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Nueva crisis ¿cuál sería el impacto en Guatemala?

Si se llegara a repetir el escenario de 2008, es decir una reducción del 7% y 10% respectivamente, el impacto de una nueva crisis sería superior a los US$ 2 mil millones.

La economía de Guatemala podría ser impactada por la crisis eterna.
Diego Lechuga
07 de septiembre, 2022

En julio de 2022 la Oficina de Análisis Económico de los Estados Unidos anunció que por segundo trimestre consecutivo el país experimentaba una contracción de su Producto Interno Bruto (PIB).

Esta noticia se da a pocos días de distancia de que la Reserva Federal de los Estados Unidos también anunciaba un aumento en la tasa de interés líder. Y, aunque indicadores como el de empleo aún se mantienen fuertes, las alarmas de una recesión en el gigante del norte han comenzado a sonar.

Si volteamos nuestra atención a China, el panorama parece no ser más alentador. Desde la caída del gigante inmobiliario Evergrande en 2021 y los subsecuentes fallos para el pago de su deuda, los rumores de una crisis inmobiliaria China han aumentado.

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Un panorama similar se desenvuelve en Europa con el anuncio que Rusia ha decidido cortar el suministro de gas provisto por medio del gasoducto Nord Stream. Aunque las explicaciones preliminares indican a que se debe a un tema de mantenimiento, esto no cambio el escenario. Sin el gas ruso, el precio de la electricidad en Europa aumentará y a medida que se acerca el invernó el precio puede ser prohibitivo para la producción industrial.

Esto último se observa de forma más clara en Alemania que inclusive anunció el 31 de agosto, por medio de su ministro de economía Robert Habeck, que la producción industrial del país se esta deteniendo por los altos costos energéticos. A pesar de que en cada caso las causas de una nueva posible crisis son distintas, estas se suman a un año en el que el precio de los commodities, costo logístico e inflación ya hacen gran daño a una economía global en recuperación. 

Guatemala por su parte Guatemala aún contempla proyecciones de crecimiento de su PIB por parte de la CEPAL del 4%. El problema es que el país no es una economía autárquica y aún esta por verse el impacto que estas tres posibles fuentes de crisis tendrían en la economía global.

Esto porque independientemente de la profundidad o duración de las crisis, es de recordar que la economía guatemalteca depende en gran medida de los productos exportados a estos mercados y para el caso de EE. UU., también de las remesas.

No obstante, el tratar de predecir cuál podría ser el efecto directo de estos sucesos en la economía guatemalteca se podría considerar como soberbia. Por ello más allá de tratar de predecir el futuro, volcaré nuestra atención a la última crisis global y los efectos que tuvo en Guatemala. 

La Crisis Financiera Global de 2008 tuvo sus orígenes en Estados Unidos, pero por la interconexión de la economía, sus repercusiones se sobrellevaron en todo el mundo. Considerando que EE.UU. es el principal socio comercial de Guatemala es lógico comenzar con el análisis del impacto que dicho suceso tuvo en las exportaciones del país entre 2008 y 2010 que es la duración que se estima de la crisis. 

El impacto de la Crisis de 2008 se refleja en las exportaciones de 2009 que disminuyeron 7% y que ha de agregarse que fueron las exportaciones a El Salvador y Honduras las más afectadas.

El valor que se dejó de exportar a estos mercados fue aproximadamente de US$ 286 millones. Mientras que las exportaciones hacia Estados Unidos sufrieron una disminución del 3% o US$ 90 millones en 2009.

El caso de las remesas si fue un elemento en el que el impacto de la crisis fue más evidente. El ingreso por remesas familiares en 2009 fue un 10% menor a lo registrado al inicio de la crisis en 2008.

Este porcentaje se traduce en una disminución aproximada de US$ 400 millones menos en concepto de remesas o ingreso de divisas en el país. Los hace que este análisis corto ya sitúe el impacto la crisis de 2008 con un saldo de más de US$ 776 millones que el país dejó de percibir. Para poner en contexto esta cifra, las exportaciones de cardamomo en el 2021 fueron de US$ 519 millones según el Banco de Guatemala, y esta es una industria que emplea a más de 300 mil pequeños productores en el país, según el Comité del Cardamomo de Agexport. 

El panorama actual es diferente al de 2008, aunque en la actualidad no es uno, sino tres mercados los que tienen riesgo de crisis. Sin embargo, por ejemplo, en el caso de EE.UU., el que indicadores como el del empleo aún no presenten grandes cambios alienta a un tipo de crisis diferente o una recesión corta.

Inclusive la secretaria del tesoro de los Estados Unidos, Janet Yellen, ha llegado a afirmar que lo que se vive en la actualidad es un periodo de transición, razón por la que aún no existe una declaración oficial de recesión en el país.

Aunque el debate aún está en desarrollo, lo que se tiene claro es que la situación es más compleja de lo esperado y que a pesar de que “oficialmente” no se declare una recisión, el que diversos indicadores como el del PIB estén a la baja impactará en la economía y consumo del norteamericano.

El análisis para China y Alemania también es complejo ya que la relación o posible impacto de una recesión en estos mercados para Guatemala sería más indirecto.

Para comenzar las exportaciones de Guatemala con destino a China continental apenas superan los US$ 17 millones. El caso alemán por su lado, aunque con mayor peso, son poco más de US$ 135 millones según las estadísticas del Banco de Guatemala de 2021.

En comparación las exportaciones a El Salvador en 2021 fueron de US$ 1.7 millardos. Es decir que aún no representan un valor suficiente para posicionar al país entre los 10 principales socios comerciales del país.

Sin embargo, no son las exportaciones guatemaltecas a estos mercados lo que debería de preocupáramos, sino el peso que estos países juegan en el contexto global y el efecto dominó que podrían tener en la economía global.

Como ejemplo de ello podemos analizar nuevamente el caso de 2008, que a pesar de haberse originado en Estados Unidos fueron las exportaciones a El Salvador y Honduras las más afectadas.

Esto, probablemente, por el impacto en remesas en estos países que junto a Guatemala poseen gran dependencia del envió desde Estados Unidos. Con ingreso de divisas por remesas y exportaciones en récords históricos, si se llegara a repetir el escenario de 2008, es decir una reducción del 7% y 10% respectivamente, el impacto de una nueva crisis sería superior a los US$ 2 mil millones.

Nuevamente he de aclarar que tratar de predecir el resultado acertado de una nueva crisis global y su impacto en el país es poco probable. La cantidad de factores involucrados, incluyendo la respuesta y posibles medidas para mitigar sus efectos por parte de los Estados, influyen en la intensidad y duración de cualquier crisis ya sea de forma positiva o inclusive negativa al empeorar la situación. Por ello más allá de tratar de predecir el futuro, el presente artículo tiene por objetivo el poder compartir las señales que los mercados están dando y que pueden ser de ayuda para prepararse ante una eventualidad. 

 

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Si se llegara a repetir el escenario de 2008, es decir una reducción del 7% y 10% respectivamente, el impacto de una nueva crisis sería superior a los US$ 2 mil millones.

La economía de Guatemala podría ser impactada por la crisis eterna.
Diego Lechuga
07 de septiembre, 2022

En julio de 2022 la Oficina de Análisis Económico de los Estados Unidos anunció que por segundo trimestre consecutivo el país experimentaba una contracción de su Producto Interno Bruto (PIB).

Esta noticia se da a pocos días de distancia de que la Reserva Federal de los Estados Unidos también anunciaba un aumento en la tasa de interés líder. Y, aunque indicadores como el de empleo aún se mantienen fuertes, las alarmas de una recesión en el gigante del norte han comenzado a sonar.

Si volteamos nuestra atención a China, el panorama parece no ser más alentador. Desde la caída del gigante inmobiliario Evergrande en 2021 y los subsecuentes fallos para el pago de su deuda, los rumores de una crisis inmobiliaria China han aumentado.

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Un panorama similar se desenvuelve en Europa con el anuncio que Rusia ha decidido cortar el suministro de gas provisto por medio del gasoducto Nord Stream. Aunque las explicaciones preliminares indican a que se debe a un tema de mantenimiento, esto no cambio el escenario. Sin el gas ruso, el precio de la electricidad en Europa aumentará y a medida que se acerca el invernó el precio puede ser prohibitivo para la producción industrial.

Esto último se observa de forma más clara en Alemania que inclusive anunció el 31 de agosto, por medio de su ministro de economía Robert Habeck, que la producción industrial del país se esta deteniendo por los altos costos energéticos. A pesar de que en cada caso las causas de una nueva posible crisis son distintas, estas se suman a un año en el que el precio de los commodities, costo logístico e inflación ya hacen gran daño a una economía global en recuperación. 

Guatemala por su parte Guatemala aún contempla proyecciones de crecimiento de su PIB por parte de la CEPAL del 4%. El problema es que el país no es una economía autárquica y aún esta por verse el impacto que estas tres posibles fuentes de crisis tendrían en la economía global.

Esto porque independientemente de la profundidad o duración de las crisis, es de recordar que la economía guatemalteca depende en gran medida de los productos exportados a estos mercados y para el caso de EE. UU., también de las remesas.

No obstante, el tratar de predecir cuál podría ser el efecto directo de estos sucesos en la economía guatemalteca se podría considerar como soberbia. Por ello más allá de tratar de predecir el futuro, volcaré nuestra atención a la última crisis global y los efectos que tuvo en Guatemala. 

La Crisis Financiera Global de 2008 tuvo sus orígenes en Estados Unidos, pero por la interconexión de la economía, sus repercusiones se sobrellevaron en todo el mundo. Considerando que EE.UU. es el principal socio comercial de Guatemala es lógico comenzar con el análisis del impacto que dicho suceso tuvo en las exportaciones del país entre 2008 y 2010 que es la duración que se estima de la crisis. 

El impacto de la Crisis de 2008 se refleja en las exportaciones de 2009 que disminuyeron 7% y que ha de agregarse que fueron las exportaciones a El Salvador y Honduras las más afectadas.

El valor que se dejó de exportar a estos mercados fue aproximadamente de US$ 286 millones. Mientras que las exportaciones hacia Estados Unidos sufrieron una disminución del 3% o US$ 90 millones en 2009.

El caso de las remesas si fue un elemento en el que el impacto de la crisis fue más evidente. El ingreso por remesas familiares en 2009 fue un 10% menor a lo registrado al inicio de la crisis en 2008.

Este porcentaje se traduce en una disminución aproximada de US$ 400 millones menos en concepto de remesas o ingreso de divisas en el país. Los hace que este análisis corto ya sitúe el impacto la crisis de 2008 con un saldo de más de US$ 776 millones que el país dejó de percibir. Para poner en contexto esta cifra, las exportaciones de cardamomo en el 2021 fueron de US$ 519 millones según el Banco de Guatemala, y esta es una industria que emplea a más de 300 mil pequeños productores en el país, según el Comité del Cardamomo de Agexport. 

El panorama actual es diferente al de 2008, aunque en la actualidad no es uno, sino tres mercados los que tienen riesgo de crisis. Sin embargo, por ejemplo, en el caso de EE.UU., el que indicadores como el del empleo aún no presenten grandes cambios alienta a un tipo de crisis diferente o una recesión corta.

Inclusive la secretaria del tesoro de los Estados Unidos, Janet Yellen, ha llegado a afirmar que lo que se vive en la actualidad es un periodo de transición, razón por la que aún no existe una declaración oficial de recesión en el país.

Aunque el debate aún está en desarrollo, lo que se tiene claro es que la situación es más compleja de lo esperado y que a pesar de que “oficialmente” no se declare una recisión, el que diversos indicadores como el del PIB estén a la baja impactará en la economía y consumo del norteamericano.

El análisis para China y Alemania también es complejo ya que la relación o posible impacto de una recesión en estos mercados para Guatemala sería más indirecto.

Para comenzar las exportaciones de Guatemala con destino a China continental apenas superan los US$ 17 millones. El caso alemán por su lado, aunque con mayor peso, son poco más de US$ 135 millones según las estadísticas del Banco de Guatemala de 2021.

En comparación las exportaciones a El Salvador en 2021 fueron de US$ 1.7 millardos. Es decir que aún no representan un valor suficiente para posicionar al país entre los 10 principales socios comerciales del país.

Sin embargo, no son las exportaciones guatemaltecas a estos mercados lo que debería de preocupáramos, sino el peso que estos países juegan en el contexto global y el efecto dominó que podrían tener en la economía global.

Como ejemplo de ello podemos analizar nuevamente el caso de 2008, que a pesar de haberse originado en Estados Unidos fueron las exportaciones a El Salvador y Honduras las más afectadas.

Esto, probablemente, por el impacto en remesas en estos países que junto a Guatemala poseen gran dependencia del envió desde Estados Unidos. Con ingreso de divisas por remesas y exportaciones en récords históricos, si se llegara a repetir el escenario de 2008, es decir una reducción del 7% y 10% respectivamente, el impacto de una nueva crisis sería superior a los US$ 2 mil millones.

Nuevamente he de aclarar que tratar de predecir el resultado acertado de una nueva crisis global y su impacto en el país es poco probable. La cantidad de factores involucrados, incluyendo la respuesta y posibles medidas para mitigar sus efectos por parte de los Estados, influyen en la intensidad y duración de cualquier crisis ya sea de forma positiva o inclusive negativa al empeorar la situación. Por ello más allá de tratar de predecir el futuro, el presente artículo tiene por objetivo el poder compartir las señales que los mercados están dando y que pueden ser de ayuda para prepararse ante una eventualidad.