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Ganó Martinelli, pero Mulino será presidente

Ilustración por Gabo®
Rafael P. Palomo
06 de mayo, 2024

Con un 34% de los votos, el delfín de Ricardo Martinelli, José Raúl Mulino, ganó las elecciones panameñas, a pesar de los escándalos de Martinelli.  

Es noticia. Dado que el sistema electoral panameño no contempla una segunda vuelta, José Raúl Mulino se ha proclamado presidente electo de Panamá. A pesar de no alcanzar una mayoría calificada por encima del 50% de votos, Mulino ha ganado los comicios con un margen usual en Panamá. Solamente su excompañero de fórmula, Ricardo Martinelli, rompió la regla aritmética con un 60% de los votos en 2009.  

  • A pesar de la persecución penal en su contra, Martinelli sigue entusiasmando por encima de las alternativas que se presentan como un cambio.   

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Por qué importa. Panamá atraviesa un momento delicado. Otrora ejemplo de clima de negocios en la región, los panameños han visto el cierre de una mina fundamental para su estabilidad económica y una sequía en el Canal, producto del fenómeno climático de El Niño. El convulso panorama ha generado mucho descontento del electorado con el partido de gobierno, cuyo candidato —José Gabriel Carrizo— no alcanzó siquiera el 6% de los votos en la jornada de ayer. 

  • Ricardo Martinelli fue el principal candidato de esta contienda. A pesar de su inhabilitación –sentenciado a 11 años de prisión y refugiado en la embajada de Nicaragua– su popularidad fue suficiente para entregarle la victoria a su heredero.  

  • Mulino era el candidato vicepresidencial de Martinelli. Tras la condena del expresidente, tomó la estafeta, a pesar de no tener certeza de si pudiese correr, puesto a que no fue electo como candidato en las primarias de su partido.  

  • Hace cuatro días Mulino no sabía si podría ser candidato; hoy sabe que será presidente.  

Entre líneas. Sobre Martinelli, los panameños no se esconden. Su sentencia no se suele cuestionar. El clamor popular sobre el expresidente dicta que “robó, pero hizo”. El sentimiento se ratificó el domingo. A pesar de no poder correr, la ciudadanía confió en su ungido. Es imposible probar si Mulino hubiese ganado sin estar vinculado a Martinelli, pero parece poco probable. Como con el caso de Bukele, y ahora Mulino, empieza a surgir un nuevo fenómeno político en Centroamérica.

  • Si bien, la corrupción sigue siendo una preocupación primordial del electorado, el hartazgo con la clase política pesa más que las ideologías e incluso ciertos aspectos negativos de candidatos puntuales.  

  • Las acusaciones de corrupción son secundarias si existe percepción de capacidad de gobierno. Esto es un síntoma de una sociedad civil que no percibe outputs en su sistema político.  

  • En la escala de valores, los indicadores democráticos, como la rendición de cuentas, han caído. La barra se ha situado en lo más bajo debido al mal desempeño de la clase política: lo mínimamente exigible —ver resultados de parte del gobierno— es el factor determinante a la hora de una elección. 

Sí, pero. Mulino ha pasado de ser una figura secundaria de un binomio ganador a tener el reto de gobernar un país en crisis. La mina Cobres de Panamá contribuía en un 5% del PIB del país y representaba el 75 % de sus exportaciones físicas. La deuda pública de Panamá asciende a US$ 47,000M, un incremento del 87 % bajo el actual gobierno. Adicionalmente, las predicciones climáticas presagian que la recuperación del Canal de Panamá puede estar bastante lejana.

  • El acarreo en la estela de Martinelli durará poco si Mulino no demuestra ser capaz de “hacer”, enfrentando un panorama mucho más complejo que el que encontró el expresidente en 2009. 

  • El presidente electo tendrá que asumir –pronto– que su trabajo será mucho más complicado de lo que esperaba hace tres meses. Ante una sociedad panameña impaciente y molesta, su luna de miel será corta. 

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Ganó Martinelli, pero Mulino será presidente

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Rafael P. Palomo
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Con un 34% de los votos, el delfín de Ricardo Martinelli, José Raúl Mulino, ganó las elecciones panameñas, a pesar de los escándalos de Martinelli.  

Es noticia. Dado que el sistema electoral panameño no contempla una segunda vuelta, José Raúl Mulino se ha proclamado presidente electo de Panamá. A pesar de no alcanzar una mayoría calificada por encima del 50% de votos, Mulino ha ganado los comicios con un margen usual en Panamá. Solamente su excompañero de fórmula, Ricardo Martinelli, rompió la regla aritmética con un 60% de los votos en 2009.  

  • A pesar de la persecución penal en su contra, Martinelli sigue entusiasmando por encima de las alternativas que se presentan como un cambio.   

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  • Ricardo Martinelli fue el principal candidato de esta contienda. A pesar de su inhabilitación –sentenciado a 11 años de prisión y refugiado en la embajada de Nicaragua– su popularidad fue suficiente para entregarle la victoria a su heredero.  

  • Mulino era el candidato vicepresidencial de Martinelli. Tras la condena del expresidente, tomó la estafeta, a pesar de no tener certeza de si pudiese correr, puesto a que no fue electo como candidato en las primarias de su partido.  

  • Hace cuatro días Mulino no sabía si podría ser candidato; hoy sabe que será presidente.  

Entre líneas. Sobre Martinelli, los panameños no se esconden. Su sentencia no se suele cuestionar. El clamor popular sobre el expresidente dicta que “robó, pero hizo”. El sentimiento se ratificó el domingo. A pesar de no poder correr, la ciudadanía confió en su ungido. Es imposible probar si Mulino hubiese ganado sin estar vinculado a Martinelli, pero parece poco probable. Como con el caso de Bukele, y ahora Mulino, empieza a surgir un nuevo fenómeno político en Centroamérica.

  • Si bien, la corrupción sigue siendo una preocupación primordial del electorado, el hartazgo con la clase política pesa más que las ideologías e incluso ciertos aspectos negativos de candidatos puntuales.  

  • Las acusaciones de corrupción son secundarias si existe percepción de capacidad de gobierno. Esto es un síntoma de una sociedad civil que no percibe outputs en su sistema político.  

  • En la escala de valores, los indicadores democráticos, como la rendición de cuentas, han caído. La barra se ha situado en lo más bajo debido al mal desempeño de la clase política: lo mínimamente exigible —ver resultados de parte del gobierno— es el factor determinante a la hora de una elección. 

Sí, pero. Mulino ha pasado de ser una figura secundaria de un binomio ganador a tener el reto de gobernar un país en crisis. La mina Cobres de Panamá contribuía en un 5% del PIB del país y representaba el 75 % de sus exportaciones físicas. La deuda pública de Panamá asciende a US$ 47,000M, un incremento del 87 % bajo el actual gobierno. Adicionalmente, las predicciones climáticas presagian que la recuperación del Canal de Panamá puede estar bastante lejana.

  • El acarreo en la estela de Martinelli durará poco si Mulino no demuestra ser capaz de “hacer”, enfrentando un panorama mucho más complejo que el que encontró el expresidente en 2009. 

  • El presidente electo tendrá que asumir –pronto– que su trabajo será mucho más complicado de lo que esperaba hace tres meses. Ante una sociedad panameña impaciente y molesta, su luna de miel será corta.