Una vez más la Dirección de Comercio Popular de la Municipalidad de Guatemala, llevará a cabo la "Feria del Cerrito del Carmen", un acontecimiento tradicional y cultural de la ciudad, que se celebra con carácter popular y religioso pues se dedica a Nuestra Señora de la Virgen del Carmen.

Este año, el punto de reunión será sobre la avenida Juan Chapín desde la 1a calle a la 4a calle, zona 1, donde se contará con aproximadamente 79 puestos de venta, autorizados por la Municipalidad de Guatemala y funcionará a partir de este sábado 8 hasta el domingo 23 de julio, en un horario de domingo a jueves de 10:00 a 22 horas y viernes y sábado de 10:00 a 23:00 horas.

Qué encontrar en la Feria del Cerrito del Carmen 

Dentro de la Feria del Cerrito, los vecinos podrán encontrar distintos tipos de ventas, comida típica, garnachas, elotes locos, manzanas caramelizadas, churros, buñuelos, molletes, churrascos, atol y artículos religiosos, en un ambiente sano, ordenado y limpio para hacer de esta una experiencia agradable y armoniosa para disfrutar en familia.

Asimismo, dentro de la feria, podrán participar del "Festival del Cerrito", en el que se realizan una serie de actividades familiares, culturales y artísticas, llenas de riqueza histórica.

Un espacio seguro para los visitantes 

Para tener un espacio ordenado, limpio y seguro para los visitantes se contará con la presencia de la Policía Municipal, Policía Municipal de Tránsito, Limpia y Verde, Bomberos Municipales, Alcaldía Auxiliar de Zona 1 y la supervisión de la Dirección de Comercio Popular.

Una feria con historia 

El origen de esta tradición se remonta a 1620 con la construcción del antiguo templo del Cerrito del Carmen en la Nueva Guatemala de la Asunción, cuando se edificó la iglesia donde rendirle homenaje a la imagen de la Virgen del Carmen, traída a Guatemala por el misionero italiano Juan Corz. Actualmente, es una de las ferias más esperadas y emblemáticas del Centro Histórico.

Origen de la devoción a la Virgen del Carmen

El Carmelo era sin duda, el monte donde numerosos profetas rindieron culto a Dios. Los principales fueron Elías y su discípulo Eliseo, pero existían también diferentes personas que se retiraban en las cuevas de la montaña para seguir una vida eremítica. Esta forma de oración, de penitencia y de austeridad fue continuada siglos más tarde, concretamente en el III y IV, por hombres cristianos que siguieron el modelo de Jesucristo y que de alguna forma tuvieron al mismo Elías como patrón situándose en el valle llamado Wadi-es-Siah.

A mediados del siglo XII, un grupo de devotos de Tierra Santa procedentes de Occidente -algunos creen que venían de Italia-, decidieron instalarse en el mismo valle que sus antecesores y escogieron como patrona a la Virgen María. Allí construyeron la primera iglesia dedicada a Santa María del Monte Carmelo. Desde su monasterio no quisieron crear una nueva forma de culto mariano, ni tampoco, el título de la advocación, respondía a una imagen en especial.

Quisieron vivir bajo los aspectos marianos que salían reflejados en los textos evangélicos: maternidad divina, virginidad, inmaculada concepción y anunciación. Estos devotos que decidieron vivir en comunidad bajo la oración y la pobreza, fueron la cuna de la Orden de los Carmelitas, y su devoción a la Virgen permitió que naciera una nueva advocación: Nuestra Señora del Carmen.