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La iglesia católica y su papel en la conflictividad en Guatemala

Por Francisco Javier Figueroa | Documentalista
07 de octubre, 2023

 

La Iglesia Católica ha tenido en su larga historia periodos iluminadores pero también oscuros. En Guatemala, el aspecto que más polémica ha levantado ha sido la presencia de ciertos sectores de la iglesia en actividades subversivas desde la época del conflicto armado en el país.

Conocer si esta realidad se mantiene hasta el día de hoy y que tanto de la misma promueve la conflictividad social, fue parte de la investigación que se realizó para la producción del documental “Relaciones Peligrosas, El cártel de la miseria”. 

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Asunción Mita y el cierre de una industria 

En Asunción Mita, Municipio del Departamento de Jutiapa en el oriente de Guatemala, operó hasta hace algunos años la minera Cerro Blanco, cuyas labores fueron paralizadas por una campaña liderada en una parte importante por el sacerdote católico Roberto González, párroco de este municipio.

Una de las ex trabajadoras de la minera, hoy desempleada, Heidy Salazar, contó que a la minera la obligaron a cerrar. Con algo de rabia, Salazar dice que quienes se opusieron a la empresa no tomaron en cuenta los beneficios que esta generaba. A la conversación se sumó Marcelino Nájera, quien mencionó que Cerro Blanco patrocinaba becas de estudio para los jóvenes de la localidad. Con el cierre, fueron 270 estudiantes que se quedaron a medias y que ya no pudieron titularse. 

Por su parte, el párroco Roberto González confirmó que efectivamente él había liderado una campaña en contra de la minera, principalmente porque había contaminación al medioambiente, particularmente las aguas subterráneas.

Otra de las razones que dio el párroco, fue que “la empresa pagaba sueldos injustos, muy bajos y que eran ocupaciones temporales, además de que daban trabajo solo a 1.000 personas”.

La mirada del autor y documentalista

Al final el párroco me comentó, casi como una confidencia, que él había liderado una iniciativa igual en Nicaragua, donde también lograron que cerrara una minera de la misma compañía. Le pregunté sobre si tenía a mano estudios que demostraran la contaminación, no supo ser claro. Además, le consulté porque me pareció una declaración algo confusa, que cuál era la medida que tenía para decidir que era un salario justo. No hubo respuesta. 

Conversando posteriormente con otras personas, conocí a Jorge Magaña, director de la Asociación Mita Avanza y quien es además un experto mecánico, llegué a entrevistarlo a su casa y taller en el cual estaba en pleno trabajo de soldadura.

Él vive en el mismo caserío y me dijo que se hicieron pruebas en las aguas, los pozos y el río. Las mismas confirmaron lo que quienes son de ahí ya sabían, que el agua está contaminada naturalmente debido a una condición de la geología de esta zona, que provoca que por ser un área volcánica y la alta temperatura, el agua produzca un exceso de arsénico y otros componentes que no la hacen apta para consumo humano.

Jorge, quien está casado y tiene dos hijos, me dice que actualmente solo sobreviven con su trabajo de mecánico, que el perjuicio ha sido grande. 

Reflexiones en la despedida 

Pienso en las razones del sacerdote y en la hipótesis de que tan actual es la vinculación de sectores de la Iglesia Católica con la conflictividad. Bueno, lo que vimos en este lugar lo confirmaría, pero solo es un ejemplo, no podemos concluir que sea así en todos lados. Tomando solo este caso, observé un distanciamiento entre las razones del párroco y los deseos de las personas, en la falta de sincronía entre las decisiones a veces dogmáticas y paternalistas que toman distintos actores, con las necesidades reales de quienes viven en una comunidad. 

Debía continuar mi viaje, me quedó la sensación de una población deprimida por el cierre de una de sus fuentes principales de trabajo y angustiada por la actual falta de empleo. Creo que están enojados, porque como me mencionaron algunos, no se les consultó a la mayor parte de ellos que querían.  

Me quedó dando vueltas lo que dijo, con rabia, Marcelino Nájera, al cierre de nuestra entrevista, “Que la iglesia se dedique a lo suyo, como era antes, no son autoridad para involucrarse en otros temas”.

La iglesia católica y su papel en la conflictividad en Guatemala

Por Francisco Javier Figueroa | Documentalista
07 de octubre, 2023

 

La Iglesia Católica ha tenido en su larga historia periodos iluminadores pero también oscuros. En Guatemala, el aspecto que más polémica ha levantado ha sido la presencia de ciertos sectores de la iglesia en actividades subversivas desde la época del conflicto armado en el país.

Conocer si esta realidad se mantiene hasta el día de hoy y que tanto de la misma promueve la conflictividad social, fue parte de la investigación que se realizó para la producción del documental “Relaciones Peligrosas, El cártel de la miseria”. 

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Asunción Mita y el cierre de una industria 

En Asunción Mita, Municipio del Departamento de Jutiapa en el oriente de Guatemala, operó hasta hace algunos años la minera Cerro Blanco, cuyas labores fueron paralizadas por una campaña liderada en una parte importante por el sacerdote católico Roberto González, párroco de este municipio.

Una de las ex trabajadoras de la minera, hoy desempleada, Heidy Salazar, contó que a la minera la obligaron a cerrar. Con algo de rabia, Salazar dice que quienes se opusieron a la empresa no tomaron en cuenta los beneficios que esta generaba. A la conversación se sumó Marcelino Nájera, quien mencionó que Cerro Blanco patrocinaba becas de estudio para los jóvenes de la localidad. Con el cierre, fueron 270 estudiantes que se quedaron a medias y que ya no pudieron titularse. 

Por su parte, el párroco Roberto González confirmó que efectivamente él había liderado una campaña en contra de la minera, principalmente porque había contaminación al medioambiente, particularmente las aguas subterráneas.

Otra de las razones que dio el párroco, fue que “la empresa pagaba sueldos injustos, muy bajos y que eran ocupaciones temporales, además de que daban trabajo solo a 1.000 personas”.

La mirada del autor y documentalista

Al final el párroco me comentó, casi como una confidencia, que él había liderado una iniciativa igual en Nicaragua, donde también lograron que cerrara una minera de la misma compañía. Le pregunté sobre si tenía a mano estudios que demostraran la contaminación, no supo ser claro. Además, le consulté porque me pareció una declaración algo confusa, que cuál era la medida que tenía para decidir que era un salario justo. No hubo respuesta. 

Conversando posteriormente con otras personas, conocí a Jorge Magaña, director de la Asociación Mita Avanza y quien es además un experto mecánico, llegué a entrevistarlo a su casa y taller en el cual estaba en pleno trabajo de soldadura.

Él vive en el mismo caserío y me dijo que se hicieron pruebas en las aguas, los pozos y el río. Las mismas confirmaron lo que quienes son de ahí ya sabían, que el agua está contaminada naturalmente debido a una condición de la geología de esta zona, que provoca que por ser un área volcánica y la alta temperatura, el agua produzca un exceso de arsénico y otros componentes que no la hacen apta para consumo humano.

Jorge, quien está casado y tiene dos hijos, me dice que actualmente solo sobreviven con su trabajo de mecánico, que el perjuicio ha sido grande. 

Reflexiones en la despedida 

Pienso en las razones del sacerdote y en la hipótesis de que tan actual es la vinculación de sectores de la Iglesia Católica con la conflictividad. Bueno, lo que vimos en este lugar lo confirmaría, pero solo es un ejemplo, no podemos concluir que sea así en todos lados. Tomando solo este caso, observé un distanciamiento entre las razones del párroco y los deseos de las personas, en la falta de sincronía entre las decisiones a veces dogmáticas y paternalistas que toman distintos actores, con las necesidades reales de quienes viven en una comunidad. 

Debía continuar mi viaje, me quedó la sensación de una población deprimida por el cierre de una de sus fuentes principales de trabajo y angustiada por la actual falta de empleo. Creo que están enojados, porque como me mencionaron algunos, no se les consultó a la mayor parte de ellos que querían.  

Me quedó dando vueltas lo que dijo, con rabia, Marcelino Nájera, al cierre de nuestra entrevista, “Que la iglesia se dedique a lo suyo, como era antes, no son autoridad para involucrarse en otros temas”.