La humillante derrota para Gustavo Petro en las elecciones territoriales del pasado domingo son el reflejo del desastroso primer año del único gobierno de izquierda en la historia de Colombia.

Panorama general. Colombia eligió a sus alcaldes, gobernadores, concejales y diputados con una tendencia contundente: rechazo al oficialismo. Desde agosto de 2022, el gobierno de Petro ha sido un compendio de escándalos de protocolo, corrupción e ineptitud, lo que se vio reflejado en las urnas el domingo.  

• Los candidatos del partido de Petro, la coalición Pacto Histórico (PH, izquierda) perdió en las cinco grandes ciudades del país —los centros económicos más importantes y de mayor población— con márgenes de hasta 60% en casos como el de Medellín.
   

• El PH no pudo obtener ni una sola alcaldía en las capitales departamentales y solamente consiguió dos gobernaciones de 32 a nivel nacional: Nariño, de 1.7 millones de habitantes, y Amazonas, de 85 mil habitantes. Para ponerlo en contexto, Colombia tiene 51 millones 609 mil habitantes.
   

• Esa derrota suma un nuevo fracaso de la administración de Petro, que, de acuerdo con los últimos sondeos, tiene una desaprobación de un 63% a nivel nacional, con picos de hasta 70% en la región oriental, 68% en la región central y 65% en Bogotá.

La clave. Petro inició su gobierno como la esperanza de cambio para un país dónde la derecha había sufrido demasiado desgaste, debido a los últimos años del gobierno de Iván Duque. Pocos días después de su victoria, Petro tenía una aprobación de un 60%, en gran medida debido a que compuso un gabinete con ministros de partidos distintos —que renunciaron meses después—, generando la ilusión de un gobierno abierto a incluir distintas perspectivas de política pública.  

• Poco más de un año después, Petro ha humillado a Colombia con comportamientos impropios de un Jefe de Estado, dejando plantado al presidente Macron, llegando tarde a reuniones y perdiendo acuerdos para el país debido a esa impuntualidad.
   

• En octubre, Petro anunció que buscaría incorporar a Colombia a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés), sin embargo, llegó a China una semana después del inicio de la cumbre.
   

• Adicionalmente, llamó al gobierno de Israel “nazis” y comparó la situación de la franja de Gaza con el campo de concentración Auschwitz, simpatizando con el grupo terrorista Hamás tras la masacre de civiles israelís.

Entre líneas. El gobierno de Petro también se ha visto envuelto en escándalos de corrupción y nepotismo y, en algunos casos, los dos al mismo tiempo. Los hijos de la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, ocupan cargos en la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios y el Ministerio de Cultura, dónde tienen salarios de entre US$2 mil y US$19 mil.  

• También destacan adjudicaciones de contratos a familiares de otros funcionarios, como la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, cuyo esposo, Sjoerd Van Grootheest, recibió un contrato estatal de US $31 mil 300.
   

• No obstante, lo más grave ha sido el caso del hijo del presidente, Nicolás Petro, dónde se ha descubierto el apoyo y financiamiento del narcotráfico a la campaña presidencial de su padre.
   

• A menos de año y medio, la presidencia de Petro ha sufrido una serie de golpes contundentes, que culminan en una aplastante derrota electoral que le complica la gobernabilidad en las principales ciudades del país.  

Por qué importa. Petro se suma a una lista de presidentes de izquierda en América Latina que, al poco tiempo de asumir funciones, han demostrado no tener la capacidad de cumplir con las expectativas del electorado. En dicha lista figuran nombres como Gabriel Boric, Alberto Fernández, Pedro Castillo y Xiomara Castro.  

• Los ciclos electorales en América Latina no suelen estar asociados a una preferencia ideológica, sino a una respuesta reaccionaria de disconformidad con los gobiernos anteriores. Cuando la derecha no cumple las expectativas, se vota a la izquierda y viceversa.
   

• Mientras que el progresismo tiene una tendencia ascendente en la región, no parece verse plasmada en un abrumador apoyo hacia la izquierda. Si bien, la mayoría de los gobiernos siguen esta corriente ideológica, las sociedades han tenido un duro despertar con ellos.
   

• Este fenómeno presagia una muy posible “ola de derecha” en un futuro cercano, debido al mal desempeño de gobiernos que, en su momento, generaron expectativas que no pudieron cumplir.