(Paréntesis)
Tomando en consideración este breve paréntesis, se hace cada vez más importante pensar en quién vamos a depositar nuestra confianza al momento de ir a votar.
Hago un paréntesis en el proceso electoral para recordar lo que es realmente importante: ¡nuestra Guate!
Sé que usted, estimado lector, es una persona responsable, dedicada a su familia, trabajo, amigos y actividades diversas, todas honestas y productivas. Ese no es el caso para muchísimos chapines que viven en medio de conflictos ocasionados por organizaciones como CODECA, sindicatos del gobierno que exigen incrementos salariales sin dar un paso hacia mejorar los servicios para los que está contratado. Por supuesto, no olvidamos mencionar a los chairos de siempre, protestando por todo y por nada.
Las campañas políticas se integran a la polarización social en la que vivimos. Ese vaivén de señalamientos, acusaciones, mensajes engañosos, promesas que serán incumplidas por irreales e inalcanzables, han incrementado, temporalmente, ese ambiente conflictivo.
Algunos temas, no ajenos a la política, que causan división son, entre otros, el movimiento LGBTIQ+. Aprovechan el momento para exigir “derechos”, que no son más que privilegios. Exigen respeto, pero violan nuestra libertad al protestar y exigir. Otro es el conformado por los “ambientalistas”, que protestan por el cambio climático, acusan al sector empresarial de ocasionarlo, pero dejan basura y grafiti por donde pasan. El nombre del juego será siempre dinero.
El sistema de gobierno actual, con demasiados ministerios, secretarías, direcciones generales y no sé qué más, no va a cambiar pues hay muchos favores qué pagar, sea en dinero, empleos, privilegios y hasta más burocracia. En la abundancia está el desorden y, consecuentemente, la ineficiencia, la dispersión de recursos y, sin duda alguna, el robo. Una frase muy “ginga” dice “¿por qué arreglar lo que no está roto?”. En nuestra Guate es al revés: ¿por qué romper lo que está bien?
En medio de todo, debemos recordar que somos nosotros, el sector privado, quienes mantenemos a flote este bendito pedazo de tierra en el que vivimos. Tenemos una economía estable, acceso a bienes y servicios locales y extranjeros, una inflación baja, un crecimiento del PIB importante y, sobre todo, libertad para vivir, trabajar y votar por quien queramos, con veintitrés opciones para escoger.
Tomando en consideración este breve paréntesis, se hace cada vez más importante pensar en quién vamos a depositar nuestra confianza al momento de ir a votar.
(Paréntesis)
Tomando en consideración este breve paréntesis, se hace cada vez más importante pensar en quién vamos a depositar nuestra confianza al momento de ir a votar.
Hago un paréntesis en el proceso electoral para recordar lo que es realmente importante: ¡nuestra Guate!
Sé que usted, estimado lector, es una persona responsable, dedicada a su familia, trabajo, amigos y actividades diversas, todas honestas y productivas. Ese no es el caso para muchísimos chapines que viven en medio de conflictos ocasionados por organizaciones como CODECA, sindicatos del gobierno que exigen incrementos salariales sin dar un paso hacia mejorar los servicios para los que está contratado. Por supuesto, no olvidamos mencionar a los chairos de siempre, protestando por todo y por nada.
Las campañas políticas se integran a la polarización social en la que vivimos. Ese vaivén de señalamientos, acusaciones, mensajes engañosos, promesas que serán incumplidas por irreales e inalcanzables, han incrementado, temporalmente, ese ambiente conflictivo.
Algunos temas, no ajenos a la política, que causan división son, entre otros, el movimiento LGBTIQ+. Aprovechan el momento para exigir “derechos”, que no son más que privilegios. Exigen respeto, pero violan nuestra libertad al protestar y exigir. Otro es el conformado por los “ambientalistas”, que protestan por el cambio climático, acusan al sector empresarial de ocasionarlo, pero dejan basura y grafiti por donde pasan. El nombre del juego será siempre dinero.
El sistema de gobierno actual, con demasiados ministerios, secretarías, direcciones generales y no sé qué más, no va a cambiar pues hay muchos favores qué pagar, sea en dinero, empleos, privilegios y hasta más burocracia. En la abundancia está el desorden y, consecuentemente, la ineficiencia, la dispersión de recursos y, sin duda alguna, el robo. Una frase muy “ginga” dice “¿por qué arreglar lo que no está roto?”. En nuestra Guate es al revés: ¿por qué romper lo que está bien?
En medio de todo, debemos recordar que somos nosotros, el sector privado, quienes mantenemos a flote este bendito pedazo de tierra en el que vivimos. Tenemos una economía estable, acceso a bienes y servicios locales y extranjeros, una inflación baja, un crecimiento del PIB importante y, sobre todo, libertad para vivir, trabajar y votar por quien queramos, con veintitrés opciones para escoger.
Tomando en consideración este breve paréntesis, se hace cada vez más importante pensar en quién vamos a depositar nuestra confianza al momento de ir a votar.