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Guatemala desde la perspectiva de un extranjero: una democracia sin representación

Llegado el final de la campaña electoral, entre una serie de anomalías y malestar social, surgen muchas reflexiones importantes de cara al futuro. Desde el punto de vista de un extranjero, el proceso ha mostrado indicadores peligrosos para la democracia guatemalteca.

Ilustración por Gabo®
Rafael Párraga
18 de agosto, 2023

Cancelación de candidaturas, intentos de manipulación a los resultados y, en especial, un muy bajo nivel de satisfacción con la oferta política, caracterizan el proceso electoral en Guatemala en este 2023. 

Panorama general. El camino hacia las elecciones ha causado controversia desde su inicio. Debido a las facultades que la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP) le otorga al Tribunal Supremo Electoral (TSE), algunos aspirantes a la presidencia vieron sus candidaturas canceladas o, incluso, nunca llegaron a ser inscritos.

  • Mientras que el sistema electoral guatemalteco es proporcional y, por lo tanto, busca promover la representatividad en el gobierno, la LEPP ha servido como un instrumento de depuración de la oferta electoral. 

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  • Existen incentivos para la participación; esta no se limita a través de umbrales electorales altos, sino que a través de decisiones arbitrarias y la cancelación de candidaturas. 

  • Líderes populares como Roberto Arzú, Thelma Cabrera y el controversial Carlos Pineda, vieron rechazada su participación en las elecciones por incumplimiento de algunas normas de la LEPP. 

Los datos. La ausencia de candidatos populares, entre ellos Carlos Pineda, quien aparecía de puntero en algunas encuestas pocos meses antes de las elecciones, generó un claro descontento ciudadano, que se vio reflejado en las urnas el 25 de junio. En la primera vuelta electoral los votos nulos y en blanco obtuvieron el porcentaje más alto. 

  • La ciudadanía expresó su descontento con el sistema a través del voto, acudiendo a los comicios, pero rehusándose, en su mayoría, a elegir una de las opciones disponibles.

  • La candidata ganadora, Sandra Torres, pasó a segunda vuelta con 15.87% de los votos; el segundo lugar, Bernardo Arévalo, lo hizo con 11.78%. Datos históricamente bajos para los ganadores de la primera vuelta.

  • Por su parte, el voto nulo representó un 17.39% y los votos en blanco un 6.99%; el voto de un 24.38% de los ciudadanos fue en rechazo al sistema. El descontento con la clase política fue el gran mensaje de los guatemaltecos. 

Lo que se dijo. Otra de las irregularidades del proceso electoral ha sido la deslegitimación de los resultados oficiales. Mientras que el TSE se destacó por un desempeño deficiente en el camino previo a los comicios, cabe destacar su firme posición en el proceso de escrutinio y oficialización de los resultados. 

  • Estos, sin embargo, fueron motivo de controversia para los grandes perdedores. 

  • Lejos de fortalecer el proceso, una serie de actores se encargaron de generar conflictividad, en su intento por evitar la oficialización de unos resultados desfavorables para ellos. 

  • Mientras que el TSE no cedió ante los intentos de, incluso, repetir las elecciones, los resultados perdieron legitimidad ante un grupo importante de la sociedad, debilitando la imagen democrática de Guatemala.  

Por qué importa. Estas elecciones han sido, en general, un paso hacia atrás para la democracia guatemalteca. Tanto por el desprestigio ante la comunidad internacional, debido a la falta de transparencia del TSE y los intentos de los perdedores por entrampar el proceso, como por un sistema electoral incapaz de satisfacer las demandas del electorado. 

  • El proceso llevó a la desaparición de partidos históricos como el PAN, junto con una larga lista de partidos que fueron rechazados por el electorado. El sistema proporcional dio resultados relativamente favorables a la creación de bloques mayoritarios. 

  • El próximo presidente de Guatemala podría no contar con el respaldo necesario para tener gobernabilidad. La única garantía para el ganador será una fiscalización ciudadana constante y mucha dificultad para ejecutar políticas públicas. 

Lo que sigue. Guatemala necesita urgentemente reformas a la LEPP, que incentiven la creación de proyectos políticos serios, que sean un vehículo para las demandas del electorado y no meros instrumentos electoreros de búsqueda de rentas. 

  • Guatemala urge de institucionalidad partidaria, tendiente a fomentar una democracia más representativa.

  • El deterioro del sistema democrático puede ser una apertura para modelos más autoritarios, como está pasando en países como El Salvador y el resto del mundo.

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Guatemala desde la perspectiva de un extranjero: una democracia sin representación

Llegado el final de la campaña electoral, entre una serie de anomalías y malestar social, surgen muchas reflexiones importantes de cara al futuro. Desde el punto de vista de un extranjero, el proceso ha mostrado indicadores peligrosos para la democracia guatemalteca.

Ilustración por Gabo®
Rafael Párraga
18 de agosto, 2023

Cancelación de candidaturas, intentos de manipulación a los resultados y, en especial, un muy bajo nivel de satisfacción con la oferta política, caracterizan el proceso electoral en Guatemala en este 2023. 

Panorama general. El camino hacia las elecciones ha causado controversia desde su inicio. Debido a las facultades que la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP) le otorga al Tribunal Supremo Electoral (TSE), algunos aspirantes a la presidencia vieron sus candidaturas canceladas o, incluso, nunca llegaron a ser inscritos.

  • Mientras que el sistema electoral guatemalteco es proporcional y, por lo tanto, busca promover la representatividad en el gobierno, la LEPP ha servido como un instrumento de depuración de la oferta electoral. 

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  • Existen incentivos para la participación; esta no se limita a través de umbrales electorales altos, sino que a través de decisiones arbitrarias y la cancelación de candidaturas. 

  • Líderes populares como Roberto Arzú, Thelma Cabrera y el controversial Carlos Pineda, vieron rechazada su participación en las elecciones por incumplimiento de algunas normas de la LEPP. 

Los datos. La ausencia de candidatos populares, entre ellos Carlos Pineda, quien aparecía de puntero en algunas encuestas pocos meses antes de las elecciones, generó un claro descontento ciudadano, que se vio reflejado en las urnas el 25 de junio. En la primera vuelta electoral los votos nulos y en blanco obtuvieron el porcentaje más alto. 

  • La ciudadanía expresó su descontento con el sistema a través del voto, acudiendo a los comicios, pero rehusándose, en su mayoría, a elegir una de las opciones disponibles.

  • La candidata ganadora, Sandra Torres, pasó a segunda vuelta con 15.87% de los votos; el segundo lugar, Bernardo Arévalo, lo hizo con 11.78%. Datos históricamente bajos para los ganadores de la primera vuelta.

  • Por su parte, el voto nulo representó un 17.39% y los votos en blanco un 6.99%; el voto de un 24.38% de los ciudadanos fue en rechazo al sistema. El descontento con la clase política fue el gran mensaje de los guatemaltecos. 

Lo que se dijo. Otra de las irregularidades del proceso electoral ha sido la deslegitimación de los resultados oficiales. Mientras que el TSE se destacó por un desempeño deficiente en el camino previo a los comicios, cabe destacar su firme posición en el proceso de escrutinio y oficialización de los resultados. 

  • Estos, sin embargo, fueron motivo de controversia para los grandes perdedores. 

  • Lejos de fortalecer el proceso, una serie de actores se encargaron de generar conflictividad, en su intento por evitar la oficialización de unos resultados desfavorables para ellos. 

  • Mientras que el TSE no cedió ante los intentos de, incluso, repetir las elecciones, los resultados perdieron legitimidad ante un grupo importante de la sociedad, debilitando la imagen democrática de Guatemala.  

Por qué importa. Estas elecciones han sido, en general, un paso hacia atrás para la democracia guatemalteca. Tanto por el desprestigio ante la comunidad internacional, debido a la falta de transparencia del TSE y los intentos de los perdedores por entrampar el proceso, como por un sistema electoral incapaz de satisfacer las demandas del electorado. 

  • El proceso llevó a la desaparición de partidos históricos como el PAN, junto con una larga lista de partidos que fueron rechazados por el electorado. El sistema proporcional dio resultados relativamente favorables a la creación de bloques mayoritarios. 

  • El próximo presidente de Guatemala podría no contar con el respaldo necesario para tener gobernabilidad. La única garantía para el ganador será una fiscalización ciudadana constante y mucha dificultad para ejecutar políticas públicas. 

Lo que sigue. Guatemala necesita urgentemente reformas a la LEPP, que incentiven la creación de proyectos políticos serios, que sean un vehículo para las demandas del electorado y no meros instrumentos electoreros de búsqueda de rentas. 

  • Guatemala urge de institucionalidad partidaria, tendiente a fomentar una democracia más representativa.

  • El deterioro del sistema democrático puede ser una apertura para modelos más autoritarios, como está pasando en países como El Salvador y el resto del mundo.