarle, esclavizarle, impedirle actuar para conseguir sus propios fines u obligarle a actuar en contra de su propio juicio racional. Y quien recurre a la fuerza para violar los derechos de otros es un criminal. Para resolver esos casos la ciudad tiene protección legal en contra de los criminales. 

         La ley es la organización colectiva del derecho individual de legítima defensa, derecho éste de defender, incluso por la fuerza si fuera necesario, su vida, su libertad y su propiedad. Este derecho de legítima defensa antecede a la ley. Esta última reemplaza las fuerzas individuales por la fuerza colectiva para perseguir y castigar a quien viole el derecho de algún ciudadano. Sirve así para garantizar la integridad de las personas, sus libertades y sus propiedades. 

         El uso de la fuerza colectiva, que es la unión de las fuerzas individuales, no puede invocarse para ningún otro fin que no sea el de legítima defensa. Por eso, la ley que tiene como instrumento necesario la fuerza, no puede tener dominio legítimo más allá del dominio legítimo de la fuerza. El propósito de la ley es la protección de los derechos del ciudadano, y el límite de la ley son esos mismos derechos. El derecho es lo justo; el privilegio es lo injusto. 

       Ciudadano, entonces, es la persona que puede gozar de todos sus derechos: derecho a la vida, derecho a la libertad y derecho a la propiedad, derechos protegidos por el Cuerpo Político.  Ciudadano significa ‘hombre libre’, es el ‘eleutheros’ de los griegos y el ‘vir’ de los romanos. Este significado, de ‘hombre libre’, se puede ver también en la palabra inglesa ‘freeman’ que significa ciudadano. Y es la razón por la cual los revolucionarios de la Revolución Francesa se designaban a sí mismos como ciudadanos.

         La urbe es la arquitectura de la ciudad. La palabra se deriva de la palabra latina urbs que significa la fábrica rodeada de murallas de una población. La urbe es el conjunto de los edificios, las calles, las plazas, los parques, la infraestructura de instalaciones, los monumentos, acueductos, las murallas, etc. Su estructura fundamental es su trazado o la adición de los sucesivos trazados que la constituyen. Debido a estar rodeada de murallas y a que la movilización principal dentro de estas era peatonal, las urbes antiguas eran de trazado compacto para así aumentar su densidad poblacional y acercar los servicios dentro de estas al mayor número posible de habitantes. 

El trazado que forma el tejido urbano está estructurado por una trama o red primaria. Esta está compuesta por las vías principales de circulación, espacios singulares y zonas verdes. Las tramas secundarias dividen a las primarias. Son las calles transversales comprendidas entre las arterias de la red primaria y forman una red más flexible y de menor importancia estructural. Una microestructura urbana compuesta de callejones, pasajes abiertos o cubiertos y patios vecinales dividen la trama secundaria. La estructura urbana con sus tres tramas se superpone a los elementos naturales y topográficos de un sitio. La urbe es la estructura física compacta y de alta densidad habitacional donde reside un poblado con un orden político. La urbe expresa por medio de sus edificaciones el orden político de quien la construye. Así, la urbe de un régimen monárquico, de una tiranía, o de la ciudad, expresa en sus edificios sus respectivos órdenes políticos. 

Ciudad y urbe

Ciudadano, entonces, es la persona que puede gozar de todos sus derechos: derecho a la vida, derecho a la libertad y derecho a la propiedad, derechos protegidos por el Cuerpo Político. 

Warren Orbaugh |
18 de septiembre, 2023
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          En alguna oportunidad, habrás encontrado a algunos individuos que se hayan referido a las ciudades de Nueva York, Chicago o Santiago de los Caballeros de Guatemala como lugares que vale la pena visitar. Alabaron, quizás, los rascacielos de las primeras: el Empire State Building, Rockefeller Center, el Seagram, la Torre Sears, el Monadnock, o los conventos de la última: las Capuchinas, Santa Clara, Santa Catalina, Concepción, y Santa Teresa.  Si las visitaran se podrían deleitar con sus espectáculos, con las Rockettes o con las procesiones en Semana Santa. 

         Ahora quiero invitarte a reflexionar sobre el párrafo anterior. Normalmente, como en el inicio del párrafo, la gente se refiere a la ciudad como un lugar: la ciudad de Nueva York es un lugar digno de visitar, o deseo ir a Chicago. No obstante, en la segunda parte del párrafo cuando se refieren a ella quieren decir la estructura física de la ciudad que consiste en los edificios y calles. Y como vemos en la última parte del párrafo, también se refieren a la gente, a los habitantes: las Rockettes, las procesiones. Cuando se dice que la ciudad de Nueva York se conmovió con el desastre provocado por los atentados del 11 de septiembre, se habla de las personas y no del lugar o de los edificios. Esta ambigüedad en el uso del término podrá ser aceptable, aunque lo dudo, en una conversación casual, sin embargo, es inaceptable para un análisis serio de la ciudad y la urbe. Es por eso por lo que considero necesario definir primero los términos que usaré en esta exposición. 

          La ciudad es un tipo de asociación. Es una asociación de productores que a la vez son comerciantes libres que tienen como fin vivir una vida próspera. Los griegos la llamaron polis y a su mejor sistema de gobierno, según Aristóteles, uno constitucional y de leyes, politeia. Nuestra palabra ciudad viene del latín civitas, que significa el conjunto de ciudadanos libremente asociados para vivir en concordia. Su tipo de gobierno lo llamaron los romanos Res Publica que significa asunto de interés público. Y lo que era de interés público era la libertad de cada ciudadano. Nos lo dice Tácito:

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            «Los reyes poseían a Roma en un principio; Lucius Brutus ha dado libertad a los romanos.»

¿Qué quiso decir con esto? Veamos, ¿qué tipo de concepto es ‘libertad’?  Un concepto es ‘relativo’ cuando es el caso de que su relación con algo más es una condición necesaria de su existencia. Es ‘correlativo’ cuando esa relación se da en ambos sentidos. Libertad es un concepto ´correlativo’, es decir, que se explica con relación a alguna otra cosa. Por ejemplo, el término ‘hijo’ es correlativo, pues se explica con relación al término ‘padre’, y éste último con relación al término ‘hijo’. Lo mismo sucede con el término ‘esclavo’ que se explica con relación a ‘amo’, y este último con relación al primero. De la misma manera, ‘libertad’ sólo se explica en correlación a ‘amo’ y a ‘sociedad’ y esta última con relación a la primera.

          Examinemos esta relación. Solón nos dice que un esclavo es aquel que se encuentra sujeto incondicionalmente bajo el mando de otro hombre. Su esclavitud es provocada por el ataque arrogante y mantenida por la fuerza física de otros. Pero el punto fundamental para Solón aquí es que un campesino, por ejemplo, estaba a merced y era vulnerable al ataque y sometimiento por la fuerza física en contra suya y su familia, por aquel que deseaba esclavizarlos. La esencia de la esclavitud entonces es el uso de la fuerza o la amenaza de ésta en contra de alguien por otros hombres, sin considerar las leyes o ajustes legales.

          Solón puso remedio a esta situación de desorden y eliminó la esclavitud de los atenienses con la ciudad, bajo un ‘buen orden’ (Eunomiê) centrado en la justicia (dike) y en leyes escritas.  Así liberó a los atenienses, quienes debían quedar protegidos contra aquellos que iniciaran la fuerza en su contra, por medio de leyes escritas y universales que podían hacerse cumplir a todos. Los hombres quienes ahora eran ‘hombres libres’ (eleutherous), es decir no esclavos y que se contrastaban con los anteriores esclavos (doulien), constituyeron un estado eleutherous (de hombres libres) que existía en oposición a uno esclavizado o tiranía. Entonces para Solón, un hombre libre es un humano, ático, sin amo alguno, cuya autonomía personal dentro de la polis está protegida del ataque de sus compañeros y extranjeros o bárbaros.

           Hay que notar que no cualquier agrupación o comunidad es una sociedad. Sólo aquella donde sus integrantes son socios libres. La libertad pues, siempre se refiere a relaciones entre hombres. Un hombre es libre en tanto pueda vivir y actuar sin estar a merced de las decisiones arbitrarias de otras personas. El hombre solitario, aislado, autosuficiente, será autónomo, pero no es libre. Está a merced de cualquiera que sea más fuerte que él. El tipo más fuerte tiene el poder de matarlo con impunidad, o de esclavizarlo.

           La libertad es una condición del hombre dentro de una sociedad civil contractual. La cooperación social bajo un sistema de respeto a los individuos y a su propiedad de los medios de producción, significa que el individuo no está obligado a obedecer y a servir a un señor feudal. En tanto dé y sirva a otras personas, lo hace por su propio gusto con el propósito de recibir una recompensa a cambio o un servicio de los servidos.  Intercambia bienes y servicios, no trabajos forzados y tributos. No es independiente, comercialmente hablando. Más bien es interdependiente con los otros miembros de la sociedad. Esta interdependencia es mutua.  Como miembro de una sociedad contractual es libre porque sirve a otros sólo al servirse a sí mismo.

           El concepto de libertad no es aplicable a la naturaleza o a las leyes físicas. El hombre no puede ‘liberarse’ de las restricciones que le impone la naturaleza. No tiene sentido el concepto de libertad en este contexto. No tiene sentido decir que uno no es libre porque tiene que trabajar para vivir.

           Entonces, el principio esencial que distingue la libertad de la esclavitud es: el principio de acción voluntaria versus el de coerción física. La libertad en un contexto político es el poder actuar sin estar a merced del poder coercitivo y arbitrario del estado –y nada más.

          La función del gobierno en la sociedad es la protección de las libertades de los ciudadanos, o lo que es lo mismo, de sus derechos individuales. El principio de los derechos del individuo, por ser una extensión de la moralidad en un sistema social, impone una constricción legal al uso del poder del gobierno: éste debe abstenerse de violar los derechos de los ciudadanos. Los derechos individuales sirven como protección del individuo contra el uso de la fuerza arbitraria de la mayoría al subordinar el poder al derecho, a lo que es moralmente correcto, justo. Kant reconoció que los derechos son un principio moral, una condición antecedente para la constitución de la sociedad o del Estado, que para él es una unión de hombres bajo el imperio de la Ley, una ley que se deriva de lo moralmente correcto. A esta unión, cuya concepción del término muchas autoridades acreditan a Kant, los alemanes la llamaron Rechtsstaat, o lo que en español constituye un Estado de Derecho, o sea un Estado donde el gobierno no está por encima de lo que es correcto, de lo que es justo, de la ética, de las normas universales de recta conducta, de la ley.

Es un concepto similar al angloamericano Rule of Law, pero con énfasis en la corrección moral. En un Rechtsstaat los ciudadanos tienen sus derechos individuales garantizados por una Constitución y se hacen respetar jurídicamente. El gobierno se instituye con el único propósito de asegurar los derechos de los ciudadanos, protegiéndolos de los criminales, y la Constitución se escribe para proteger al ciudadano del gobierno. Se declara explícitamente de esta manera que los derechos individuales reemplazan cualquier poder social o público.

         Los derechos del hombre sólo pueden violarse por medio de la fuerza física. Sólo por medio de la violencia puede un hombre o un grupo de hombres privar a otro u otros de su vida, su libertad y su propiedad. Sólo por medio de la fuerza física pueden robarle, esclavizarle, impedirle actuar para conseguir sus propios fines u obligarle a actuar en contra de su propio juicio racional. Y quien recurre a la fuerza para violar los derechos de otros es un criminal. Para resolver esos casos la ciudad tiene protección legal en contra de los criminales. 

         La ley es la organización colectiva del derecho individual de legítima defensa, derecho éste de defender, incluso por la fuerza si fuera necesario, su vida, su libertad y su propiedad. Este derecho de legítima defensa antecede a la ley. Esta última reemplaza las fuerzas individuales por la fuerza colectiva para perseguir y castigar a quien viole el derecho de algún ciudadano. Sirve así para garantizar la integridad de las personas, sus libertades y sus propiedades. 

         El uso de la fuerza colectiva, que es la unión de las fuerzas individuales, no puede invocarse para ningún otro fin que no sea el de legítima defensa. Por eso, la ley que tiene como instrumento necesario la fuerza, no puede tener dominio legítimo más allá del dominio legítimo de la fuerza. El propósito de la ley es la protección de los derechos del ciudadano, y el límite de la ley son esos mismos derechos. El derecho es lo justo; el privilegio es lo injusto. 

       Ciudadano, entonces, es la persona que puede gozar de todos sus derechos: derecho a la vida, derecho a la libertad y derecho a la propiedad, derechos protegidos por el Cuerpo Político.  Ciudadano significa ‘hombre libre’, es el ‘eleutheros’ de los griegos y el ‘vir’ de los romanos. Este significado, de ‘hombre libre’, se puede ver también en la palabra inglesa ‘freeman’ que significa ciudadano. Y es la razón por la cual los revolucionarios de la Revolución Francesa se designaban a sí mismos como ciudadanos.

         La urbe es la arquitectura de la ciudad. La palabra se deriva de la palabra latina urbs que significa la fábrica rodeada de murallas de una población. La urbe es el conjunto de los edificios, las calles, las plazas, los parques, la infraestructura de instalaciones, los monumentos, acueductos, las murallas, etc. Su estructura fundamental es su trazado o la adición de los sucesivos trazados que la constituyen. Debido a estar rodeada de murallas y a que la movilización principal dentro de estas era peatonal, las urbes antiguas eran de trazado compacto para así aumentar su densidad poblacional y acercar los servicios dentro de estas al mayor número posible de habitantes. 

El trazado que forma el tejido urbano está estructurado por una trama o red primaria. Esta está compuesta por las vías principales de circulación, espacios singulares y zonas verdes. Las tramas secundarias dividen a las primarias. Son las calles transversales comprendidas entre las arterias de la red primaria y forman una red más flexible y de menor importancia estructural. Una microestructura urbana compuesta de callejones, pasajes abiertos o cubiertos y patios vecinales dividen la trama secundaria. La estructura urbana con sus tres tramas se superpone a los elementos naturales y topográficos de un sitio. La urbe es la estructura física compacta y de alta densidad habitacional donde reside un poblado con un orden político. La urbe expresa por medio de sus edificaciones el orden político de quien la construye. Así, la urbe de un régimen monárquico, de una tiranía, o de la ciudad, expresa en sus edificios sus respectivos órdenes políticos.