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La falta de lógica de los argumentos de los juristas socialistas

¿Es justo, es lógico, que el delincuente argumente que “ya no es el momento para perseguirlo porque el juego ya terminó”? ¿Y que, “la persecución menoscaba la pureza del juego”?

.
Warren Orbaugh |
04 de septiembre, 2023

Recientemente los guatemaltecos hemos tenido la oportunidad de escuchar y leer los argumentos, de connacionales y extranjeros, que abogan por el Movimiento Semilla, en diferentes medios de comunicación afines. Las manifestaciones más recurrentes son: “ya no es el momento para perseguir el delito de fraude que se le imputa al Movimiento Semilla”, “la persecución jurídica del Movimiento Semilla es de naturaleza política, es ilegal y pone en riesgo el Estado de Derecho”, “la persecución por parte del Ministerio Público a los supuestos delincuentes del Movimiento Semilla son intentos de socavar el proceso electoral poniendo en duda la pureza del sistema democrático”, “la señora Fiscal General Consuelo Porras, el Jefe de la FECI, el fiscal José Rafael Curruchiche, y el juez Fredy Orellana, deben renunciar”.

También vimos al diputado Bernardo Arévalo, quien igual que los presidentes de izquierda, Maduro en Venezuela, Correa en Ecuador, Ortega en Nicaragua, Petro en Colombia, cuando se le recrimina por actos que riñen con la justicia acusa a la señora Fiscal General de intentar darle un golpe de Estado.

Así mismo, vimos al diputado Arévalo prometer que le pedirá la renuncia a la señora Fiscal General Consuelo Porras el 14 de enero. Esto, desde luego sería un intento de mermar la independencia de poderes del Estado. Contrasta con la conducta del expresidente Jimmy Morales que nunca pidió la renuncia de la Fiscal General Thelma Aldana, quien encarceló a su hermano e hijo y persiguió a su esposa.

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Ahora no debe extrañarnos que los abogados, defensores y protectores del Movimiento Semilla mientan recurrentemente. Lo que aprendieron en sus respectivas facultades de Derecho no fue la argumentación lógica sino retórica. La lógica busca la verdad. La retórica busca persuadir, mas no la verdad. Es por eso por lo que un ejercicio común que hacen los estudiantes en los debates es primero defender a un acusado contra un adversario y luego cambiar de papel con este, debiendo ahora atacar al mismo acusado. Gana quien mejor persuade al jurado. La verdad en la cuestión es irrelevante. Esto es comprensible porque la función del abogado no es la demostración, no es buscar la verdad, sino que sacar a su cliente del aprieto legal en que se encuentra. Para ello se valen de cuanta falacia les convenga dada las circunstancias.

El fiscal, por el contrario, se ve obligado a demostrar la culpabilidad del acusado presentando evidencia y relaciones causales. Por eso indicó un apreciable amigo que si no es lógico no es justo.

Para realzar lo injusto e ilógico de los argumentos examinemos algunas analogías:

Un argumento dice “ya no es el momento para perseguir el delito de fraude que se le imputa al Movimiento Semilla” que es una falacia del hombre de paja al no ofrecer evidencia que soporte la conclusión de que “ya no es el momento”. Y otro relacionado reza “la persecución por parte del Ministerio Público a los supuestos delincuentes del Movimiento Semilla son intentos de socavar el proceso electoral poniendo en duda la pureza del sistema democrático”, que es una falacia non sequitor ya que no se puede concluir de “la persecución de supuestos delincuentes” que esto socave el sistema democrático. Mas bien sería lo contrario.

Ahora veamos unos ejemplos análogos. Supongamos que en un juego de póker un jugador gana todas las partidas, recoge sus ganancias y se levanta para irse. Al levantarse, otro jugador advierte que el ganador hizo trampa y lo denuncia. Considera entonces: ¿Es justo, es lógico, que el delincuente argumente que “ya no es el momento para perseguirlo porque el juego ya terminó”? ¿Y que, “la persecución menoscaba la pureza del juego”?

Qué tal si Lance Armstrong, el ciclista profesional norteamericano que ganó siete veces consecutivas el Tour de France, de 1999 a 2005, al ver que lo habían descubierto haciendo trampa mediante dopaje sistemático, hubiera alegado que la Agencia Antidopaje de Estados Unidos y la Unión Ciclista Internacional no tenían derecho de quitarle sus siete victorias porque “ya no era el momento de perseguir el delito” y que “dicha persecución socavaría la pureza de las competencias ciclísticas”, ¿sería lógico?¿Sería justo?

Si un ratero te roba tu billetera, sustrae tu tarjeta de crédito y haciéndose pasar por ti compra todo lo que el límite de tu crédito le permita, falsificando tu firma, al verse descubierto alega que “ya no era el momento de perseguir el delito” y que “dicha persecución socavaría la pureza del sistema crediticio”, ¿te parece lógico? ¿te parece justo?

Si los argumentos de los delincuentes de estos tres ejemplos no son válidos, ¿por qué han de ser válidos para exculpar al Grupo Semilla?

Otro argumento sostiene que “la persecución jurídica del Movimiento Semilla es de naturaleza política, es ilegal y pone en riesgo el Estado de Derecho”, que también es la falacia non sequitur porque no se puede concluir que de la persecución jurídica de presuntos delincuentes se ponga en riesgo el Estado de Derecho. ¿Desde cuándo es ilegal perseguir delincuentes que han violado la ley? ¿Acaso no es esa la función legítima del gobierno? Y ¿cómo es que ejercer la función legítima del gobierno pone en riesgo el Estado de Derecho, si el Estado de Derecho es aquel en el que nadie está por encima de la ley y donde la ley se hace para proteger los derechos individuales de los ciudadanos?

Luego, presionar para que renuncien los oficiales que persiguen delincuentes aplicando la ley es la renuncia a todo argumento lógico, razonable y sustituirlo por la falacia ad baculum que consiste en apelar a la fuerza y a la amenaza para conseguir lo que quieren. Manifiesta el sueño de todo truhan que anhela la eliminación del sistema de justicia que lo persigue.

Y, por último, el argumento del diputado Arévalo de que “la señora Fiscal General Consuelo Porras intenta darle un golpe de Estado” es la falacia ignoratio elenchi, también conocida como red herring (un modismo inglés que significa “arenque rojo”) y que se refiere a una maniobra de distracción que pretende desviar la atención del punto relevante en cuestión que en este caso es el delito cometido por el Grupo Semilla y por el cual se le persigue.

La falta de lógica de los argumentos de los juristas socialistas los convierte en falacias cuyo único propósito es exigirle al Ministerio Público que no investigue las denuncias que recibe y por tanto que no cumpla con su función constitucional, fomentando así, la impunidad y la corrupción.

No se puede combatir la corrupción por medio de la corrupción. La lógica y la justicia deben imperar.

La falta de lógica de los argumentos de los juristas socialistas

¿Es justo, es lógico, que el delincuente argumente que “ya no es el momento para perseguirlo porque el juego ya terminó”? ¿Y que, “la persecución menoscaba la pureza del juego”?

Warren Orbaugh |
04 de septiembre, 2023
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Recientemente los guatemaltecos hemos tenido la oportunidad de escuchar y leer los argumentos, de connacionales y extranjeros, que abogan por el Movimiento Semilla, en diferentes medios de comunicación afines. Las manifestaciones más recurrentes son: “ya no es el momento para perseguir el delito de fraude que se le imputa al Movimiento Semilla”, “la persecución jurídica del Movimiento Semilla es de naturaleza política, es ilegal y pone en riesgo el Estado de Derecho”, “la persecución por parte del Ministerio Público a los supuestos delincuentes del Movimiento Semilla son intentos de socavar el proceso electoral poniendo en duda la pureza del sistema democrático”, “la señora Fiscal General Consuelo Porras, el Jefe de la FECI, el fiscal José Rafael Curruchiche, y el juez Fredy Orellana, deben renunciar”.

También vimos al diputado Bernardo Arévalo, quien igual que los presidentes de izquierda, Maduro en Venezuela, Correa en Ecuador, Ortega en Nicaragua, Petro en Colombia, cuando se le recrimina por actos que riñen con la justicia acusa a la señora Fiscal General de intentar darle un golpe de Estado.

Así mismo, vimos al diputado Arévalo prometer que le pedirá la renuncia a la señora Fiscal General Consuelo Porras el 14 de enero. Esto, desde luego sería un intento de mermar la independencia de poderes del Estado. Contrasta con la conducta del expresidente Jimmy Morales que nunca pidió la renuncia de la Fiscal General Thelma Aldana, quien encarceló a su hermano e hijo y persiguió a su esposa.

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Ahora no debe extrañarnos que los abogados, defensores y protectores del Movimiento Semilla mientan recurrentemente. Lo que aprendieron en sus respectivas facultades de Derecho no fue la argumentación lógica sino retórica. La lógica busca la verdad. La retórica busca persuadir, mas no la verdad. Es por eso por lo que un ejercicio común que hacen los estudiantes en los debates es primero defender a un acusado contra un adversario y luego cambiar de papel con este, debiendo ahora atacar al mismo acusado. Gana quien mejor persuade al jurado. La verdad en la cuestión es irrelevante. Esto es comprensible porque la función del abogado no es la demostración, no es buscar la verdad, sino que sacar a su cliente del aprieto legal en que se encuentra. Para ello se valen de cuanta falacia les convenga dada las circunstancias.

El fiscal, por el contrario, se ve obligado a demostrar la culpabilidad del acusado presentando evidencia y relaciones causales. Por eso indicó un apreciable amigo que si no es lógico no es justo.

Para realzar lo injusto e ilógico de los argumentos examinemos algunas analogías:

Un argumento dice “ya no es el momento para perseguir el delito de fraude que se le imputa al Movimiento Semilla” que es una falacia del hombre de paja al no ofrecer evidencia que soporte la conclusión de que “ya no es el momento”. Y otro relacionado reza “la persecución por parte del Ministerio Público a los supuestos delincuentes del Movimiento Semilla son intentos de socavar el proceso electoral poniendo en duda la pureza del sistema democrático”, que es una falacia non sequitor ya que no se puede concluir de “la persecución de supuestos delincuentes” que esto socave el sistema democrático. Mas bien sería lo contrario.

Ahora veamos unos ejemplos análogos. Supongamos que en un juego de póker un jugador gana todas las partidas, recoge sus ganancias y se levanta para irse. Al levantarse, otro jugador advierte que el ganador hizo trampa y lo denuncia. Considera entonces: ¿Es justo, es lógico, que el delincuente argumente que “ya no es el momento para perseguirlo porque el juego ya terminó”? ¿Y que, “la persecución menoscaba la pureza del juego”?

Qué tal si Lance Armstrong, el ciclista profesional norteamericano que ganó siete veces consecutivas el Tour de France, de 1999 a 2005, al ver que lo habían descubierto haciendo trampa mediante dopaje sistemático, hubiera alegado que la Agencia Antidopaje de Estados Unidos y la Unión Ciclista Internacional no tenían derecho de quitarle sus siete victorias porque “ya no era el momento de perseguir el delito” y que “dicha persecución socavaría la pureza de las competencias ciclísticas”, ¿sería lógico?¿Sería justo?

Si un ratero te roba tu billetera, sustrae tu tarjeta de crédito y haciéndose pasar por ti compra todo lo que el límite de tu crédito le permita, falsificando tu firma, al verse descubierto alega que “ya no era el momento de perseguir el delito” y que “dicha persecución socavaría la pureza del sistema crediticio”, ¿te parece lógico? ¿te parece justo?

Si los argumentos de los delincuentes de estos tres ejemplos no son válidos, ¿por qué han de ser válidos para exculpar al Grupo Semilla?

Otro argumento sostiene que “la persecución jurídica del Movimiento Semilla es de naturaleza política, es ilegal y pone en riesgo el Estado de Derecho”, que también es la falacia non sequitur porque no se puede concluir que de la persecución jurídica de presuntos delincuentes se ponga en riesgo el Estado de Derecho. ¿Desde cuándo es ilegal perseguir delincuentes que han violado la ley? ¿Acaso no es esa la función legítima del gobierno? Y ¿cómo es que ejercer la función legítima del gobierno pone en riesgo el Estado de Derecho, si el Estado de Derecho es aquel en el que nadie está por encima de la ley y donde la ley se hace para proteger los derechos individuales de los ciudadanos?

Luego, presionar para que renuncien los oficiales que persiguen delincuentes aplicando la ley es la renuncia a todo argumento lógico, razonable y sustituirlo por la falacia ad baculum que consiste en apelar a la fuerza y a la amenaza para conseguir lo que quieren. Manifiesta el sueño de todo truhan que anhela la eliminación del sistema de justicia que lo persigue.

Y, por último, el argumento del diputado Arévalo de que “la señora Fiscal General Consuelo Porras intenta darle un golpe de Estado” es la falacia ignoratio elenchi, también conocida como red herring (un modismo inglés que significa “arenque rojo”) y que se refiere a una maniobra de distracción que pretende desviar la atención del punto relevante en cuestión que en este caso es el delito cometido por el Grupo Semilla y por el cual se le persigue.

La falta de lógica de los argumentos de los juristas socialistas los convierte en falacias cuyo único propósito es exigirle al Ministerio Público que no investigue las denuncias que recibe y por tanto que no cumpla con su función constitucional, fomentando así, la impunidad y la corrupción.

No se puede combatir la corrupción por medio de la corrupción. La lógica y la justicia deben imperar.