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Revolución

Venimos asistiendo a un cambio de era, a un cambio de paradigma, todo lo que considerábamos “normal” deja de serlo.

.
Juan Francisco Callejas |
06 de febrero, 2024

“Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, si no aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender” — Alvin Toffler

Y de verdad, todo luce como que en Guatemala, en una gran parte de los estamentos que ejercen influencia y algún nivel de liderazgo, nos está costando muchísimo aprender, desaprender y más aun, reaprender de las lecciones que la vida en lo individual, familiar y nacional nos ha querido enseñar en sus procesos naturales que como seres humanos tenemos. Hoy seguimos queriendo mantener un comportamiento y peor aún, una actitud frente a la vida, tal cual si continuáramos en el Siglo XVIII, porque ni a nivel del siglo XX hemos podido llegar.

Nos hace falta una revolución en ideas fundamentales que empiezan por lo que don Alvin nos advertía, asi que no es casualidad que sigamos dando tumbos.

 Animo y  anímese usted a revisar y cambiar, solamente la transformación de nuestro entendimiento, liberará la actitud necesaria para contribuir a tener mejores ciudadanos, mejores familias y mejores comunidades que juntas hagamos una Guatemala como Dios quiere.

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Muchos años atrás, desde diferentes fuentes y portadores de mensajes, algunos científicos, otros filosóficos, teológicos y ahora tecnológicos además de los económicos, sociales y políticos que también hacen vida en nosotros,  se ha venido advirtiendo un futuro en el que temáticas como la tecnología informática, la antropología cultural, el cambio climático, la destrucción de la capa de ozono, los incendios de los grandes bosques tropicales y la tala de los mismos; la extinción de especies animales y vegetales, el aumento de la temperatura global; el derretimiento de los polos, las hambrunas de proporciones jamás nunca vistas; terremotos, sequías y huracanes, inundaciones, millones de desplazados, se nos han venido encima, agregándose los temas mas recientes de pandemias naturales y hasta fabricadas, así como las crisis mas profundas de identidad reflejadas en lo que se ha dado en llamar la sociedad liquida y de la transparencia, frente al también abandono de las fundantes ideas y valores del cristianismo como referente solido de vida para la coherencia individual, familiar y social de nuestro sociedad mundial.

 

Algo más serio y grave ha ocurrido ya, el modelo económico fincado en los paradigmas del liberalismo clásico tenía que caer al alejarse de los fundamentos morales y muy pragmáticos como el patrón oro que debían sostenerlo, dando paso a corrientes secularistas que han alejado al ser humano de su creador, bajo un pretexto de superioridad que la sabiduría humanista ha introducido en las personas que hoy hablan de inteligencia artificial y dejan por un lado, la inteligencia natural con que Dios ha dotado a cada personas, imagen y semejanza de Dios. Menospreciar y no apreciar al prójimo es hoy socialmente aceptado y el desprecio a la vida misma lo vemos todos los días.

En su momento el ideal comunista cayó y sería una locura sostener que esas exóticas ideas funcionan frente a la realidad de Venezuela, Nicaragua y Cuba como las mejores evidencias de que no es así, y que siempre fueron una construcción humana sin fundamento en la solidez que dan los valores éticos y morales de la libertad y la vida.

El sistema capitalista y la economía de mercado están colapsando sin que podamos hacer nada al respecto. Es el abandono de las sólidas plomadas de los fundamentos judeocristianos y la toma de decisiones de dejar la solidez del ORO como patrón de intercambio en nuestro sistema monetario para llevarlo al Dólar – Papel Moneda Norteamericano que ya hace mucho tiempo y muchos artificios de los genios economistas y burócratas del Sistema Financiero Mundial, viene dando tumbos. Fue en 1971, cuando el presidente Nixon dejó de utilizar el patrón oro. Hoy, 53 años después asistimos a la debacle del sistema económico como lo conocemos y a partir de éste preciso momento la incertidumbre será la constante y debemos aprender a vivir con ello. Sin olvidar que el BRICS avanza y junto a China, buscaran crear su propio sistema monetario.

Por otra parte, somos testigos del cada vez más acentuado alejamiento de los valores tradicionales a todo nivel: Honestidad, responsabilidad, respeto, integridad, tolerancia, compromiso, confianza. Y es que con esto, dicen los jóvenes ejecutivos de hoy y sus respectivas esposas, no me venden nada en el supermercado. ¡Qué tal!. Se afinca la idea de nuestra sociedad liquida y transparente – perdida de la intimidad y privacidad. De la misma manera se pierde el valor de la vida, de la otredad y el secularismo avanza reduciendo a las comunidades de fe a pequeños guetos desde donde espero, tendrán que salir a dar la batalla.

¿Todo lo que está sucediendo es necesario?

Seguro que Sí. Así vamos despertar y evolucionar nuestra conciencia. Venimos asistiendo a un cambio de era, a un cambio de paradigma, todo lo que considerábamos “normal” deja de serlo. Vivimos ya un parte aguas, un antes y después, que con energía impone la búsqueda de ese nuevo comienzo en nuestras mentes, en nuestras ideas, en lentes nuevos para ver el futuro. 

Una revolución que exige, aprender, desaprender y reaprender. ¿Cuándo quiere usted empezar?

Revolución

Venimos asistiendo a un cambio de era, a un cambio de paradigma, todo lo que considerábamos “normal” deja de serlo.

Juan Francisco Callejas |
06 de febrero, 2024
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“Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, si no aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender” — Alvin Toffler

Y de verdad, todo luce como que en Guatemala, en una gran parte de los estamentos que ejercen influencia y algún nivel de liderazgo, nos está costando muchísimo aprender, desaprender y más aun, reaprender de las lecciones que la vida en lo individual, familiar y nacional nos ha querido enseñar en sus procesos naturales que como seres humanos tenemos. Hoy seguimos queriendo mantener un comportamiento y peor aún, una actitud frente a la vida, tal cual si continuáramos en el Siglo XVIII, porque ni a nivel del siglo XX hemos podido llegar.

Nos hace falta una revolución en ideas fundamentales que empiezan por lo que don Alvin nos advertía, asi que no es casualidad que sigamos dando tumbos.

 Animo y  anímese usted a revisar y cambiar, solamente la transformación de nuestro entendimiento, liberará la actitud necesaria para contribuir a tener mejores ciudadanos, mejores familias y mejores comunidades que juntas hagamos una Guatemala como Dios quiere.

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Muchos años atrás, desde diferentes fuentes y portadores de mensajes, algunos científicos, otros filosóficos, teológicos y ahora tecnológicos además de los económicos, sociales y políticos que también hacen vida en nosotros,  se ha venido advirtiendo un futuro en el que temáticas como la tecnología informática, la antropología cultural, el cambio climático, la destrucción de la capa de ozono, los incendios de los grandes bosques tropicales y la tala de los mismos; la extinción de especies animales y vegetales, el aumento de la temperatura global; el derretimiento de los polos, las hambrunas de proporciones jamás nunca vistas; terremotos, sequías y huracanes, inundaciones, millones de desplazados, se nos han venido encima, agregándose los temas mas recientes de pandemias naturales y hasta fabricadas, así como las crisis mas profundas de identidad reflejadas en lo que se ha dado en llamar la sociedad liquida y de la transparencia, frente al también abandono de las fundantes ideas y valores del cristianismo como referente solido de vida para la coherencia individual, familiar y social de nuestro sociedad mundial.

 

Algo más serio y grave ha ocurrido ya, el modelo económico fincado en los paradigmas del liberalismo clásico tenía que caer al alejarse de los fundamentos morales y muy pragmáticos como el patrón oro que debían sostenerlo, dando paso a corrientes secularistas que han alejado al ser humano de su creador, bajo un pretexto de superioridad que la sabiduría humanista ha introducido en las personas que hoy hablan de inteligencia artificial y dejan por un lado, la inteligencia natural con que Dios ha dotado a cada personas, imagen y semejanza de Dios. Menospreciar y no apreciar al prójimo es hoy socialmente aceptado y el desprecio a la vida misma lo vemos todos los días.

En su momento el ideal comunista cayó y sería una locura sostener que esas exóticas ideas funcionan frente a la realidad de Venezuela, Nicaragua y Cuba como las mejores evidencias de que no es así, y que siempre fueron una construcción humana sin fundamento en la solidez que dan los valores éticos y morales de la libertad y la vida.

El sistema capitalista y la economía de mercado están colapsando sin que podamos hacer nada al respecto. Es el abandono de las sólidas plomadas de los fundamentos judeocristianos y la toma de decisiones de dejar la solidez del ORO como patrón de intercambio en nuestro sistema monetario para llevarlo al Dólar – Papel Moneda Norteamericano que ya hace mucho tiempo y muchos artificios de los genios economistas y burócratas del Sistema Financiero Mundial, viene dando tumbos. Fue en 1971, cuando el presidente Nixon dejó de utilizar el patrón oro. Hoy, 53 años después asistimos a la debacle del sistema económico como lo conocemos y a partir de éste preciso momento la incertidumbre será la constante y debemos aprender a vivir con ello. Sin olvidar que el BRICS avanza y junto a China, buscaran crear su propio sistema monetario.

Por otra parte, somos testigos del cada vez más acentuado alejamiento de los valores tradicionales a todo nivel: Honestidad, responsabilidad, respeto, integridad, tolerancia, compromiso, confianza. Y es que con esto, dicen los jóvenes ejecutivos de hoy y sus respectivas esposas, no me venden nada en el supermercado. ¡Qué tal!. Se afinca la idea de nuestra sociedad liquida y transparente – perdida de la intimidad y privacidad. De la misma manera se pierde el valor de la vida, de la otredad y el secularismo avanza reduciendo a las comunidades de fe a pequeños guetos desde donde espero, tendrán que salir a dar la batalla.

¿Todo lo que está sucediendo es necesario?

Seguro que Sí. Así vamos despertar y evolucionar nuestra conciencia. Venimos asistiendo a un cambio de era, a un cambio de paradigma, todo lo que considerábamos “normal” deja de serlo. Vivimos ya un parte aguas, un antes y después, que con energía impone la búsqueda de ese nuevo comienzo en nuestras mentes, en nuestras ideas, en lentes nuevos para ver el futuro. 

Una revolución que exige, aprender, desaprender y reaprender. ¿Cuándo quiere usted empezar?